CULTURAL MADRID 05-06-1998 página 13

5 de junio de 1998 A B C literario EARCÍA LDRCA. CIEUI AMOS EL Diván del Tamarit es el libro más hermético y abierto de todos los de Lorca, el más inasible y el más cercano al mundo que lo alimentó, el que vio, tocó, escuchó, gustó. Granada, hoy, tiene la mala conciencia de no parecerse a la ciudad que se encierra en esa obra la presencia y la figura sanjuanista, la voz y el cuerpo, con una inmediatez- de nuevo materialque presta una urgencia extraordinaria, como del Andrew Marvell de To His Coy Mistress al Carpe diem Pero ¡pronto! Que unidos, en lazados, boca rota de amor y alma mordida, el tiempo nos encuentre destrozados Diván del Tamarit por último, quintaesencia y subvierte la tradición del alhambrismo que desde los románticos europeos y españoles gravita sobre la ciudad donde nació (todavía en 1936 Juan Ramón Jiménez se atreve a descalificarlo, con mala intención: como lo fueron Zorrilla y Rueda y lo es García Lorca, Villaespesafue siempre un alhambrista Pero aquí están los versos sin tacha: Granada era una corza rosa por las veletas Es probable que el estímulo de sus casidas y gacelas se lo dieran los Poemas arábigoandaluces traducidos por Emilio García Gómez -1930) en la lengua de su generación. En todo caso, Lorca enlaza con Goethe WestOstlicher Diwan a la vez que sitúa su poemario en el Tamarit, que no es sino el nombre de una huerta vecina a la de San Vicente y propiedad de unos parientes suyos, uniendo lo próximo y lo remoto, lo perdido y lo presente en un paisaje extraño y familiar al mismo tiempo. lada que Lorca condensó en sus palabras, la obligación de merecerlas: Estanques, aljibes y fuentes levantaban al aire sus espadas Claro que el Diván del Tamarit no es en absoluto un libro descriptivo. En él se encierran los poemas que encierran la sustancia de Lorca: el deseo infinito, sólo interrumpido por la catástrofe de la muerte. Así en la presencia memorable de la rosa. No es emblema de la fugacidad del tiempo, como en la tradición barroca émula de la llama que nace con el día Está más cerca de la rosa contraria de Guillen, tranquilamente futura Y no muy lejos- extrañamente- de la Nlemandsrose la rosa de nadie de Paul Celan. En su lugar único, la rosa lorquiana no buscaba la rosa: lnmóv ¡l por el cielo buscaba otra cosa Andrés SORIA OLMEDO m: Esta podría ser la última fotografía de Lorca (29 de junio de 1936) Junto al poeta aparece Eduardo Ugarte, codirector de La Barraca y, debajo de éste, Rodríguez Rapún, al que están dedicados los Sonetos del annor oscuro Tannbién se encuentran, entre otros, José Caballero (primero por la izquierda) A. Salazar y J. A. Morales S EGURAMENTE el Diván del Tamarit es el libro más hermético y abierto de todos los de Lorca, el más inasible y el más cercano al mundo que lo alimentó, el que vio, tocó, escuchó, gustó. Granada, hoy, tiene la mala conciencia de no parecerse a la ciudad que se encierra en ese libro. Tiene la obligación de parecerse a la ciudad de belleza deso- Luis Daniel- Eaton, Juan Centeno, García Lorca, Emilio Prados y Juan Vicens en la Residencia de Estudiantes hacia 1919 13