CULTURAL MADRID 20-03-1998 página 34

A B C de las artes 20 de marzo de 1998 LAS MICROCIUDADES DE MIGUEL ALBERqUILLA Galería Quorum Costanilla de los Ángeles, 13. Madrid Hasta el 4 de abril De 100.000 a 500.000 pesetas mente apreciables por la mano del hombre, y éste es el único caso en el que se impone la asimetría. Aunque ninguna de estas piezas tridimensionales tienen título, hay un lema que preside toda la exposición y que resulta significativa y hasta desentrañadora de la idea del artista madrileño: Lo que puede medirse puede comprenderse, lo que se puede comprender, puede alterarse que suena a mezcla de filosofía presocrática y a credo de alquimista. Las piezas escultóricas tienen su correspondiente original en papel, la proyección de la planta y los abatimientos a escalas 1 1 y 1 2. Estas imbricaciones de formas de madera en las que predominan los rectángulos y algunos cuadrados en la base como sustentadores del edificio formal, muestran como novedad la carencia de curvas, recordando su disposición unos especiales caligramas orientales, sutiles y minuciosos para los que tan importante es la superposición planimétrica como los huecos y el aire, que concita la intención cinética del movimiento en el espectador. Esta fusión de planos organizados, simétricos, son una aspiración al equilibrio, a la racionalidad constructiva que no renuncia a la belleza sin poner en peligro los cánones de microciudades qué se extienden a los lados y se proyectan hacia el cielo. Carlos GARCÍA- OSUNA M Sin título (40 X 40 X 150) de 1997 IGUEL Alberquilla (Madrid, 1950) ha realizado más de medio centenar de exposiciones individuales desde 1995, siempre incardinado en las corrientes constructivo- especialistas para las que el orden, el rigor formal y el equilibrio en las representaciones han sido una constante. En sus comienzos, el agudo sentido espacial era una de sus características primordiales, evolucionando posteriormente desde las formas geométricas hacia la investigación de las posibilidades de las coordenadas óptico- cinéticas. Los efectos vibratorios de sus cuadros multiplican los espacios de división, proponiendo una dimensión concreta del objeto transformado por la representación del ritmo estructural y geométrico, que también se asume en las trece esculturas de la actual muestra, elaboradas en maderas de pino durante el bienio 1996- 1997, en las que trata de integrar la pintura, utilizando fundamentalmente los colores primarios- amarillo, rojo y azul- y las acromías- blanco, negro- incorporando en una única oportunidad el verde y la lija para buscar texturas sucintas pero fácil- DELIA PICCIRILLI, PINTURA SIN LÍMITES Galería Almirante Almirante, 5. Madrid Hasta el 12 de abril De 35.000 a 500.000 pesetas cuando Piccirilli configura bandas paralelas, tramas donde aparece el trazo, signos definidos por una voluntad de intervención más evidente. Según mi parecer, los resultados manifiestos de estos cuadros son estética y tópicamente líricos, si el intento es fallido, y positivamente sugestivos y meditativos, si el intento accede a la categoría de logro, de conquista. Yo creo que en esta muestra hay de ambas cosas. He de destacar, eso sí, la potencia y la valentía con las que Piccirilli se entiende con el color, la forma en que consigue vibraciones y diálogos atractivos en este asunto. No creo, por otro lado, que al disponemos a la contemplación de cuadros como estos haya que dedicarse a otra cosa que no sea la de sentirse embargado y entregarse a la emotividad que pueden suscitar. Es lo mejor. Si eso no sucede de forma inmediata y uno se puede quedar ajeno a su encanto, el discernimiento puramente reflexivo no nos hará disfrutar. Carmen PALLARES E -S de los presupuestos dei Color field painting norteamericano de los que me acuerdo al situarme ante los cuadros actuales de Delia Piccirilli (Madrid, 1960) Recuerdo a pintores como Clifford Still, y especialmente a Morris Louis, quien además utilizaba procedimientos plásticos coincidentes con los de estos cuadros, a base de dejar impregnarse el tejido de algodón sin preparar con materia muy diluida, para que la pintura resultara un tenido del soporte más que una adición, y darle así al color esa apariencia de manchas fluidas, de recorridos fusionados entre sí, de ríos que se encuentran, conviven, se detienen o continúan más allá de los límites del bastidor. Recuerdo también a Uslé, y recuerdo algo de Broto; se me viene a la memoria sobre todo 34 1998 (100 X 81) Técnica mixta sobre lienzo