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CULTURAL MADRID 13-03-1998 página 22
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CULTURAL MADRID 13-03-1998 página 22

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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ABC literario Ensayo 13 de marzo de 1998 Huérfanos biológicos María Dolores Vila- Coro San Pablo. Madrid, 1997. 199 páginas, 1.400 pesetas Quiero dejar de ser un dentrodeira Birger Sellin Traduc. Carmen Gauger. Círculo de Lectores Barcelona, 1998. 223 páginas, 2.500 ptas. IRGER Sellin nació en Berlín el 1 de febrero de 1973 del matrimonio de una joven pareja que ignoró su cruel destino hasta octubre de 1974. En esa fecha lo llevaron a un jardín de infancia y comenzó el drama. El niño, normal hasta entonces, rechazó la guardería con gritos desgarradores. A continuación enfermó de los oídos, vomitaba la comida y acabó transformándose en un niño llorón que se asustaba delante de otros niños y dejó de hablar. El médico no vio más que un trastorno del desarrollo pero, como Birger empeoraba, sus padres le llevaron a una clínica especializada en psiquiatría infantil donde se equivocaron todavía más: dijeron que necesitaban internarlo seis semanas, lo retuvieron seis meses y al final devolvieron un niño deshecho mentalmente. Tras peregrinar por varios centros, a finales de 1977 la clínica de la Universidad Libre de Berlín diagnosticó una enfermedad mal conocida: autismo infantil. Este libro articula, primero, una reflexión de Michael Klonovsky en torno al mal de Birger, a lo que ello supone en términos familiares, y, segundo, una selección de textos escritos por el propio Birger sobre el significado del autismo. Dicha enfermedad, que aparece en la infancia, es un síndrome patológico grave que se caracteriza por una retirada hacia dentro del sujeto y un rechazo casi total del mundo que le rodea. El autismo es visto por los especialistas desde la perspectiva de sus respectivos saberes, y así para algunos psiquiatras se trata de una forma de esquizofrenia. Desde el psicoanálisis, Bruno Bettelheim señala la responsabilidad de la madre que reacciona de modo erróneo ante los deseos del lactante, haciendo cosas que el niño no pide y convirtiéndose en una amenaza para el infante. El premio Nobel Niko Tinbergen, dedicado con su mujer durante muchos años a investigar el autismo, aventura problemas en el parto, separación de la madre o ciertas enfermedades sufridas en la infancia como sordera o epilepsia. En todo caso, se trata de una dolencia desoladora en la que los pacientes sumergidos en su mismidad caen en estereotipias es decir, actos o movimientos repetidos con insistencia maniaca: gritos o lloros desgarradores que se prolongan hasta el agotamiento físico del enfermo, obsesión por determinados objetos que se manosean durante horas y horas. Se calcula que cinco de cada 10.000 niños son autistas y de ellos hay cuatro veces más niños que niñas. Cuando Birger Negó a la pubertad todo se complicó y su familia se aisló socialmente, pero a los dieciocho años, convertido en un enfermo incurable, ocurrió el milagro: le fue aplicada la comunicación facilitada Con la ayuda corporal de una persona de confianza se consigue que el autista presione con su dedo índice extendido las teclas de un ordenador y escriba. Aquí reside uno de los grandes enigmas del autismo; a pesar del retraso o debilidad mental el autista es capaz de tener vida intelectual propia, a pesar del miedo a comunicarse puede escribir. En 1990 Birger escribe a su madre: Te quiero Desde entonces teclea sin parar, y este libro es precisamente el testimonio de textos escritos por él hasta 1992. Bernabé SARABIA L A invitación a comentar un libro sobre cuestiones relacionadas con el uso de nuevas tecnologías en el surgimiento de la vida humana provoca siempre un cierto temor en quien la recibe. ¡Es tan misterioso el país de las técnicas de reproducción asistida, tan preñado de esperanzas y a la vez de frustraciones, tan incierto en sus consecuencias, tan espinoso en sus fundamentos metafísicos! Y, sin embargo, no parece experimentar tal temor la autora de este documentado libro, que se interna con decisión en la selva de la inseminación artificial y de la fecundación in vitro, enfrentando la mayor parte de problemas posibles: desde el comienzo de la vida humana a las madres de alquiler desde las dificultades de la maternidad en solitario a la procreación de homosexuales y de varones. Aportando casos, relatando historias poco usuales, aduciendo documentos legales de interés, nos introduce Vila- Coro en el corazón de unas técnicas, cuyo uso y abuso están hoy en el ojo del huracán jurídico. Las técnicas de reproducción asistida tiene por meta legítimas paliar problemas de esterilidad, haciendo posible la procreación con ayuda de medios artificiales. Pero su utilización lleva aparejado un buen número de riesgos, que la autora se esfuerza por exponer en su libro. El objetivo- dirá expresamente- es detectar los peligros que pueden conllevar la manipulación genética y las técnicas de reproducción asistida, analizar sus consecuencias y mostrar cómo la realidad impone sus leyes Y, fiel a su propósito, se abstendrá de mostrar también las luces de estas técnicas, limitándose a perfilar las sombras. Partidaria entusiasta de las técnicas en cuestión, fue la realidad misma- nos relata- la que le llevó a conocer los aspectos sombríos: parejas ilusionadas con tener un hijo biológico, ven frustradas sus esperanzas porque el éxito de las técnicas es todavía escaso, embriones que no pueden ser implantados quedan a la espera de un futuro poco halagüeño, las muje- titular su libro Huérfanos biológicos ya que- a su juicio- enmarañan de tal forma las relaciones familiares que han producido una nueva forma de orfandad. Poner cierto orden en este nuevo mundo supone iniciar un proceso social de debate y discusión pública, que ponga en marcha lo que la tradición kantiana llamaba el uso público de la razón Porque sólo una deliberación abierta, en la que se aduzcan argumentos, puede ir formando una voluntad común, informada y asumida. La misión de los intelectuales consistirá en aportar información, en afinar razones, en perfilar propuestas B Son éstos temas sobre los que mucho hay que hablar, porque requieren precisiones biológicas, éticas y jurídicas difíciles de perfilar. Por eso resulta fecundo leer libros como el de Vila- Coro res se ven sometidas a un tratamiento prolongado, doloroso y sembrado de inquietud. Y después se abre ese nuevo mundo, que angustia a juristas y psicólogos y asombra a la sociedad en su conjunto. Una mujer puede dar a la luz un hijo que no es suyo, y al hijo de un hombre fallecido años atrás, y a un niño que nunca conocerá quiénes fueron sus padres; una abuela parir a su propio nieto; una madre puede ser al mismo tiempo hermana de su hijo; un varón quedar embarazado y un hijo ser el fruto del amor de dos lesbianas... Son casos como éstos los que llevan a la autora a 22 T i este sentido, el libro que comentamos se une al debate abierto exponiendo un diáfano punto de vista ante múltiples temas y, sobre todo, en torno a los cinco que suelen vertebrar este tipo de debates: en qué sentido el hecho de que las técnicas sean artificiales las desacredita o no como una ayuda adecuada para traer un niño al mundo; cuál es el tipo de finalidad que legitima el uso de la ingeniería genética y de las técnicas de reproducción asistida; cuál es el estatuto del embrión, si existe un estado pre- embrionario durante los catorce primeros días o de embrión pre- implantatorio si puede decirse que existe un derecho subjetivo a procrear por parte de mujeres y varones, o un derecho a la salud, que exija al Estado invertir dinero público para paliar la esterilidad. Y, por último, ese quinto problema, que no es sin duda el menor en importancia, el del derecho del hijo a nacer en una familia que asegure al máximo su buen desarrollo físico y espiritual. Son éstos temas sobre los que mucho hay que hablar, y no sólo porque las espadas están aún en alto, sino porque requieren precisiones metafísicas, biológicas, éticas, psicológicas y jurídicas difíciles de perfilar. Exigen ejercer en verdad esa interdisciplinariedad de que tanto se habla y tan poco se practica. Por eso resulta fecundo leer libros como el de VilaCoro, por conocer los centros neurálgicos del debate y un punto de vista sobre ellos, asumido por la autora con entera convicción. Adela CORTINA

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