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CULTURAL MADRID 23-01-1998 página 13
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CULTURAL MADRID 23-01-1998 página 13

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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23 de enero de 1998 A B C literario Poesía Lecciones de cosas y otros poemas Ángel González Círculo de Lectores. Barcelona, 1997. 281 páginas, 1.800 pesetas O es raro que el trabajo de un poeta acabe revelando, de alguna manera, la historia de un aprendizaje Eso dice Ángel González (Oviedo, 1925) al explicar el título de esta selección que él hace de sus versos. Reproduce la publicada en Cátedra en 1993, con algunas adiciones significativas: diez poemas de la primera época, muy ligados al modo del realismo crítico, cuya incorporación- d i c e- no supone una revisión, sino una reparación y ocho poemas de un próximo libro aún en el telar, De otoños y otras luces Seis de estos últimos fueron ya recogidos en otra selección precedente, la titulada Luz, o fuego, o vida publicada por la Universidad de Salamanca (1996) al recibir el poeta el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. No me extraña la adición primera. Refiriéndose a aquellos poemas calificados como comprometidos ha escrito Ángel González: Son problemáticos; por ellos fui loado y denigrado. Pero recuerdo un consejo de Cernuda; en lo que te critiquen, insiste, porque eso eres tú. Por otra parte, y para corregir el transfuguismo de casi todos los compañeros de promoción, nunca he dejado de manifestar cierta fidelidad de viejo mozo de estoques a la estética del compromiso Cuando ahora, desde el recodo de los últimos versos salidos de su pluma- bueno, los últimos deben de ser los de un precioso poema para niños (mayores) que ha dado a conocer recientemente en la Real Academia Española- releemos, guiados por la selección de su mano, los poemas, podemos descubrir al trasluz de su sucesión la historia de la adquisición de un conocimiento crítico de la realidad por medio de la poesía. Ello implica, a la par, un proceso crítico del conocimiento de la poesía misrria. Por esos dos raíles avanza la escritura de Ángel González desde que, tras una etapa juvenil ceñida al estímulo de las lecturas del Antonio Machado y el Juan Ramón Jiménez más intimistas y de la producción más colorista del 27, descubrió, con la lectura de Gabriel Celaya- Juan de Leceta- de José Hierro, Blas de Otero y Eugenio de Nora, que la poesía no podía transformar el mundo, pero sí clarificarlo (o confundirlo) nombrarlo (o borrarlo) ya que, confirmando o modificando nuestra percepción de las cosas, en cierto modo confirma o modifica las cosas mismas. Los libros de la primera etapa (comprendida entre los años 1956 y 1967) suponían estéticamente, sobre la base de una concepción de la poesía como conocimiento, la configuración de un yo poético, social no por el hecho de gritar las injusticias del mundo, sino porque cuanto ese sujeto expresa lo hace en su relación de miembro de la comunidad de los hombres y en un lugar y un tiempo precisos: Aquí, Madrid, mil novecientos cincuenta y cuatro: un hombre solo Las dificultades de la censura obligaban entonces a un cultivo de la ambigüedad, que resultó poéticamente fecunda. Lo mismo ocurrió con la adopción de una perspectiva irónica: además de establecer N una distancia respecto de los hechos que reducía el lastre pasional, favorecía en los lectores el ejercicio de una agudeza crítica que, redimiéndolos del oficio de traductores, los convertía en intérpretes. Los poemas de Ángel González ofrecían base para ello, por cuanto no hablaban solamente de su biografía o de la historia inmediata, sino de los eternos problemas del hombre, sobre todo del tiempo. En una segunda etapa (1968- 1985) como consecuencia de una relativa pérdida de fe en la eficacia de la palabra poética, el sujeto poético social cede el paso a un autor apócrifo, REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA Y FUNDACIÓN RAMÓN ARECES Ciclo de Conferencias: Felipe ii y su tiempo M a d r i d f e b r e r o de 1998 Felipe il, monarca universal. La leyenda antifilipina D. ANTONIO RUMEU DE ARMAS Director de la Real Academia de la Historia. Lunes, 9 de febrero El Mediterráneo y ei Atlántico en tiempo de Felipe II D. JUAN PÉREZ DE TUDELA Y BUESO Académico de la Real Academia de la Historia. Martes, 10 de febrero El proceso de Antonio Pérez D. MANUEL FERNÁNDEZ ÁLVAREZ Académico de la Real Academia de la Historia. Jueves, 12 de febrero La financiación de la Monarquía Hispánica D. FELIPE RUIZ MARTÍN Académico de la Real Academia de la Historia. Lunes, 16 de febrero Felipe II y las Artes. El Escorial D. FERNANDO CHUECA GOITIA Académico de la Real Academia de la Historia. Martes, 17 de febrero Las conferencias se celebrarán a las 19.00 h. Salón de Actos de la Fundador Ramón Areces. Solicitud de invitaciones e informadón: Fundación Ramón Areces. Vitruvio- 5.28006 MADRID. Tel. 563 07 99. Infovía: fundacionareces. inf Internet: www. fundacionareces. es La selección reproduce Ja publicada en 1993 con algunas adiciones significativas: diez poemas de la primera época, muy ligados al modo del realismo critico, y ocho poemas de un libro aún en el telar, De otoños y otras luces que experimenta de continuo procedimientos de escritura rayanos en la antipoesía. Resulta significativo que docena y media de composiciones de ese período aborden temas de poética: Escribir un poema: marcar la piel del agua. Suavemente ios signos se deforman, se agrandan, expresan lo que quieren... No puede definirse mejor la voluntad de elevar a categoría de belleza la prosa de la vida, descubriendo, por medio de una antirretórica, la verdad que se encuentra debajo de las convenciones lexicalizadas. En los dos últimos libros se advierte un deslizamiento hacia la meditación elegiaca. Aparece aquí un tercer sujeto poético, el hombre Ángel González con su experiencia biográfica e histórica a cuestas. Reducido a un montón de sueños, oscila entre la desilusión y la esperanza: Aquella luz que iluminaba todo lo que en nuestro deseo se encendía ¿no volverá a brillar? Pero las últimas composiciones permiten adivinar con claridad la reafirmación de la fe en la función de la poesía: Tranquilo, corazón; en tus dominios -así como lo oyes- lo que fue sigue siendo y será siempre En la magnífica, ejemplar trayectoria, se abren a partir de ahí nuevas expectativas. Víctor GARCÍA DE LA CONCHA de la Real Academia Española gHReces 13

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