CULTURAL MADRID 16-01-1998 página 57

16 de enero de 1998 ABC de la ciencia El José María Gatell afinna que la terapia (combinada es, por ahora, el único camino en el tratamiento clínico del sida cm zi BARCELONA Y EL CONGRESO MUNOIAL DEL SIOA Barcelona. María José Franco E topó con esta enfermedad en 1982 en Boston, a donde había acudido al Massachusetts General Hospital para aprender el funcionamiento de un servicio de infecciones y aportar esa experiencia a su centro, el Clínico de Barcelona. El sida era entonces una dolencia incipiente y desconocida que parecía cebarse en cuatro grupos de población: haitianos, hemotransfundidos, homosexuales y heroinómanos. Ahora, cuando el problema ha traspasado esos grupos y golpea a otra h que se creía a salvo, los heterosexuales, el doctor Gatell dirige en su hospital de siempre la unidad donde se trata a la tercera parte de los infectados del virus de! sida de Cataluña, tantos como los existentes en Bélgica y Dinamarca juntas. ¿En qué punto está la investigación sobre el sida? -Si hacemos balance de lo que ha sido 1997, tendríamos que distinguir dos campos: lo que se ha hecho en investigación básica y lo relativo a tratamientos. En el primero ha sido importante la identificación de los correceptores, elementos que están en ía membrana de las células y que el virus VIH necesita para entrar en ellas. Hasta ahora se creía que era suficiente que encajara con una so! a zona de la superficie para introducirse, pero se ha descubierto que son necesarias más. Esto puede tener una importancia práctica en el futuro, puesto que es posible pensar en S José María Gatell está considerado como uno de los mayores expertos internacionales en sida. Dirige un Departamento en el hospital Clínico Universitario de Barcelona donde se trata a la tercera parte de los infectados por VIH de Cataluña. Gracias a su prestigio mundial y a su labor, junto con el epidemiólogo Jorge Casabona, está organizando el Congreso mundial de esta pandemia en la Ciudad Condal que, en el año 2002, acogerá a miles de investigadores y clínicos algún fármaco que bloquee esos correceptores e impida la entrada del virus. En cuanto a los tratamientos, la hipótesis de la erradicación total de virus del organismo se ha enfriado mucho, incluso utilizando combinaciones muy potentes de drogas. Y si llega a ser factible, seguramente se requerirán tratamientos muy largos. Sin embargo, lo positivo es que, pese a la dificultad para acabar con el VIH, el control de la infección, inhibir hasta nivel casi cero su multiplicación, es un objetivo alcanzable y duradero. ¿Y qué supone ese avance? -Mantener el virus suprimido durante largos periodos se traduce en ventajas evidentes en cuanto a la supervivencia de los infectados. ¿Qué opinión le merecen los descubrimientos de Robert Siliciano y Dougias Richman, en el sentido de que el virus permanece latente en algunas zonas del sistema ¡nmunológico pese a las medicaciones combinadas? -Estos investigadores han demostrado en laboratorio algo que se esperaba: que el virus es muy difícil de erradicar y que, incluso, puede reactivarse. Esto no es ninguna rareza puesto que ocurre con otros virus, por ejemplo el del herpes. De todas formas, esos estudios no suponen en absoluto que no haya que seguir con las terapias combinadas, puesto que ese camino es bueno y, hoy por hoy, el único. Alargan la vida de los infectados, y se conseguirá que el sida sea una enfermedad crónica. ¿Cuándo es conveniente empezar el tratamiento? -Lo más correcto es comenzarlo en lo que conocemos como primoinfección, es decir, cuando la persona se acaba. de infectar, aunque no es fácil porque muy a menudo pasa desapercibida. La mayoría de ios afectados contrajo el virus hace tiempo. Sin embargo, hay otros pacientes que, pese a no estar en esa fase primera, tienen más de 500 linfocitos CD 4 y su sistema inmunológico está muy bien. Si éstos se tratan precozmente y tenemos éxito con ellos, se notará mucho en el futuro. ¿Y que opina de la vacuna? -La vacuna es para la población general, no para quienes ya están infectados. Cuando vacunas a un recién nacido de la polio, por ejemplo, adquiere defensas contra el virus y cuando entra en contacto con él no se infecta. Ese es el concepto clásico de una vacuna. En cuanto a los infectados por el VIH, hay quien ha especulado de la siguiente forma: cuando aplicas una combinación de fármacos, generalmente de tres, la carga viral baja y las defensas suben lentamente. Si además de ese tratamiento aplicaramos una sustancia que estimulara el sistema inmunológico, que podría ser una vacuna, ¿subirían más rápido las defensas? Quizá sí, pero hay que estudiarlo porque las vacunas clásicas nunca han servido para eso. ¿Qué ha supuesto para usted convivir con el sida? -Para mí, para los especialistas en enfermedades infecciosas en general, ha comportado un cambio brusco de mentalidad porque no estábamos acostumbrados a convivir durante periodos tan largos con pacientes que tienen un problema grave. Todo eso supone una transferencia de emociones muy enriquecedora. 57