Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
CULTURAL MADRID 16-01-1998 página 34
CULTURAL MADRID 16-01-1998 página 34
Ir a detalle de periódico

CULTURAL MADRID 16-01-1998 página 34

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
  • Página34
Más información

Descripción

A B C de las artes 16 de enero de 1998 Galería Marlborough Orfila, 5. Madríd Hasta el 14 de febrero De 250.000 a 40.000.000 de ptas. L O que distingue a Richard Estes de un pintor convencional, no es tanto un determinado dominio de la técnica- terreno tan a menudo cargado de miserias- como un extraordinario sentido de la economía y, en otro orden de cosas, la limpieza de una mirada fascinada por ia cambiante naturaleza del paisaje marino. Estamos muy lejos dei arte contemporáneo- entendido como urgencia experimental, búsqueda del límite o vocación problemática- pero muy próximos al viejo e imperturbable secreto del arte de la pintura. El agua de sus marinas, por ejemplo, da la impresión de ondularse al compás de la vibración natural del ojo, en sincronía perfecta con la oscilación de la maquinaria retiniana. Desde la cubierta de cualquiera de esos transbordadores que maniobran en los puertos de Nueva York, Venecia o Barcelona, la perspectiva que intenta retener el pasajero- fotógrafo o pintor ocasionales aquélla que le permite acceder a la misteriosa fijación de 1 movimiento. De ahí su obsesiva representación de la estela de los barcos, la espuma de las olas, la línea- ni demasiado contigua, ni demasiado distante- de la costa. Instalado a bordo de uno de esos buques, el pintor norteamericano podría hacer suya la sentencia de Elias Canetti (1905- 1994) Desde que me voy acercando al final del propio siglo, el XIX me parece más cercano Una pintura tan antigua como el mundo, pero que aspira a ofrecerse crujiente- a la manera de esos panes recién horneados que protagonizan su serie dedicada a escaparates de panaderías- a transmitir al observador la ilusión de ser el único transeúnte que pa Canal Street Station (53,3 x 76,2) óleo de 1995 saba por allí, el más madrugador, el primero en atravesar el puente de Williamsburg una mañana cualquiera. Es posible que, en última instancia, corresponda a la fotografía ia principal responsabilidad en la eclosión de una cierta manera de mirar el mundo- o de enfocar la ex periencia sensible- que tiende a transformar los fragmentos del universo objetivo en imágenes de la percepción subjetiva. Al recurrir a la utilización de instantáneas realizadas por él mismo, Richard Estes deja entrever su voluntad de asirse a un punto de vista inequívoco y tangible. Y en efecto, nada parece delatar en sus obras ia existencia de un sentimiento de extrañeza pintor aparece como el único testiante la realidad. Y sin embargo, monio humano, e incluso éste casi todas ellas desprenden una hace cuanto está en su mano por sensación de irrealidad, de aisla- esquivar nuestra atención. Sólo miento, de vacío profundo, que a percibimos entonces el latido del pesar de no ser reconocido de in- mar, semejante a la respiración mediato como perturbador, acaba acompasada de un animal asustapor crear una atmósfera indefinible dizo y sigiloso. En sus miniaturas de desasosiego. Esa atmósfera- óleos de 12 x 20 cms. Richard deriva sin duda de la minuciosa Estes se entrega con tal delicaausencia de todo género de refe- deza y fervor al estudio de las torencias visuales que no sean el nalidades acuáticas- metálicas, borde desierto de un muelle, la cu- verdosas, ocres, crepusculares- bierta solitaria de una nave, la des- que nos asalta la sospecha de que nuda superficie del agua, la arqui- la razón de su travesía no estriba tectura deshabitada del horizonte, en otro propósito que el de satisfael dibujo monótono del cielo. En cer la necesidad de vivir en estretales circunstancias, el trazo del cha vecindad con el elemento marino. A lo lejos, el cielo diáfano, la silueta de la ciudad se recorta como una pequeña maqueta de cartón abandonada. José Luis GALLERO Richard Estes (Illinois, 1932) vive y trabaja a caballo entre Nueva York y Malne. A finales de los años cincuenta comenzó a trabajar como maquetlsta e ilustrador en editoriales y agencias de Publicidad y, tras pasar una temporada en España, en 1962, decide dedicarse de lleno a la pintura. La ciudad de Nueva Yorl acoge sus dos primeras individuales en la galería Alian Stone, ante la sorpresa del público. Sus Inmensos lienzos hlperrealistas o sus minúsculos óleos, de pincelada delicada, a cielo y mar abiertos, de forzadas perspectivas y luces y reflejos imposibles, se han convertido en todo un espectáculo. La ciudad de los rascacielos- sus calles, puentes, trenes- es el motivo principal de las millonarias obras de este pintor 34

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.