CULTURAL MADRID 17-10-1997 página 8

A B C literario 17 de octubre de 1997 Poesía Teatro Aprendiendo a querer Carmelo Guillen Acosta Ediciones Altair. Cuadernos de Poesía Númenor. Sevilla, 1997. 192 págs. 2.000 pías Tengamos el sexo en paz Franca, Jacopo y Dario Fo Traduc. de Carla Matteini. Argitaletxe Hiru Hondarríbia, 1997. 76 páginas O más importante es que nos conozcamos bien, que llagamos el sexo bien, con pareja estable o sin ella, con quien queramos, cuando queramos y como queramos, y por eso hablaremos de sexo y de amor, de la relación amorosa completa, positiva, que ayuda a crecer a la pareja y al individuo, en su relación con la sociedad. Hablaremos de amor Así es la declaración de intenciones que aparece en la introducción de la penúltima obra de Dario Fo, escrita, como viene siendo habitual, con su compañera y esposa Franca Rame, y que tiene su origen en un libro anterior del hijo de ambos, Jacopo Fo, titulado El Zen o el arte de follar que supongo inédito en España. El texto de Jacopo Fo era un breviario que abordaba la sexualidad con la ironía propia del hijo y seguidor de tan gran satírico, y constituyó todo un éxito entre los jóvenes italianos, que lo conviri: ieron en una especie de libro de referencia sobre educación sexual. A partir de ahí, Rame decidió llevar a escena e interpretar ella misma un monólogo que abordase los mismos temas, a los que añadiría los ejemplos de su experiencia personal sobre la ignorancia primera y posterior aprendizaje de su propio cuerpo, el disfrute del sexo y el trato con los hombres. Finalmente, Dario Fo se encargó de la dramaturgia del conjunto, al que incluyó su versión de dos fábulas amorosas con intención ejemplificadora. A estos tres coautores habría que añadir un cuarto más, pues la labor de esa eminente dramaturga que es Caria Matteini dista de ser una traducción literal al uso, sino que ha hecho una fenomenal adaptación de las referencias italianas a sus paralelas españolas, y ha alterado también los momentos en que coincidían la Franca- personaje con la Franca- actriz, a fin de conseguir cierta neutralidad y generalidad, que permitiera a cada actriz que se enfrente al espectáculo desarrollar su propio discurso personal A pesar de lo simpático de un proyecto semejante, el resultado final no se encuentra entre los mejores trabajos de la familia Fo. El texto da bandazos facilones por distintos temas sin centrarse en ninguno, sin desarrollar un argumento sólido, y sin profundizar. Todo queda en una sucesión de anécdotas y avisos para navegantes, que surgen directamente de los estilemas libertarlos, contestatarios y progresistas de hace veinte y treinta años. El humor y la tendencia ocasional a la caricatura no esconden cierta propensión a lo didáctico, fruto de la desconfianza en el nivel de información de público y lectores que está en el origen mismo de este monólogo. Tengamos el sexo en paz por la sencillez de su mensaje y la banalidad de su forma, precisa de una gran actriz que pueda dar a estas palabras el cuerpo que por sí no tienen, pues existe el peligro real de desenganchar de una propuesta de tanto interés y tan poca exigencia. En Italia, la admirable Franca Rame hacía de sí misma, lo que siempre es una garantía. En España, ha sido (es todavía) Charo López la ejecutante de este sermón. Ambas justifican el acercamiento a un texto tan menor. L EÓN Felipe, comentando a Whitman, afirmaba que determinados poetas no tienen biografía, tienen destino, y el destino no se narra, se canta Guillen Acosta (Sevilla, 1955) en una nueva suerte de parábola lírica, lia trascendido la biografía en un amplio tratado de amor y ha cantado el destino de la razón humana Tras el Premio Tifies Humanidades (1996) el autor recopila ahora su poesía completa, publicada a lo largo de estos veinte últimos años. Ofrece también tres poemas inéditos En noche oscura Tono de amistad y De buen amigo y profundiza, una vez más, en la poética- defensa de los sentimientos, creación de vida- que le define; Es en la lección del cariño donde se generan la mayoría de mis versos y, tal vez por eso, me gusta que mis poemas transmitan emociones y que me descubran muy humano (es una pretensión) en un intento continuado por acercarme al lenguaje del corazón Algunos textos del inédito Acudid, héroes, a la derrota dados a conocer en revistas, y otros de tema navideño, han quedado excluidos. Cristóbal Cuevas pone el pórtico a la muestra desde el desciframiento de los valores esenciales de esta lírica: Su poesía refleja la aceptación del existir en toda su hondura. No oculta el entusiasmo de sentirse vivo, pero no se deja banalizar bajo la etiqueta de poeta alegre. Es hombre, en suma, y nada humano le resulta ajeno Cuatro poemarios Envés del existir 1977; Rosa de invierno 1988; La ternura infinita 1991; junto al citado Humanidades y una plaquette Nonaino (1992) constituyen su trayectoria. La superación del haz y envés del existir y la aceptación gozosa de la anrústad- forma superior de conocimiento desde la inocencia y la autenticidad constituyen las bases de este universo. Tres claves- pasión de absoluto, sentido del ritmo y señas de fidelidad- despuntan asimismo en estas fica el hallazgo de la intuición de la palabra, don preciosísimo que tiene el hombre a esta vida y a la otra eterna Acosta ha reclamado no sólo respetar el compás, sino captar el ritmo de las palabras y la vida. Advertía Rubén Darío; ¿Y la cuestión métrica? ¿Y el ritmo? Como cada palabra tiene su alma, hay en cada verso, además de la armonía verbal, una melodía ideal. La música es sólo de la idea muchas veces Al goce de la esencia ideológica- sostenía, de igual modo, Valle- Inclán- se suma el goce de la esencia musical: La rima junta en un verso la emoción de otro verso con el cual se concierta: hace una suma, y si L Acosta ha querido penetrar en el alma de los demás y de sí Truismo con el culto exclusivo de su palabra, con la música, con la afección y unión de Arte y Temporalidad páginas. Por más que el poeta defendiera no apegarse a nada su escritura refleja la paradoja constante de vivir. La raíz inaccesible quiero creer que eres la atención del misterio supone volver a atar el sentido de la vida a la trascendencia para explicar a Dios como un deseo buscando poro a poro hasta crearlo La religación a esa presencia última fundamenta el diálogo intenso, el secreto dulce que consume las rosas de invierno en la segunda entrega. La búsqueda de la Divinidad conlleva, en aquel momento, el predominio de raíces místicas como referentes. En posteriores libros, a través del ritmo se intensi 8 no logra anular el tiempo, lo aquilata en el instante de una palabra, de una sílaba, de un sonido. El concepto sigue siendo obra de todas las palabras, está diluido en la estrofa; pero la emoción se concita y vive en aquellas palabras que contienen un tesoro de emociones en la simetría de sus letras El ejercicio rítmico se complementa con la plenitud amorosa. Musicalidad y conocimiento en permanente significación Tanto La ternura infinita como Humanidades evidencian una vocación de sinceridad. Marchar juntos ante el goce de la luz, perderse en los versos ajenos y propios, constituye la verdadera disposición de afecto Ese oficio de entrega ese privilegio, se resume así en una sola idea; Mi vida se reduce nada más que a querer y cuando tiene un hueco se encierra en soledad a escribir, a dar fe de que vale la pena vivir como hasta ahora Apuntaba Darío en El canto errante (1907) Es el Arte el que vence el espacio y el tiempo. He meditado ante el problema de la existencia y he procurado ir hacia la más alta idealidad. He expresado lo expresable de mi alma y he querido penetrar en el alma de los demás y hundirme en la vasta alma universal También Acosta ha querido- con esa virtud demiúrgica que le acompaña- penetrar en el alma de los demás y de sí mismo con el culto exclusivo de su palabra, con la música, con la afección y unión de Arte y Temporalidad. José María BARRERA Pedro Manuel VÍLLORA