Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
CULTURAL MADRID 27-12-1996 página 8
CULTURAL MADRID 27-12-1996 página 8
Ir a detalle de periódico

CULTURAL MADRID 27-12-1996 página 8

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
  • Página8
Más información

Descripción

A B C literario Poesía- La sumisión de los árboles Tomás Salvador González Ave del Paraíso. Madrid, 1996. 77 páginas. 1.600 pesetas Mientras arden Javier Rodríguez Marcos Hiperión. Madrid, 1996 62 páginas, 900 pesetas H ACE pocos meses, parafraseando el título de la revista parisiense de Vallejo y Larrea, publicaba Tomás Salvador (Zamora, 1952) Favorables país poemas Era un libro que se declaraba emparentado con Alarma donde José Miguel Ullán tomaba diversos textos para tachar la mayor parte de ellos y salvar sólo algunas palabras de la profanación a que las condena el lenguaje convencional. Hacía él lo propio con frases arrancadas de periódicos y proyectadas, en diálogo con los espacios en blanco, sobre la página. Allí quedaba escrito lo que me parece una confesión autobiográfica: Memoria de una fidelidad a su tierra natal nunca le faltará el aire Se marida esa fidelidad con la que se profesan los poetas de aquel grupo que en los primeros años 70 luctiaban en la Universidad de Valladolid por la libertad, y que, presentados en sociedad en la antología Todos de etiqueta que preparó el propio Salvador, animan juntos ahora como revista insignia El signo del gorrión No he logrado ver Reunida estación de ciudades el primer libro que publicó en edición clandestina en 1975. Pero La entrada en la cabeza (1986) marca ya ese espacio de fidelidad a su tierra desde una doble convicción ética y estética. Sólo existe- decía Eliot- la lucha por recobrar lo que se ha perdido y encontrado y vuelto a perder muchas veces Y también: Tuvimos la experiencia pero perdimos el significado, y acercarse al significado restaura la experiencia en modo diferente Entre esos dos polos se mueve esta escritura que se querría casi secreta. Toma título La sumisión de los árboles de un texto en el que John Berger se pregunta sobre el significado de esa quietud de arraigo que los árboles muestran frente a cuanto fluye. Y por los signos comienza Interrogándose el poeta en la primera parte, Aleda ¿Quién despertará con las palabras de los mudos? ¿quién de vosotros vela la voz del escondido? (pág. 15) Por la escritura de Salvador cir- dad que deflne el carácter cíclico de la vida y que connota la prisión del tiempo, Aquí es fácil dejarse ilevar Sólo que eso no basta Habla de su tierra y entre esos dos polos va reuniendo su mirada otras miradas- en ese sentido es social la poesía de Tomás Salvador- y se hilvanan como las palabras hasta darle perfil a una figura De nuevo percibe entonces el poeta, leyendo el humo de las chimeneas y el de la lumbre, que los muertos son cimiento, sillar hundido por las manos como una devolución, un enviado hacia lo firme (pág. 40) que no sólo ellos están mudos sino que el corro de los mudos se nutre I Lugares y seres de una historia personal gravitan en estas páginas hacia un espacio simbólico. Espléndido libro éste de Tomás Salvador, un poeta alejado del mundanal ruido culan tres elementos: narración, descripción y reflexión. Pero de cada veta sólo emergen indicios aislados que condensan la referencia a una experiencia concreta, al tiempo que estimulan la imaginación del lector para que en libertad reconstruya no la anécdota sino ei significado. Lugares y seres de una historia personal gravitan así hacia un espacio simbólico. En todo bulle un presentimiento y acecha el miedo, y terminamos por descubrir que ante la amenaza del invierno son los vivos y los muertos quienes se juntan en corro y prenuncian palabras temblorosas, pauta del significado. Abre la segunda parte del libro esa circulari- también, por ejemplo, de esos mudos jugadores de ajedrez o de cartas que en los bares de los puebles matan el tiempo que, en realidad, los mata. Frente a la convencional evocación bucólica de la vida de aldea, alza Tomás Salvador la conciencia de que relumbra la belleza en el coi- azón mismo del horror (pág. 39) La rememoración de la infancia y de la juventud le lleva a la consideración de que entonces no había otro tiempo libre que el robado. Rezuman los versos la monotonía del vivir- mi madrina cuenta y hace las camas, cuenta y cose y lava... -y los objetos- tres cartas cerradas que ella guarda en la mesita- se cargan de sugerencias simbólicas. Puede la memoria reconstruir los fragmentos como si fueran los de un vaso roto: encajan pero ya no delimitan un vacío anhelante (pág. 60) Y así van las imágenes de muerte y resurrección, intercambiando sus voces en textos construidos con una técnica cinematográfica, que funde los planos temporales y espaciales, la realidad y el sueño. Puede verse en el formidable poema Una pizarra muda que da la clave final del libro. Ha ardido un pinar y en la cuneta yacen troncos desnudos mientras en los calcinados se sobrepone la vida. Árboles y hombres entran y salen, sumisos en la pizarra renegrida: una tiza nos dibuja como un matorral y un trapo húmiedc nos borra (pág. 66) Espléndido libro de un poeta alejado del mundanal ruido. Víctor GARCÍA DE LA CONCHA de ia Real Academia Española NCLUIDO por García Martín en Selección nacional. Última poesía española (1995) y por Joaquim Manuel Magalhaes en Poesía espanhola de agora (1996) Javier Rodríguez Marcos (Nuñomoral, Cáceres, 1970) es autor del poemario Naufragios y del libro Los trabajos del viajero (ambos de 1995) Su entrega inaugural abordaba la tesis de la travesía estética- itinerario personalfrente a la amenaza de la vida: El azote del viento nocturno del fracaso no conoce los códigos secretos del océano Con el cruel cabotaje de la navegación meditativa recrea una escena imaginaria, la orilla de un mar que anuncia luces y despedidas: Queden para los otros la eterna gloria y el humo de los grandes barcos Ese itinerario marítimo también llega, aunque con otros motivos, hasta el nuevo volumen: Latía la marea como si fuese humana y la sombra lo fue llenando todo De su primer intento lírico, el escritor apunta: Aunque muchas de las estaciones me eran cuando menos familiares, me di cuenta con el tiempo de que más que del viaje estaba hablando del deseo del viaje Por otra parte, en este premio Jaén de poesía 1996, la poética queda clara: Escribo estos versos mientras arden El creador alza de nuevo las escalas de los mapas y de la vida, para emprender distintas rutas: El destino da igual, en este viaje todo vuelve a empezar, la meta es irse Aquel pasajero anterior vuelve con sus recuerdos por la mágica presencia de las cosas del mundo y acepta redactar las Imágenes de ese regreso: Los barcos de leyenda y las grandes rutas del océano- una obsesión de años- han dejado su lugar al árbol que florece mientras escribo esto y a lentísimos trenes, escenas que en el fondo no son más reales que las otras porque, como la muerte al hombre, la ficción de las palabras las iguala a todas. Poemas, en fin, de un poeta viajero en trenes de cercanías Ahora, desde la Tumba de Wordsworth hasta la Inscripción final, los diferentes textos muestran las múltiples facetas del mundo interior- dramatis personae -implicadas en el discurso: la infancia, la reflexión sobre el tiempo. No es extraña aquí la conciencia de ser para la muerte y la consiguiente vigilia de los días. La actitud de renuncia y la reconstrucción de la memoria conllevan la reflexión sobre el afán imposible y el aprendizaje del sueño mortal La apariencia poco importa. Lo demás, viento y vanidad, miseria En la antología de García Martín, el autor explica: Siempre pensé que el ideal más alto es conseguir que, como en el tiempo de los mayores de San Agustín, el mundo y las palabras coincidieran en el poema Por si aquello fuera, como me temo, imposible, me limito, y no es poco, a pedirle a un poema algo inexplicable que cabe en una palabra y que nada tiene que ver con su longitud o la escuela de su autor: intensidad Aunque la escritura no deje de ser un accidente- la extrañeza por harer intentado ese empeño alguna vez- según coii í a el propio Rodríguez Marcos, la aventura de s j poesía es profunda y reclama un lugar importante en nuestra escena literaria. José María BARRERA

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.