CULTURAL MADRID 13-10-1995 página 57

Creacionética EL JUZGADO l á B l i í- S í -í SSi -iíVSí. i; -y: -i Y- S ívíí X un la MntMicte daij liaitliio enEE. UU. hwi O. J. SlmiiBon. ilum Ie ia l0l li i llkla ri 1 lásilina quélAflNIcitil ie ta arantfas procésalas, wia dkfrla fpíitjites aciones de ia humanidad Irrtaf pmla, ño asté incluida en los planes de astuiüos Msicos. Si lo estu viera, todos sabríamos que el problema del Jurado hay que inta 9 rai 1o en un problema más general. Neceattaumps Jueces, pero ¿cómo seleccionarlos? La polémica entre Jueces- magistrados (profesionales) y Jueces- ciudadanos (elegidos para cada Juicio) es muy antigua y, a estas alturas, está llena de connotaciones extrajurídicas. Hace unos días, Francisco Umbral escribió sobre el tema. Umbral tiene una singular perspicacia para captar bloques de ideas. No suele hacer discursos argumentados, sino impresionistas, en ios que expone con eficacia un modelo conceptual. Defendía el Jurado por lo que tiene de democracia directa. Como el subjetivismo es irremediable, se fía del Jurado porque compenaa un subjetivismo con otro. Lo considera, además, pedagogía democrática. Es la confianza en el buen sentido de la calle. Hoy, en España, el Jurado lo postula más la Izquierda que la derecha. Con eso bastaría para Implantarlo. Algo temen del pueblo, y poco creen en to coiiililnran bHi M da cfilnap la da un discurso procurado típico, hacaaarlo en un país jio donde loa Jueces sean designados políticamente, haya tribunales especiales, no exista la independencia Judicial, ni otras garantías Jurídica Pensando en esas cosas, la Ilustración a p o fervientemente la instauración del Jurado. El pueblo se Juzga a sí mismo defendió el gran Kant. Sin embargo, este discurso, del que todos somos deudores, no me parece adecuado para una democracia. Todos somos dignos de opinar, sin duda. Pero opinar es una cosa y Juzgar es otra muy distinta. El Juez- sea magistrado o ciudadano- tiene que cumplir dos funciones: averiguar ia verdad y aplicar ia ley. La opinión no es suficiente para sentenciar. Una sentencia debe Justificarse. La evaluación de las pruebas es el terreno más pantanoso, comprometido y difícil de ia teoría procesal. En un país democrático, el tema del Jurado debe perder connotaciones políticas. Justificables en otros contextos, para convertirse en un asunto técnico. Lo que nos importa es saber qué sistema ofrece mayores garantías. Os igual que sea un Juez, un Jurado, o una computadora. José Antonio MARINA Fotografía de Gabriel Cualladó 1