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CULTURAL MADRID 20-05-1994 página 11
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CULTURAL MADRID 20-05-1994 página 11

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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A B C literario Novela estas alturas de fin llante carrera literaria de de siglo, cabría Isaac Montero quedó grapensar ante este vemente comprometida, auodécimo volumen naIsaac Montero pues los tiempos habían rrativo de la ya sólida y ancambiado, el realismo esAlfaguara. Madrid, 1994. 256 páginas, 1.750 pesetas taba agonizando y todos fractuosa- sobre todo al los compromisos habían saltado hechos peprincipio- carrera literaria de Isaac Montero, aceptación suponía la posibilidad de publicar dazos. Montero no había estado silencioso que la principal de sus características es la de el libro sin problemas. Pero la nueva ley, todadurante aquellos años, desde luego, pues haentablar una y otra vez una tenaz investigación vía sin reglamento, permitía a cualquier autor la bía publicado mientras tanto una novela excede los límites del realismo literario, que el esedición de sus propios libros, con un nuevo lente, Los días de amor, guerra y omnipotencritor intenta perforar en cada uno de sus liprocedimiento, el del depósito previo, tras el cia de David, el Gallado (1972) una de las taaros para rescatarlo del descrédito en el que cual el libro podía ser difundido si la censura bulaciones narrativas más complejas, parecía- y en cierto modo sigue pareciendodivertidas, imaginativas, repletas de cultura y estar sumido. En efecto, Estados de ánimo metaliteratura de aquellos años; participó en s una fábula perfectamente contemporánea, debates y polémicas literarias en defensa como lo son y lo han sido en cada momento siempre del realismo que agonizaba- tuvo una rodas las narraciones de este autor, se ciñe a magistral con Juari Benet en la que no le faluna fenomenología estrictamente actual, y al taba razón, aunque quizá se pasó de rosca en laísmo tiempo, a través de esa misma tabulalas argumentaciones, de lo que se aprovechó ción narrativa, escruta comportamientos y su contrincante- trabajó como periodista, puconductas morales de la sociedad española blicitario y guionista de televisión, y publicó de nuestros días. Si se piensa, sin embargo. sus tres primeros Documentos Secretos en Que su primera novela- corta y ganadora de dos volúmenes en 1972 y 1974, un experiun premio Sésamo Una cuestión primento literario excelente, aunque quizá demamada se publicó en 1964, cuando todavía siado cargado de documentación y análisis estaba vigente el realismo social, o más bien para permitir un completo vuelo narrativo. Y ya Sociológico como se le llamaba por aquel en los últimos años, publicaba el cuarto y meentonces por mor de la censura, se verá que jor de sus Documentos -la novela Necesiesta tendencia literaria ha sido una constante dad de un nombre propio (1978) una fic n la obra de Montero, tanto en los días fastos ción seudopolicial cargada de ingenio y metaliComo en los actuales que podrían ser calificateratura, Arte Real (1979) que es otra de rlos de nefastos. En 1957 había obtenido tamsus mejores obras; vio cómo el encargo de tiién el mismo galardón en la especialidad de escribir una novela policiaca de verdad se le Cuento, y al tiempo, por su participación en la transformaba en un amplio análisis de la socierevista Acento Cultural -de la que fue cofundad española y de la burocracia policial ex dador y redactor- jefe en su primera etapa, al franquista bajo la transición democrática en ado de su director de siempre, Carlos Vélez, y Pájaro en una tormenta (1984) -que gozó de Pue pese a estar financiada por un organismo una buena adaptación televisiva- culminando oficial reunió en su torno a lo más granado del hasta hoy su carrera con otra novela larga, realismo de la época, y cumplió una excelente Señales de humo (1988) y el libro de cuen Esta novela nos devuelve tos La primera comunión de Aurorarroja labor de rebeldía política evidente bajo el régimen anterior- pudo pensarse entonces que se al mejor Montero, al escritor (1991) sin contar sus continuas actividades abría ante el escritor una prometedora carrera. televisivas. realista y crítico Otra narración corta, Al final de la primavera en 1966, permitió asimismo alimentar todas repleto de sarcasmo y no Estados de ánimo nos devuelve al mejor as esperanzas. Isaac Montero, al escritor realista y crítico, reexento de ternura, ácido, pleto de sarcasmo y no exento de ternura, Aquel año fue precisamente el de la Ley de conceptista, con un bu en ácido, conceptista, con un buen y original maPrensa impulsada por el ministro de Informanejo del diálogo, oscilante entre el relato y la ción y Turismo de la época, Manuel Fraga, y original manejo del novela- el libro tiene la concepción de lo priQue venía así a sustituir una legislación anterior diálogo, oscilante entre el mero y la extensión de la segunda- creador Promulgada en 1938, en plena guerra civil. relato y la novela además aquí de un personaje excepcional, su Con una rígida censura previa que deformaba protagonista, una casi madura, soltera y poco profundamente la literatura de la época, la agraciada mujer, brillante economista y alta educación literaria del público lector y cerraba ejecutiva de una gran empresa que debe res paso a la aparición de una literatura más ponder en unos pocos días a una doble llaacorde con la época, y cuya dilatada vigencia mada: la exigencia de una corrupción im- que había cambiado su nombre por el de ri el tiempo muestra con claridad que la liberpuesta por su empresa- inolvidable la entre Gabinete de Información Bibliográfica -no se tad de expresión en España estuvo sujeta duvista con el jefe máximo- que le oponía. Ni corto ni perezoso, Montero se acodante casi tres decenios a una reglamentación proporcionará un futuro profesional más brigió a este procedimiento, y publicó a sus ex élica. ¿Cómo extrañarse de que muchos de llante todavía, y la posición que debe adoptar pensas el libro añadiéndole un sustancioso s escritores- sobre todo los más jóvenesfrente a un asunto más sexual que sentimenprólogo de más de 30 páginas en el que relaQ e Se acercaban eotonces a la creación litetal, donde su cuerpo es tan importante o más taba todo aquel proceso. arja lo hicieran como quien va a la guerra? En que todas sus reservas intelectuales. El libro fue prohibido otra vez- pese a la 19 RR Montero cumplía 30 años y las nueva ley, que se pretendía aperturistadPs novelas cortas que hasta entonces había Isaac Montero sigue siendo realista, sí, pero Publicado habían sido- sobre todo la primera- dando lugar a un proceso que supuso la cona la altura de los tiempos; la suya no es una lidena del escritor, que a su vez recurrió a insteratura light ni mucho menos, sino ética y convenientemente destrozadas por la censura tancias superiores ante el vacío legal de reglapolítica, y, tras tantas experimentaciones fron e guerra hasta entonces vigente. mentación existente. El libro fue depositado leterizas y renovadoras del realismo habitual, no En 1965, su primera novela larga, Alredegalmente sin poder ser distribuido, y el hay que olvidar que para él la literatura es una or de un día de abril que iba a ser publicada proceso llegó hasta el Supremo donde languireinvención de la realidad como decía en el P r la Editorial Plaza Janes, fue totalmente deció sin llegar a sentencia alguna, hasta que célebre prólogo a su primera y tan maltratada prohibida. Al año siguiente, y con la nueva ley la llegada de la transición democrática y la novela. Todo un programa estético y ética, g rensa ya vigente, fue presentada a conabolición tactual de la ley de Prensa de Fraga cumplido con tenacidad, solidez y profesiona ta voluntaria una especie de negociación permitieron el rescate de la novela, que aparelidad poco comunes. Ojalá hubiera más. l evia a la que podía acogerse todo editor anció entera- y con el prólogo de marras- en fus publicación de un texto, en la que 1981. Pero el mal ya estaba hecho, y la briRafael CONTÉ ron aconsejados una serie de cortes cuya A Estados de ánimo 11

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