CULTURAL MADRID 04-03-1994 página 55

A B C de la ciencia LA TIERRA Treinta y cuatro años después del histórico descenso de Jacques Piccard y Don Walsh, un robot submarino japonés exploró la enigmática Sima Challenger de ¿afosa de las Marianas de un desierto, la experiencia japonesa con el Kaiko, mitad aventura, mitad ciencia, es una experiencia muy interesante que aumentará los conocimientos actuales sobre zonas profundas poco exploradas. Además, permitirá confirmar con precisión la profundidad de la Fosa de las Marianas Por su parte, los investigadores japoneses confían en rentabilizar esta y otras misiones futuras con la explotación comercial de la gran riqueza mineral existente en las regiones abisales. El interés se centra particulamente en los nodulos de manganeso, ricos en cobre y cobalto, existentes en los fondos abisales. Un robot norteamericano, conocido con el nombre de Julio Veme Explorer, navegará hasta la sima Challenger para ensayar los materiales de un futurista aeroplano submarino, el Deep Flight II, con el que un científico norteamericano pretende descender en 1996. Pero en esta carrera hacia las profundidades del mar, Japón lleva una clara ventaja, puesto que el más avanzado robot norteamericano, el AIyin ha cumplido ya veinticinco años. Anomalías gravitacionales La mayor parte de las investigaciones norteamericanas de la fosa de las Marianas se han realizado con altímetros embarcados en los satélites Seasat. Han sido trabajos geofísicos dirigidos a estudiar las anomalías gravitacionales de esta zona. Las últimas exploraciones con el robot Alvln se han centrado en las enjpciones volcánicas en el océano y han permitido, según el último número de Earth Planet Science Letters, obtener las primeras imágenes de gran calidad del suelo nnarino a los pocos días de una erupción. Según los expertos, los viajes a las simas marinas arrojarán luz sobre los movimientos sísmicos producidos por el choque de las placas continentales.