Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
CULTURAL MADRID 02-10-1992 página 24
CULTURAL MADRID 02-10-1992 página 24
Ir a detalle de periódico

CULTURAL MADRID 02-10-1992 página 24

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
  • Página24
Más información

Descripción

ÍS i p- yr? La última palabra ¿Arte contemporáneo? L V r ST A reducción a lo absurdo es un método utilizado por los matemá ticos para demostrar o refutar alguna proposición que no se aclara por otros procedimientos más usuales: se toma una idea y se le aplica un caso límite; en éste, el valor que toma la proposición es tan contundente que evidencia la verdad o falsedad en cualquier otro caso. Este método lo acaba de aplicar el pintor Antonio López al teorema estético del Centro de Arte Contemporáneo Reina Sofía. López tomó la proposición de ese Centro y, llevándola al caso límite, se prohibió a sí mismo exponer en ese museo. Las partes del silogismo eran: el Reina Sofía no admite en sus colecciones arte figurativo, Antonio López es un pintor figurativo, ergo Sin embargo, en vista de las presiones, por fin se ha entrado en razón. Era lógico. Dado que el Reina Sofía se presenta como un Centro de Arte Contemporáneo y que es público, es decir, costeado con el dinero de todos, debe incluir todo tipo de arte contemporáneo; puesto que hay bastantes pintores figurativos que están trabajando ahora mismo, es de suponer que son contemporáneos. Si no se les acepta en el Reina Sofía hemos de pensar que es porque, a pesar de ser contemporáneos, no son arte, con lo cual nos enfrentamos una vez más a la gran cuestión: ¿Qué es el arte? ASTA 190.0 aproximadamente esa pregunta tenía una respuesta objetiva puesto que, a pesar de los cambios de estilo, cada uno de éstos llevaba consigo un conjunto de reglas y estándares de calidad que permitían a los críticos y espectadores evaluar las obras de arte y, lo que es más importante, tener muy claro, incluso hasta la evidencia, lo que es y no es arte. Pero a lo largo del siglo XX, con la consolidación del llamado arte de vanguardia ha sucedido un hecho- seguramente bueno para los que se autodenominan artistas pero catastrófico para el espectador y los críticos- se han abolido cualquier tipo de criterios, de manera que todo vale y, en medio de esta subjetividad total, no es que seamos incapaces de calibrar si una obra es más o menos buena, es que ni siquiera se puede decidir si un trasto es o no arte. Hoy en día, teniendo en cuenta la ausencia de un canon de criterios evaluativos, ¿qué requiere un objeto para ser considerado arte? Es necesario 1) que sea producido por alguien que diga ser artista; 2) que sea expuesto en una galería, publicado o exhibido; 3) que los críticos digan que es arte, y 4) que se venda. A primera condición es relativamente fácil de cumplir: ningún gremio de pintores ha de aceptar en su seno al principiante, como en tiempos de Leonardo. Tampoco hay criterioylécnicos o de maestría aceptados como aval de categoría, y es artista casi todo aquel que se presenta como tal; nadie dispone de criterios objetivamente aceptados para contradecirle. Existe, además, la patente de corso yo me expreso La segunda condición es relativamente fácil: sólo exige el pago de los alquileres del local y los gastos de exhibición. L H 4i3 La tercera es la más difícil, pero no insalvable: sabido es que las galerías tienen poder económico sobre los críticos, a quienes encargan prólogos remunerados, y que los críticos dirigen revistas donde las galerías se anuncian por no poco dinero. Si un marchante está dispuesto a promocionar a sus presuntos artistas, cuenta con medios económicos para persuadir a los críticos a su favor. En la servidumbre actual del arte al comercio, la manera de decidir qué es arte y qué no, se asemeja en gran modo a una operación comercial, como el lanzamiento de un nuevo detergente; se hacen subir las cotizaciones mediante los mismos mecanismos agiotistas con que se eleva el precio de las acciones en la Bolsa, y mientras los teóricos de la vanguardia no adquieran un conjunto de criterios para calificar las obras, facilitarán la equiparación del arte a cualquier mercancía, al eliminar toda posibilidad de exigir calidad, excelencia o intensidad en una obra. A ello han contribuido las capciosas teorías del objeto en sí, o arte ensimismado, como se ha dado en llamarlo en España. Pero en este bonito esquema del arte actual hay un peligroso olvido: ninguna de las tres condiciones legitimadoras del arte contemporáneo garantizan que el producto desempeñe la función que, desde la prehistoria hasta hoy, ha correspondido a la obra de arte, a saber, la de producir impacto emocional en el receptor. En este esquema el observador, el p ú b l i c o queda peligrosamente relegado, cuando no abiertamente menospreciado. Es por ello que algunas voces sensatas insisten en que el arte es una dialéctica entre objeto y sujeto, entre obra y espectador, y en que, si no se produce una interacción entre ambos que enriquezca, conmueva, vitalice, o por lo menos asquee, pero con intensidad, al espectador, el objeto no es arte, sino cosa. P L A última condición también es alcanzable, mediante la maniobra comercial de inaugurar exposiciones con todo vendido, adquirido por un grupo inversor que apuesta por el artista. Y todo lo dicho con relación a la pintura es igualmente válido para otras artes, donde el montaje publicitario, la crítica y el gasto en publicidad pueden cambiar la suerte de una obra. Con lo cual, el criterio económico prevalece sobre el estrictamente artístico. ARECE que los figurativos no han conseguido en los tiempos que corren ninguna de estas tres cosas; es más, creo que han servido como chivo expiatorio y espantajo aborrecible contra el cual se han definido y legitimado todo tipo de proouestas informalistas que, por el simple hecho de no ser figurativas o tonales, ya se consideran legitimadas con el marchamo de arte contemporáneo. En cualquier caso, creo que Antonio López puede consolarse pensando que si no está en el Reina Sofía, algún día estará en el N luseo del Prado junto a Rafael, Velázquez y Goya, cosa que incluso a Picasso y Dalí les hubiera gustado más. Luis RACIONERO 24

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.