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CULTURAL MADRID 20-12-1991 página 28
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CULTURAL MADRID 20-12-1991 página 28

  • EdiciónCULTURAL, MADRID
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A B C de las artes Las arboledas de Francisco Bergareche F RANCISCO Bergareche (Madrid, 1946) vive rodeado de ártjoles surgen espontáneamente en mis cuadros porque los tengo ahí; vivo con ellos no muy lejos de la capital y sí distante de las prisas, de los humos, del cemento. Sus paisajes son imaginados, pero tienen un punto de referencia en su entorno. En esta muestra que presenta ahora, el árbol es el eje: cedros, pinos, cipreses. Unas veces se yerguen solitarios sobre caminos soñados. Otras, forman el paisaje, conviven con la montaña; son un todo con el cielo. Sus árboles no son el paisaje sin más: marcan la perspectiva e invitan al sosiego y la quietud. El toque humano de Bergareche trasciende la mera presencia física- e n sus cuadros prescinde de la figura humana- para parapetarse detrás de la naturaleza, para hermanarse con ella y presentarla sin aditivos, como ese grueso pino que sombrea en el campo, solitario, pero majestuoso, enmarcado por el cielo. Ramaje Bosque Jardín de Ashe House Chorro del regato Ciprés o Pino nos hablan de esa atención preferente por unas formas, las de los ártxjles, que sirven de soporte, por su irrealidad in- Almoneda Vía Cornelia Fernando el Santo, 5 Hasta el 5 de enero De 45.000 a 220.000 fierente, a la sensible imaginación del pintor, que ha presentado durante estos años variéis exposiciones. La delicadeza del trazo de Bergareche ayuda a crear una atmósfera paisajística teñida de una tibia luminosidad, acentuada por el sabio tratamiento de las tonalidades verdes. Esos tonos de verde que recuerdan la enorme variedad que se distingue en los paisajes de las montañas del norte. El realismo y la abstracción están en permanente lucha en estas dieciséis telas (once óleos sobre lienzo y cinco sobre tabla, la mayoría de medio formato) aunque Bergareche se define como artista figurativo. La paleta de blancos y grises de sus bodegones de comienzo (la primera exposición madrileña, en la desaparecida galería Círculo 2 se remonta al año 1967) más fría, deja paso ahora a una gama comfáeta y compacta de verdes, tratados con una pincelada suave y ligera en la que domina una técnica depurada que diluye su huella en el color. Obra de Francisco Bergareche Gema PAJARES Drago Galería Manuel Maclas Manuel Silvela, 2 Hasta el 31 de diciembre De 175.000 a 750.000 pesetas Nuevas generaciones Galería Espalter Marqués de Cubas, 23 Hasta el 8 de enero De 40.000 a 360.0 (X) Antonio Laita Caja de Ahorros de Navarra Juan Bravo, 3 Hasta el 22 de diciembre De 155.000 a 830.000 pesetas U NA realidad resquebrajada, en la que habitan sombras de abismos, superficies en vertiginosa tensión sobre la nada... Así es el murKto de la exposición Espejismos que presenta Susana Quincoces, Drago en la galería Manuel Macías. Un mundo en el que lo geométrico comparte protagonismo, aunque atemperado, con una masa cromática arañada, cincelada meditadamer te, y en el que la artista nos ofrece la visión de una materia primigenia en transformación, a veces violenta, a veces pausada. Hay un inusitado equilibrio de fuerzas en las creaciones de Drago, como si estuvieran a punto de estallar, inesperadamente, al igual que en una de esas explosiones cósmicas de la que se desprenden nuevos asteroides. Algunos cuadros, en efecto, semejan representaciones de astros, caras ocultas de planetas recién descubiertos. Y Drago desbroza en sus pinceles todo el silencio y la luz misteriosa de esas geografías inertes. En el universo de Drago nada permanece estático, siempre parece estar cambiando a ojos vista, en dirección a ese segundo crucial que provoque un nuevo y minúsculo big- bang SHite nosotros. C ONSAGRAR museísticamente a unos jóvenes por el mero hecho de serlo parece tan fantástico como sería premiar a unos viajeros en tránsito por una estación, cuando lo mejor sería ofreceries flores a la llegada. Por eso me complazco yo en oponer a esta política de fechas de registro civil la antigua virtud del aprendizaje y el heroísmo. Y así, frente a cualquier jolgorio provinciano, llamo yo la atención sobre los jóvenes que inician su camino recién salidos de la Facultad de Bellas Artes, como son estos seis pintores que integran la exposición cabalmente titulada Nuevas generaciones cuyo gran defecto, en todo caso será llamarse Gadea, Gaya, Gómez, Millán, Pedraza y Rodríguez. En esta breve antológica hay de todo, desde los que todavía andan a la sombra de algunas maneras profesorales, hasta los que ya se orientan personalísimamente. Elvira Gadea es un caso rutilante, una pintora capaz de dotar de misterio nuestras visiones más familiares, capaz de convertir en grave y suntuosa pintura el reto de k más tópico, hazaña que únicamente los bien dotados pueden ensayar y, como aquí ocurre, salir airosos en el empeño. Son seis pintores del mayor interés, y entre ellos elijo yo este nombre: Elvira Gadea. Tomen nota. A. M. CAMPOY L A producción más reciente de Antonio Laita (la de los últimos tres años) es la que se presenta estos días en Madrid. Un recomdo por los paisajes, bode nes y dibujos de este artista permite una mejor comprensión d su trabajo, un acercamiento a unas otwas efl las que- tomando como Ijase los úttinros acof tecimientos sucedidos en el mundo- plasma sU particular y peculiar visión del día a día. Los tonos claroscuros abundan, en un dibuj y una pincelada en donde la realidad abre camino cierto a lo soñado; donde la paleta realis puede quedar traicionada por un subconscienj pleno de sensaciones. Es el mundo íntimo Laita- que se d a empapar por lo que le Of cunda- el que aflora en sus cuadros. La variedEKJ de las técnicas empleadas f este pintor no es sino un reflejo del caracte con que afronta las diversas emociones, t n elaboradas, que plasma en sus cuadros. E. fí O dones sutiles entreveradas, en la misma pf j porción de realismos y ensueños, de actitu consciente y de litwe imaginación. Como ha dicho un crítico, trabaja en nos de pintura tradicional, sotM- e base ilusionisia de sólido dibujo y claroscuro, que nos po ante un arte muy de nuestros días, pasando P todas las diabluras del subconsciente P. C. G. P- m

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