BLANCO Y NEGRO MADRID 01-10-2000 página 24

ñero porcjue sí. El consumo de drogas se convirtió en algo aceptable de un modo que no debía. Además, los lazos íamiliares se rompieron, las viejas comunidades se desintegraron cuando la gente abandonó su tierra por trabajos mejor pagados. N o estoy diciendo que todos los chavales que consumen la droga procedan de íamilias rotas, pero el cariño familiar no se da hoy en día. Ahora es mucho más fácil para un niño acabar con compañías equivocadas que hace diez años La gran evasión La recesión, dice Khun Rasamee. ha incrementado la popularidad de la Ya ba de varios modos. Li gente la utiliza para huir de sus problemas. Las unidades de lucha ann droga han visto sus presupuestos fuertemente recortados. Pero el principal problema- afirma es el siguiente: las drogas son Con Ya ba, comer y dormir resulta imposible. La euforia da paso a la agresividad un modo tan fácil de ganar dinero que la gente desesperada enseguida recurre a ella para escapar de las deudas Un ejemplo del periódico de hoy mismo: un campesmo que vendió sus tierras durante los años del auge económico para comprar un salón de belleza. Mientras la economía crecía, su negocio obtuvo unos rápidos beneficios que con su granja nunca logró. Cuando la economía se vino abajo, su clientela de campesinos decidió que tenía que pasarse sin su tratamiento facial semanal a base de hierbas. Aliogado por las deudas, el dueño del salón pasó a traficar con droga. La Ya ba tiene literalmente forma de moneda. Para los productores de droga es como emitir su propia moneda, sólo que más fácil. Todo lo que necesitas es acceso a sus BYN 2 4 componentes químicos, electricidad y unas pocas horas comenta Don Stadcr. consejero para asuntos de drogas de la Embajada de Estados Unidos. El equipo necesario cabe en el maletero de un coche Un productor a gran escala fabrica pastillas por menos de un baht cada una. En Bangkok, las venden por entre 50 y 100 bahts cada una. El margen de beneficio es enorme para todo el que forma parte de la producción afirma Stader. En zonas del norte de Tailandia, la Ya ba ha sustituido al dólar como segunda divisa. Se ha hablado de gente que cambiaba coches, camiones e incluso casas por la droga. Hace poco, la Policía detuvo en el N o r t e a ganaderos por vender vacas que transportaban grandes cantidades de Ya ba en el recto. Un tentador plus para los ganaderos de! Sur que, después de haber extraído con las manos las pastillas envueltas en plástico, pueden venderlas y sacar un buen beneficio. Para los contrabandistas y traficantes supone ventas piramidales de un producto que siempre vende bien. El dinero es fantástico dice Noi. un estudiante y camello de 18 años expulsado de una de los más importantes institutos de Bangkok. Compraba las pastillas en Klong Toey por 50 bahts cada una y las vendía por 100. Al principio, sólo tenía cinco clientes así que regalé unas cuantas como muestra. Cuando íui detenido, cenía 65 clientes habituales. Era tan guay... Los profesores nunca te registran. Sólo me pillaron porque estaba derrochando el dmcro. Pero entonces ganaba 5.000 bahts al día. Olvidé lo que valía el dinero