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BLANCO Y NEGRO MADRID 16-07-2000 página 29
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BLANCO Y NEGRO MADRID 16-07-2000 página 29

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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O sear Niemeyer (Río Janeiro, 15 de diciembre de 1907) uno de los últimos monstruos sagrados de la arquitectura y, sin duda, más imaginativos, tiene una voz frágil, un rostro alargado, una mirada fuerte y espíritu de poeta. El padre de Brasilia, uno de los grandes hitos de la arquitectura moderna, continúa acudiendo todos los días, a las 10 de la mañana, como si tuviera veinte afíos, a la oficina señala, un edifico art- dtcó frente de la playa de Copacabana y con vistas a las montañas. N o sin razón, las mujeres y las montañas han sido sus grandes musas. Su mesa de trabajo, en un despacho lleno de libros, está situada frente a una bellísima foto de mujeres desnudas tumbadas al sol. Así convierto el hormigón en algo sensual. Liberé al mundo de la tiranía artificial del ángulo recto en favor de la línea curva, la línea verdadera de la vida bromea. Con una profunda conciencia solidaria, el arquitecto brasileño es un defensor de la libertad a ultranza. Creó un modernismo flexible, curvilíneo, de formas ondulantes y transparentes, inspiradas en lo biológico, con un ritmo y una composición de Ubre fantasía. Recibió el Premio Priktzer en 1988 y, desde los años 40, ha sido una de las personalidades que más ha atraído a los arquitectos de vanguardia (llegó a la escena internacional en 1937. bajo la tutela de Le Corbusier y Lucio Da Costa) El arquitecto más prolífico del siglo XX (más de quinientas obras) ha inaugurado recientemente su último trabajo, el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi, a la afueras de Río de Janeiro, un inmenso platillo con una rampa ondulada rosa. Siempre controvertido, entre los proyectos que tiene en marcha se encuentra la Casa de Brasil en Portugal y varias construcciones en Brasilia, ciudad que él diseñó y que este año celebra su cuarenta aniversario. BYN Iniagino que su encuentro con Le Corbusier cambió su mimdo. ¿Cómo le conoció? ON Yo trabajaba en el equipo Lucio Da Costa, entonces director de la Escuela de Bellas Artes de Río de Janeiro. Un día, en 1936, me pidió que fuera a recibirle al aeropuerto. Venía de visita seis semanas para un proyecto que hacíamos, el del Ministerio de Educación Pública. Es inimaginable la emoción que procuraba aquel evento para un arquitecto tan joven como yo. Todos los de mi generación en Brasil sentíamos una admiración sin límites por ese hombre que venía del Viejo Continente, cargado de cultura y de ideas nuevas. Nuestra arquitectura era muy clásica. N o tenía nada de original. Le Corbusier, con su saber, introdujo el cambio total. Luego trabajé con él. BYN En que le influyó? ON Aunque aprendí mucho trabajando con él y leyendo sus teorías, la única influencia directa que tuve tiene que ver con la siguiente frase que él me dijo; La arquitectura debe ser universal Como él, siempre glorifiqué la estructura y el ejemplo más sobresaliente es Brasilia, donde la arquitectura está muy presente. Gracias a él, sentí que yo sería un arquitecto diferente. Desde niño, había estado dotado para BXN 29

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