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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-07-2000 página 72
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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-07-2000 página 72

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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mi. Duros a tres pesetas uentan que Santiago Rusiñol, uno de los pocos creadores que han sabido conciliar brillantemente los ohcios de escribir y pintar, decidió, a mitad de camino entre la ironía y la investigación social, recorrer unos cuantos pueblines de su Cataluña natal con una cesta llena de duros de plata, de los de mil novecientos y poco, colgada al brazo. Llegaba a las plazas, se sentaba a la sombra, y ofrecía su mercancía ¡a tres pesetas! Duros a eres pesetas, lo nunca visco. Llegaban recelosos los paisanos, miraban la mercancía, alguno la tocaba e incluso la mordía ante la vigilante y curiosa mirada del fundador de la tertulia de Els quatre gais N o consiguió vender un solo duro. A los españoles suele gustarnos más lo caro que lo barato, independientemente de que lo caro, lo desmedido de precio, sea bueno o malo. La desconfianza y el papanatismo operan tan singular conducta en la que brillan los nuevos ricos, los del pelotazo. Acabo de beber, para bien acompañar un magnífico besugo al horno, un vino blanco de la Denominación de Origen Vald e o r r a s de d o n d e Orense ya coquetea con León: un Guitian Blancc ¡996, hecho con uva godella, que me costó en la tienda mil pesetas y que, en consecuencia, saldrá de la bodega a ochocientas más o menos. Una delicia con brillos dorados y verdes, ligeramente afrutado, que se abrazaba al sabor blanco del besugo como un consejero autonómico al coche oficial. Un duro como los de Rusiñol. Por Manuel Martín Ferrand C comprar duros a tres pesetas y nuestros contemporáneos se pirran por adquirirlos a ocho o a nueve. (He propuesto los ejemplos de más arriba sobre vinos blancos para salir de la rutina de los tintos. N o faltan bebedores que, en su ignorancia, siguen predicando que el mejor de los vinos blancos es el peor de los tintos Incluso para ellos cabe la comparación. Acabo de probar, por setecientas pesetas en la tienda, un Castillo de Lu ón ¡994, un tinco de Jumilla, más que aceptable y, por el mismo precio, el ProtilUjo Merlot Í 9 9 6 de La Mancha, fantástico) Afortunadamente ya no hay vinos malos en España. La sabiduría de los enólogos, el talento de los bodegueros y la aportación tecnológica hacen que, ya, los peores sean buenos. Si. además, se le añade al gozo del beber la alegría del buscar- por la misma razón que no leemos la misma novela una y otra vez- tenemos a la vista un repertorio de ofertas más que razonables en precio y calidad. Conjugando los dos parámetros, las mejores del mundo. on los restaurantes ocurre cosa parecida. N o falta gente que, con la ayuda de las clasificaciones de las guías al uso, confunde precio con cahdad. Lo más caro no es, nunca, lo mejor. Aún admitiendo que lo muy bueno tiene que tener su precio porque las materias primas lo tienen en el mercado y la elaboración mimosa requiere muchas horas de dedicación. Un ejemplo: l Racé de Can Fa bes San Joan, 6, Sant Celoni, Barcelona) (Ver ByN número 4 1 6 8 del 16- 5- 99) es, en mi modestísima opinión, el restaurante más completo de España gracias al talento de su jefe, Santi Santamaría. Se puede comer muy bien por unas doce- catorce mil pesetas: mucho más barato, en valores absolutos, y muchísimo en los relativos, que en muchas de las casas de moda. En sentido contrario, lejos del lujo, la moda y la cocina de autor pocas cosas tan caras como las modestas tabernitas y casas de comida que vuelven por sus fueros en las que un gazpacho o una verdura y unas chuletitas de cordero, con un vino medio y un postre sencillo, se ponen por las seis o siete mil pesetas. En este sentido se pueden recomendar, por su excelente relación calidad precio, Paulino (Alonso Cano. 34. Madrid) en donde, comiendo bien, se pasa en poco de las tres mil pesetas, o Las Batjucas (Reina Victoria, 17. Madrid) en donde, haciéndolo de maravilla, no se llega a ellas. Aún así. tampoco hoy Rusíñol haría un buen negocio. Hay epidemia de giliporcelanas s C el Somontano he probado también, hace poco, un Viñas del Vero Chardonnay Blanco iggS al mismo precio. Como el Chardonnay Blanco 199 de Enrique Mendoza, de Alicante. Comparen ustedes, que aquí nunca le ponemos nombres a lo malo, con los precios y las calidades que se encuentran en las cartas y los vinos de los restaurantes de mayor postín y saquen sus propias consecuencias. Los paisanos de Rusiñol. prudentes, no querían D avN 72

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