Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
BLANCO Y NEGRO MADRID 09-04-2000 página 58
BLANCO Y NEGRO MADRID 09-04-2000 página 58
Ir a detalle de periódico

BLANCO Y NEGRO MADRID 09-04-2000 página 58

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página58
Más información

Descripción

El reino ermitaño de las mañanas tranquilas EL REINO Ermitaño (por su aislamiento) o el País de las Mañanas Tranquilas (por su belleza) dos nombres históricos de lo que hoy conocemos como Corea, ha sido ei último territorio de Extremo Oriente en abrirse a Occidente (a finales del siglo XiX) y en convertirse en un destino turístico internacional (todavía lo está intentando) Los Juegos Olímpicos de 1988 fueron el gran trampolín moderno y televisivo que dio a conocer este interesantísimo país a todo el mundo. Los coreanos esperan que la Copa Mundial de Fútbol de 2002, que se celebrará conjuntamente en Corea y Japón, complete esa labor. A caballo entre China y Japón, los dos colosos históricos y culturales del Extremo Oriente, Corea ha sufrido siempre (y también se ha aprovechado) de sus influencias, incluso de sus invasiones. Pero Chosun (que este es su nombre en coreano) tiene su propia personalidad perfectamente diferenciable e identificable. El arte, la gastronomía, las costumbres pueden parecemos a simple vista como derivados chinos o nipones, pero a poco que conozcamos la realidad coreana sabremos diferenciarlos. La puerta de Nandaemun se parece, pero es distinta de la de Tienanmen. El kimchi es tan picante como diferente de un tempura con wasabl. Y un hanbok sirve para resaltar la belleza femenina igual que lo hace un kimono, pero nadie ios confundiría. El pueblo coreano, descendiente de tribus originarias del Asia Central, asombrosamente tiene muchas similitudes con los pueblos mediterráneos, ai menos más que otros pueblos vecinos. Los coreanos son afables, socarrones, abiertos. hospitalarios... también cabezones y algo machistas. ¡Familiares, no? Aunque Corea del Sur es mucho más que Seúl, la capital es siempre la capital. Prácticamente destruida durante la guerra civil (1950- 53) hoy se nos muestra como una moderna ciudad de rascacielos salpicada por algunos edificios antiguos que perduran como verdaderas joyas arquitectónicas. De los 46 millones de surcoreanos, 12 viven en Seúl (ila cuarta parte! lo que la convierte en una de las ciudades más populosas de la Tierra. No es de extrañar que las aglomeraciones y el tráfico endemoniado sean dos de sus principales características. Sin embargo, si sabemos buscarlas, encontraremos en medio de la vorágine urbana verdaderos remansos de paz, como los palacios de Toksugung y de Kyongbokkung; y bellezas como la Puerta del Sur (Nandaemun) una de las cuatro que se conservan de la antigua muralla que rodeaba la ciudad en ei siglo XIV. Pero Corea es mucho más. Es, por ejemplo, la ciudad de la cerámica, Inchon, una Talayera o un Manises oriental donde podemos encontrar el mayor número de maestros alfareros por kilómetro cuadrado realizando tanto obras vanguardistas como copias fidedignas de la cerámica verde celadón de la dinastía Koryo (918- 1392) Los que se interesen en la historia más reciente no deben perderse la aldea de Panmuqjom, unos 40 kilómetros al norte de Seúl, en medio de la Zona Desmilitarizada que, paradójicamente, es la región mejor protegida del planeta. Último bastión de la Guerra Fría, en Panmunjom se pueden ver, casi tocar, a los soldados norcoreanos que custodian la frontera más caliente de la Tierra. Kyongju es otra cosa. Capital del Reino de Shilla (57 aC- 935) está considerada como un museo sin paredes. Milagrosamente conservada, esta ciudad refleja todo el esplendor que sin duda tuvo Corea. Tumbas reales, monumentos civiles y religiosos, pero sobre todo el monasterio de Pulguksa con sus insuperables pagodas y la gruta de Sokuran que encierra una colosal figura de Buda tallada en piedra, uno de los ejemplos más interesantes de la imaginería budista de todos los tiempos. Y el que quiera naturaleza, en el País de las Mañanas Tranquilas la va a encontrar. A poco que abandone los grandes centros urbanos, que no son tantos (Seúl, Pusan. Kyongju, Taejon) se topará con maravillosos parques naturales como el de Soraksan, en el Este de la península, muy cerca de la frontera con Corea del Norte. Contemplando sus montañas se llega a la conclusión de que los autores de las pinturas tradicionales orientales en las que aparecen los picos desgastados de milenarios montes que salen de las nubes, no son más que torpes copistas de lo que la naturaleza dibuja a diario. reservas, que estaban en una cota de 3.900 millones de dólares en el momento en el que Kim se hizo cargo de la Presidencia, sobrepasaron los 76.700 millones de dólares el 7 de febrero de 2000. Los tipos de cambio, que anteriormente se habían disparado a 1.964 won por dólar, se estabilizaron en 1.100. Además, Corea del Sur obtuvo cifras de superávit comercial con 39.000 millones de dólares en 1998 y 24.500 millones de dólares en 1999. Contrasta dramáticamente este panorama alenta- dor con el de Corea del Norte. Allí, inundaciones, sequías, mala planificación gubernamental y diferentes desastres de todo tipo asolan el país desde 1995. La economía norcoreana que parecía repuntar en los años 80, se ha derrumbado estrepitosamente tras la desaparición del bloque soviético que era su único aliado. Después de años de negar la evidencia, el Gobierno norcoreano acaba de reconocer que en su país se muere de hambre. La política exterior puede que sea el terreno en el bna reimificación al estilo de la alemana costaría hoy no men ILilGO T KEGItO i t

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.