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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-04-2000 página 51
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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-04-2000 página 51

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La fiesta de San Micolás- (Í 665- 68) de Jan Sleen La cocinera- ¡658- 1660) de Vermeer Memoria de un siglo mos un poco de memoria y recordemos que en 1609 España reconoció la independencia de este Estado. Adiós a las armas, por el momento, y a esa escuela artística que aglutinaba bajo la misma bandera al conjunto de los Países Bajos, A partir del siglo XVII, Flandes volverá la vista hacia un lado y Holanda, hacia otro. Vidas y artes separados con una nítida frontera de por medio. La exposición La gloria del siglo de oro no sólo está compuesta por pinturas de los más grandes artistas de la época sino que también la integran dibujos, grabados y distintas piezas del arte decorativo, reflejo de los gustos estéticos de una época y sus gentes. La recreación es amplia y, aunque la mayoría de los trabeuos aquí reunidos pertenecen a los fondos del Rüksmuseum, también se ha conseguido traer de distintos museos europeos relevantes piezas de Vermeer, de Rembrandt o de Frans Hals, entre otros. La exposición de pintura, escultura y artes aplicadas permanecerá abierta del 15 de abril al 17 de septiembre, mientras que la de dibujos y grabados se cierra el 16 de julio. Allanamiento de morada ¿Quién aparece en uno de esos supremos ejercicios de sutil indiscreción que firma Vermeer? Como quien no quiere la cosa él mira, y nos invita a mirar, por el ojo de la cerradura. Una mujer está a sus cosas, hacendosa dama ensimismada en sus cotidianas costumbres, en medio de una estancia a la que no le falta ninguno de los detalles. El allanamiento de morada queda consumado cuando ya el aire nos envuelve, hasta lo respiramos, y estamos a punto de departir en distentida charla sobre los bollitos que está amasando. Todo sin habernos invitado de antemano. Ciertamente, ésta es una manera más bien simple, hasta tonta, de interpretar un supremo ejercicio de precisión pictórica, de domino de las perspectivas, de extrema sensibilidad técnica, pero la puerta se ha abierto más que a las disquisiciones teóricas al cotilleo en estado puro. Si a la pintura holandesa del siglo XVII lo que más le interesa es mirar el ombligo de su propio mundo, la realidad cotidiana, a nosotros, trescientos años más o menos sabios, nos queda el placer de dejarnos llevar sin complejos ni remordimientos por el delicioso vicio del voyeurismow histórico. Hemos cogido a Vermeer como ejemplo de este interés provinciano localista, de ese gusto propio de las gentes de este tiempo por verse retratados en estampas del día a día hasta en la paredes de sus casas, que define uno de los temas principales de la pintura holandesa del siglo XVII, pero también es el caso de otros creadores como Jan Steen, Metsu y Leyster. En otro acto cuasisacrilego tomewww. rijksmuseum. nl nos al maestro de los maestros, Rembrandt, para hablar de otra característica: el talante gremial de esta pintura y también de la estructura socio- económica de aquellos días. En La lección de anatomía hay un cadáver cerúelo- tan real como la vida misma- en el centro del lienzo y un grupo de médicos y estudiantes departen sobre el cuerpo humano y sus internas miserias. Aunque el aire no sea tan puro como en el caso de Vermeer y sus insulsas escenas impregnadas del olor de una suculenta receta que se cocina en la lumbre de al lado, aquí también respiramos y tenemos que contenernos BUIGOT NEGRO 51

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