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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-04-2000 página 39
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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-04-2000 página 39

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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POR SIEMPRE PRI CESA. Ni Rainiero, ni Monaco olvidan a la princesa Grave. En el palacio su memoria eslá presente en los retraíoa y bustos que decoran las grandes estancias (a la izquierda) De puertas t uera, el Principado luce en todo su esplendor esa historia presente, pasada y futura- que hahla. de millones de turistas y millones de dólares. Pero también hay un todo un mundo detrás de las bambalinas. La vida dentro del palacio requiere el cuidado equilibrio de cada detalle. 4 la derecha, arriba, dos miembros del servicio de limpieza sacan brillo a los rutilantes artesanados del salón del trono. Debajo, los preparativos de una de las muchas cenas que se sirven en el palacio ónaco- Montecarlo están comenzando su gran transición de siglo y milenio que la titubeante salud del principe Rainiero (tiene setenta y seis años) cubre con un tupido velo de centenaria continuidad familiar. Desde hace más de seis siglos, los Estados caen, cambian, guerrean y se disputan las fronteras de Monaco, pero la dinastía de los Grimaldi preserva su independencia con el guante de seda y la mano de hierro de quien ha conseguido escapar a las tentaciones imperiales de Italia, de Francia y de España. Desde su legendaria y aventurera llegada al peñón de su diminuta ciudad- principado, los Grimaldi han tramado alianzas y defendido su frágil independencia con una eficacia evidente. Sin tierra, sin agricultura, sin industria, sin mano de obra, amenazados durante siglos por los príncipes y reyes italianos, franceses y españoles, ellos han conseguido salvar la tierra y el patrimonio de sus ancestros, creando una fabulosa y legendaria ciudad- Estado- empresa multinacional que también es un símbolo único, y excepcional, en la geografía mundial del gran lujo. M Circuitos del lujo El Monaco del siglo XXI será el fruto maduro de varias generaciones de príncipes consagrados a inventar una ciudad cosmopolita y modélica, cuya prosperidad pasa por su apertura, absoluta, al dinero y al lujo, sin fronteras, venga de donde venga, y su capacidad de ofrecer seguridad, ocio y prosperidad para sus vecinos y sus huéspedes, que vienen de los más remotos lugares del mundo a pasar unos dias jugando en el casino y tomando el sol en alguno de sus hoteles de lujo. La transición que comienza deberá preservar esa herencia, única, ahondando las relaciones y privilegiada posición de la ciudad en los circuitos del gran lujo internacional. Solo, viudo, enfermo, con dos hijas que le han dado muchos quebraderos de cabeza y un hijo que se prepara, desde hace años, para asumir su deslino personal al frente de la ciudad construida por los patriarcas fundadores de su dinastía familiar, el principe Rainiero ha comenzado a hacer el balance definitivo de una obra muy vasta. A las puertas del siglo XXI, Mónaco- Montecarlo son, hoy el último fruto de un siglo de muy profundas metamorfosis. Hacia el año 1900, quizá años antes, Mónaco- Montecarlo tomó una decisión estratégica mayor en la historia mundial del lujo: echar los cimientos de una gran industria del ocio y las vacaciones en lo que ya era la Costa Azul, pero todavía no habla encontrado su definitiva vocación multinacional. Nuevos ricos nuevo lujo La Invención del turismo del gran lujo tiene raíces muy profundas en la Europa de los balnearios y las grandes ciudades del XVm. Mónaco- Montecarlo jugó un papel esencial a la hora de convertir la Costa Azul en un foco de atracción para las grandes fortunas y familias adineradas, dispuestas a atravesar toda Europa para pasar unas largas vacaciones a la luz de las costas del Mediterráneo. Esa invención de una ciudad BLUGOTKEliRa 31

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