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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-01-2000 página 58
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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-01-2000 página 58

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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finitivamente, yo siempre digo que en principio sí, pero que nunca se sabe, porque de José, que tiene un carácter muy cambiante, no te puedes fiar: a lo mejor se levanta una mañana y le da la vena de retomai el grupo. A mi me dio mucha pena que Mecano se disolviera, me pareció hasta injusto defraudar a la gente y defraudarnos a nosotros mismos, porque es muy difícil llegar adonde habíamos llegado y me pareció muy gratuito que Mecano se disolviera. Pero también entiendo a José: estas cosas no se pueden hacer si no se sienten, es algo contra lo que no se puede luchar. -Estai en medio de las peleas de los hermanos Cano no debió ser muy agradable... -Pues no, pero ése debe ser mí Harma (se ríe) porque con Arto y Andrés también me ha ocurrido lo mismo. Con Nacho y José acababa agotada psíquicamente, porque, además, aunque habitualmente no coincidían, cuando coincidían ya podía estar yo en desacuerdo que no había forma de que cambiaran de opinión. Siempre tenía que equilibrar la balanza, pero eso me ha ayudado mucho a formarme; de aquí, quizá, viene mi espíritu diplomático. -Usted, de todas formas, se sigue llevando bien con Nacho y José María. -Si. Nacho y José son parte de mí, parte de mi familia, le diría, y yo los echo de menos y me apetece saber de ellos. También por eso me dio tanta pena que José decidiera no seguir adelante con el grupo- Pero antes de la ruptura definitiva decidieron parar durante dos años. ¿No presintió entonces el fin de Mecano? -No. En esa ocasión sólo nos tomamos un descanso que yo necesitaba, porque estaba agotada. La táltima gira de Mecano fue muy difícil, porque las diferencias entre Nacho y José se acentuaron y yo, entre unas cosas y otras, tuve el problema ése de la voz. ¿Qué le pasó con la voz? -Pues que un día que hacía mucho frío me quedé medio afónica y, como no podíamos parar, forcé y forcé y la cagué. Entonces, me empezaron a entrar todas las inseguridades del mundo, y al final de la gira yo no quería saber nada de música ni de cantar. Fue entonces cuando me marché dos años a Nueva York. le... El canto lo dejé totamente. porque, además, me lo aconsejó el foniatra. Me dijo que rae olvidara, que ya volvería, porque estaba un poco pá allá psicológicamente, muy preocupada, y eso no era bueno. En ese año también hice cosas que a lo mejor a la gente le pueden parecer muy aburridas: me tiré una semana entera sin salir de casa, por ejemplo, decorando un mueble de madera virgen que me compré. Ya, al segundo año, empecé a dar clases de canto y, como Nacho y yo vivíamos en Nueva York, en el mismo edificio, y él muchas veces me llamaba para que escuchara las canciones de su nuevo disco, me empezó a entrar el gusanillo de volver a la escena; además, como Nacho estaba componiendo los temas para su disco, estaba claro que Mecano no iba a reunirse pronto; así que empecé a pensar en lo que yo podía hacer. Admiraciones -Ahora vive en Londres. -Sí. Vengo a Madrid con frecuencia, porque mi familia está aquí y también la casa discográfica. Ya le digo que no me gusta ser reconocida y, aunque en Londres hay mucho español, y parece que te los ponen encima delante de la narices (se ríe) como la gente se siente colega fuera de su país, el trato es más natural y por eso no me importa hablar con ella. Los que me agobian son los fans que se acercan todos nerviosos, porque entonces yo también me pongo muy nerviosa. -De todas formas, supongo que los entiende- Claro que los entiendo, porque yo también soy fan: el día que Arto Lindsay me presentó a Marisa Monte en el estudio de grabación me puse como un ñan. Pero, con todo, no puedo evitar que mis fans me hagan sentir incómoda. ¿Hay algo de su vida privada que no le importe contar? -Creo que nunca he estado tan bien como ahora en el terreno personal. Me siento tan feliz, que a veces me da miedo por si se estropea. No creo que pase nada malo en mi relación sentimental, porque es de esas veces en las que estás muy segura, pero hay coches, Aquí, ser yo, ser Ana Torroja, es muy dificiL Llegó un momento en qm ¿Qué hizo allí todo ese tiempo? -A veces nada y a veces mucho. El primer año necesitaba encontrarme conmigo misma: esta profesión es muy bonita, pero te vacías mucho porque estás dándote continuamente y necesitaba tiempo para mí. ¿Y por qué se fue al extranjero en vez de quedarse en España? -Es que aquí ser yo, Ana Torroja, es muy difícil; ahora menos, pero antes llegó un momento en el que Mecano era muy importante y resultaba muy incómodo salir a la calle, cosa que a mí me molestaba mucho, porque siempre he sido muy independiente y nunca me ha gustado que se sepa en dónde estoy o con quién, y eso que a nosotros se nos respetaba un poco, porque no dábamos pie al cotilleo. Por eso me escapé: el primer año estuve viajando, estudiando inglés, baiaviones. enfermedades... Es algo absurdo, ya lo sé, pero cada vez que me subo en un avión me pongo a temblar por si pasa algo y la felicidad se acaba. -Usted habló en una ocasión de lo complicado que es para una mujer tener hijos cuando lo desea, porque a lo mejor le falta el hombre, o depende del reloj biológico, de su trabajo... ¿Es éste su momento ideal para ser madre? -Ahora, con el disco, está complicado, pero yo espero que el que se encarga de dirigir nuestras vidas me haga algún día ese regalo, porque la maternidad es un regalo, un don, y también una necesidad, porque es algo que te pide el cuerpo y muchas veces tienes mono de hijo. De todas formas, si no puedo ser madre, adoptaré uno, porque soy muy niñera y se me cae la baba con todos los crios. I BLUCO Y IIE 6 R 0 58

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