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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-07-1999 página 30
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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-07-1999 página 30

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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fíil Í 3 Í uno de los grupos de vertebrados más abundantemente representados en los ecosistemas de la península durante los últimos 140 m. a. A lo largo de esta historia han pasado por nuestro suelo muchos tipos de cocodrilo, con diseños corporales que, en muchos casos, nos parecerían fantásticos si no fuera porque, de alguna forma, han pervivido en el registro fósil. Los cocodrilos más primitivos eran muy diferentes de lo que conocemos por sus parientes vivos. Eran animales terrestres de cráneos altos como los de muchos dinosaurios carnívoros, e incluso presentaban dientes agudos y con bordes serrados como los de Tyrannosaurus. Sus cráneos eran también más cortos y ligeros, con grandes órbitas que permitían una visión frontal y estereoscópica. Su cuerpo era grácil, con extremidades largas y dispuestas verticalmente debajo del cuerpo (a diferencia de la disposición más horizontal de las formas actuales) Como hábiles corredores, los primeros cocodrilos terrestres eran capaces de sostenerse sobre la punta de sus dedos, tal como hacen los mamíferos. En España se conocen fósiles de algunos de estos cocodrilos primitivos como es el caso de uno de los más pequeños jamás descrito (apenas 20 cm de longitud) procedente del yacimiento de Las Hoyas (Cuen- ca) que es el representante más primitivo conocido en Europa del tradicional Orden Crocodylia. El más antiguo Caracterizado por su diminuto tamaño y por tratarse de un ágil corredor, probablemente se alimentaba de insectos que cazaba entre Ha vegetación que rodeaba el lago de Las Hoyas. Esto s diseños corporales sobrevivieron hasta hace 20 m. a momento en el que se reconocen los últimos ejemplares en América del Sur Hacia el final de Jurásico (tiace 140 m. a. los cocodrilos sufren una espectaculai- radiación, de forma que cuando excavamos en los yacimientos de esta época encontramos tanto especies primitivas como representantes de una serie de nuevos linajes. Estos nuevos linajes poseen diseños corporales cada vez más próximos a los de los cocodrilos modernos. Los primeros representantes de estos linajes en España son formas marinas que podemos encontrar en distintos yacimientos a lo largo de la Cordillera Ibérica (Riela en Zaragoza, Griegos en Teruel, Cuenca) o en los yacimientos del jurásico asturiano. Dichas formas habitaron los mares somero s que dividían en varias islas la actual Península Ibérica, y tenían distin- BLtUGO Y I E G U O 30

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