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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-08-1996 página 4
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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-08-1996 página 4

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Cine Por JULIÁN MARÍAS DE ÍA REAL ACÁDEm ¿GAÑOLA A LCATRAZ es el nontíG esD V i cJe una ave nwina, que ha servk 3o da ación a jn pequeña isJa cerca de Sai Francisco, sede da la í nosa p e r t l e i x i de la que se censaba que era impo jia esc Hr. Esta pe xj a úe Nfeha Bay, -Tbe Rock La Roca í tiene Alcalraz como escenario y núcteo de a i argjrpenlo. Un genera! americano Bamacto l- kíTmei, gtofioso contiatiente en varias guerras, senie conxí una grave hjiEtoa que el gotíemo no ha a jndemuzado a bs combatientes t íe han padecido en eüas; con u i giiflDo de- rrianrves -es decá inlantes de manna- esco dos. ocupa AI atra 2 H en ocasión de estar ccíi más de cchenía turisas vialantes, a los que hace rehenes, S no se saíisfacen sus petcimes, Ice irá mataido, y al fhai lanTarS solxe la varios mistes cargados con i n gas irortíero, ¿OuS hace Uo Be puede ceder; bootoadea la roca seria matar atosieh es; TKar a los sutjferfadoa desde dentro parece imposfoie. Se cicurre una idea mu iiínj- osa: en jn 3 pñsií n está un hofndre iamado Masen (Sean Comer í, que estLM) en Ateafraz y consgiíó escapar, supera d impo cte; ccn a v cte un esperto en e ítosivo 3 y venenos NkKías Cage) se busca a Masc i, se le í rece la líberSad a cambo de su cdaDccaciiiíi y se silenta percírar en ALCATRAZ la lortaieza para denolar, si es positjie, a los invasores. La pstcu a es- de KCiúfi- en grado superiatK j; ro se pjede xmer lo que pasa en elía: más am, caá no 5 e pjede percbir, porque tcdo es tan continuo, precipitado y abrisnadcf, que se ensaya i r e técnica que rej esenta isia ifvxrvadún- no estoy seguo de que afalLTi ía- en el cine Proó Damaíse la simijltanedad de las ¡rnagenes: no es ya que se 3 an vert nosamenle, Síio que a cada (xia accíTipana, cas a la vez, de msTera dfnd de distinguir, ota pnxedenle de uia acdón císíinta, deo 1 ra- 5 eiie 5 arg. írrentai, yaeías se une pcf lo menos UÍH tercera Es, cieitaiTienle, un alarde lécíéco, un virtuosismo de la aceieraciún pen? el resultado hsvitabie es J conlus. ón: la a Vitetgibixlad escasea sobremanera en esta p ícula. en ella la oscuridad, cero acaso no sea la ffiquieLaníe moda, Eíio b que se Harria, en otrcs aspc- cios, o 9 enca del gutón- lodo acontece en i entrabas Alcatraz, y ea rcnn que casi lodo Kíé cacuro, TOcapiichosarTisno, conx) en otras peiioulas. Hs que añadí el estruendo, que es conslante y eííttemadQ, y no soto el de las eípiosones o disparos, Y el nfdo y fixia de la acctón Heno la aimcai de una mú ca constante y tarriiién esijuendosa, que en la mayíx p e de la psfcula esictfta la ccnterrí kyj, a la Vi y, por artadnAfla, al dramatismo, que scífe mucho rrés eFcaz s ¡se sprtwechase todo ef s ¡iej ¿o positte, que ro es mucho, -La Roca es notable pCf varias cosas- el tai to de sus acucies, el apío -echaniento de la madurez de Sean Conr erv, el hisT or qua se desfiza en bs inie- sticios en que cabe, el derroche de recursos teóricos, ctom nio de! a cámara y su rrenética a dad, S reproche que le haria es el e eso de todo e to, la K- ageración, la desrn ¿sua B a gumento es demasiado endttiie, y fa ccoducta fmaf deT Quiera) Hurrínel d Hards) sigrtTKra ur reccriccJTuenlo qije el guión hace a la levedad de pianiearrfenlo ¡rkM. La ccíitemplariíjn de esta pefcula es fatigosa; rx e 3l ácJqije ta a! íf ción ro dsmíjvya ante B trepidanie acción, ñ un respro; hay mud K) s momentos en que shipterrken no se entieríde b que pasa; es posjbfe que les quo b han hecho respondiesen a esto: fJi iHce falta pero mi pem discrepar. La rtegla det che de acddn, o amodón, misleno, BT! J -como sdá dedr su pubücidadcor tiaenque. apesardeeío, se eitend a tcdo, y ei placer era doble y pentjabie. Hay una tendencia muy dfundüaaoMdaesto, bq- jete- -a a Líia pérdida coníidefaCa, La Rcca podria hd er sido ma aícdenta peTciJa; ü ie esa posíbídad aJ atance de la m a ha renur c 3 do a serb a fuerza de e cesos, por rcapacílad de reriíTciar atoque se- puede hacer. Se puede, pero no se deba. S se traiaja súto de 6 n la cesa tendife gravedad, pero tmítada. Lo que preocupa es que. en caá todos ios aspecícs de la vida, domiia la tentacín de haceí todotoque se puede. Los hombres de ctercia, en su mayoría, están en esa acíiüxl: la energía nucfear, la samada- ingerKíta genética- ta iranipíJacii ps pica o social, paríice no reccnccer más thiiEe que fe posifi- dad. Esfo r e psece escaJofriante y ame todo por mcKKüS intelectuales; sigríiica la renuncia a larazan, que es- la aprenhensión de la reaficfed en su ccrasón A b qua se rerL nc es a ver las conatfjnas.

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