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BLANCO Y NEGRO MADRID 04-08-1996 página 4
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BLANCO Y NEGRO MADRID 04-08-1996 página 4

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Cine Por JULIÁN MARÍAS E L dne ha stío líia ntana abierta ítesffe la r d a d sobfe lo que está más a á de En la función generaJ dsi arte, y la ha desenipefiaíto magísír nente la üteratupca en sus roomenfos de es tendw. YaI decir momentos- ft Tso que. ai menos en UTOS cuantos pafes qus por eso son íustres. se ha tratado de largas épocas, tal vez s i enteros, B Gne ha significado, s se mira t maffitensítfca ónde tes dos eterrientos c la fómHiía t js he usado: ha partido de más reaBdad que cuai íJera de las artes, y a E a vez fa ccnsjEtüo en trascender de efla en afédále ín aSdad. ESo le ha dado un erriqtjscánienlo da la petceDC yi de lo real, incanpaisbte con nJigjia íSm cosa sin e ceptucff la ccritemplación e f e sempte Gmítsda, y a la vez ina potenCa drveisjva de ixi orden de magiüul sopeíbr a IQ atanzada por oíros medios. LoCT xsoes que he escrito esle párrafo en tienir posado, como s ¡é cine no fuese actual. Qaro que to ea. pero (emo que esto oKidando lo qje ha consiitutío su msrra eserda, el repeítorio (te Sus rr yores posiüCidades. Hay iria parió del cine que muestra rea dades que vale la pena contemptar, y lo hace can pfodigoscsraoFSOs; pe o si se hacen cuentas, se encuentra o i no es ctemas do hecutí te. i demaEáadas peltoutas apenas se ve más qua caSes que no se contemplan, poaDiKTTefile DFLA REAL ACADEMIA ESPIÓLA INTERESANTES grave, que impregna arxies zcFTas de nuestra época. ¿No ocurre algo anáto en la fferatura. en tedas las a- les, en el pensamiento, en la poética? ¿CuáJ es d númerü de perscnas interesantes qje se nuestran a nuesijcs contempanáneos? Hágase un recuento de las veces que apañalen en las pantafas da la televisión rostros qus rio tienen menor interés, de persona insignificantes, de las que nadie se acordará dentro de poco, o b i lamentables, raspognantas, con feís que no qui 3i ói 3 nos tener la meixr refeCfOT. Cuando se hace Lna- revisión de la histcxia cercana, BUS protagcnlsT son casi siempre tos que han terwlo infína ffipoííancia y análoga caMad. Es postoia que el cine eapafid. porrrXítivDS en gan parte enos, inte e Líi rsÉ uste. M) eria prohtoifse teda conpíacenda en la zafiedad, la grosería la scididez: dajse cuenta de que la degeneraren do la realdad no es a realidad Tertíría que atxir los c a la reaüdad que cwede entrar per ellos, V que e i gran parte es admirable e óxrtante. Podría e pkxar las famas reáes de vda da m cafe que sigue sendo de los más divertidos del nurdo, el cual fbiecen, rx como excepcicí s, vidas capaces de atraer ta atención. Hay qje ciercer laffnaginaciíripara fingir que hagan y les pasen cosas da interés. Es frecuente que bs argumentos ahoguen la reafidad de actores o actrices a quienes qusfsramas sirTpiemente- ver vivir EJniesiías, llenas da coches que sueíen perseguííse y de vez en cuando estarzan y se incendian. V si ES pasa a tos áileriores en gmn jiín se trata da t i i r ó s febitados pcf kna fauna degenerada y con cu ü carácter se cíenla, poique se la ha v ¡slo trñ veces. La ccfisecuencía es qje un r nero altismi de pdíojfas son abLíTídas. Hágase i n recuento de 1 cc- ntempiadas en unos meses, y véase cuántas han proprxdcfiado una dosis aceptat e de dK- a ín. Y esto vate para el conjunto del cine, de ledos ios pafees, aunque se puede lieg; a pfecísones que rv carden de inteiés. Creo oue el r 6: teo de esta amenazadora doier del cine es lahfraa ncra en él de vidas mJerBsanles. La literatura se ha nutrido sierr pre óe elas; tos petscíiajes- de ficción han sofdo ser pEfsomis cu o iriico defecto era no tercer reafdad. La HtmawJad se f pasado siglos su 30 3 Tdo por ks- h oes y las- hefohas- de no -elas, comedías y drSTT as, y deseando poder cctfiocerios y tratarios. Es Wen conocida la Kstccia del caballero que. al vcíuer a casa, encuentra a su mujer, sus f as y criadas anegadas en lanío, y cuando P Lsita qué p a le n cxinden: Seí or. es muerto Amads. Jgo semajanle ha oo ndo (X ¡n muchos ccrscíiaies da cine, y con sus actores y actiices; cuando nxjer s tirrKe una punzada de doler se nos ha mi. ffirlo algu n por quien sentíamos entusiasmo y gralitixl. Pero hay que a r i r que r o ocuire, al met os con la írecuencia e inlenstíad de otros tiempos, cuando muere un adcf pfopamente Jdual- quiero dedr rmiiado al dna de los úftimcs decerTtis ¿No es inqiieEanle? Aa so se da per supuesto que no hay vidas ¡nteresanles; a lo suno, se piensa que pueden accí teceites cosas ttem imdas, con píeferencia sófdkías. Pero rx) se trata de eso, siro da vidas que Interesen p e si mismas, e séá apasionante conlerrplar, mejor d cho, -asjsíir- a elas. ¿No seí ¿que los que hacen cine creen que la vida no es interesante? Si asi luera, el probable aburimienlo de las películas serta conseojarda de algo mucho más

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