BLANCO Y NEGRO MADRID 05-11-1995 página 14

Cine Por JULIÁN MARÍAS C UMT EaslwDod ha díEgicio Lina p crjia sopf xlenre tXJT varias tazones. Careo da loda vícáencia; el valor que suefe asoci 3: e a sufiguraTiene presencia, y no escasa, pero es una íbirna 03 vafór que afecta a a in Titíad, a bs más hondas estratos de la c 3 a privactó; los sentimienlos ocupan un puesto inesperado, y todavía hay algo pof ctebajo de eiios. Rnaimenle, es ur de las peteras ntíis estjíctamenle amofusas de los ürirr osarios. Se tilijla The Eíidges ol Madison Los puentes de Madiscfi Se reduce casi esrcJusivam te a dos personaje, ñancesca Merv Slreepj V Rctert Kircaíl (OTnt East TOod Todo acontece en una granja del estado de to a, ose McJv ssi quo comprerde ese estado, el de Ohio. parle de Knots, Indiaia, Wisconsin. Ciando ü cor od d e; os creó Ohio con una ptoncha; porque ss trata de una inmensa Raiuf a. Sirio comparaüe a la Pampa argenGna, feTa agrfcola, de cosechas hriensas como sus horitcíiles. Francesca ha muerto, y enios a EU hga y su hTjo, ya rr -ores, ambos casados, cxxi potjlemas matrirrxxiGtes, a íqíeríua del testamento y el el amen de papeles y recuerdos de la madr eoire e! bs diaios y iotog afias. Con estupor, luego con consternación, descutxe que ta macü- e ejemplar tuvo una histoiia de m- íOr apasjonado. qije duró SÓJQ cuatro d pero la d ura huefia parduraye y ha dispuesto LA REAL ACADEMIA ESPAÑOIÁ POLVO ENAMORADO que su padre sea inoVierado. y sus cenizas esparoítaa desda uno de los cuentes de Madíson. Esta hisícfia es la que cu ta la película, con escenas intercaladas que muestran fa imprestón que causando en los hijos, hasta llegar aun dobla desenlace en dos tiempos: eí de los atores de Francesca y Robert, el de tas vidas de los dos hrjos. Rancesca había nacido en Hata, en Bal; se casó con i n combatiente ambicano, se estabtec rcn en fa vieja grar a íannía; lowa; tuy eron h os, vivieron apadtjiamenlQ en la monotonía de una v cotidiaria y Srnrtada. B marido y los hyos se van a tria feria fural donde va a ccíTipeíir líXü de los animales que c w i Fr icesca se queda sola en la casa bs cuatro d es de ajsenda. Aparece Robett, íolcflcaío del- National GeographiC que va a Irat íjar solxe unos interesantes puentes. Traba convafsación con Frarcesca para pec ie orientación; la mi 4 lo acompa H ii vuelven a la casa y seguran hai iarKio. Va surgfendo La rriutua complacencia, la Trpatía, luego el interés, finalmente el atractivo. Pocas veces ha n Dstrada el cine con tanta finida el nacimiento de un amor. pteJcf dicho, de un enarrKxamlenlo. Creo que que disüngijr entre ambas cosas. Amar es yoyectarse amorosamente hacia la otra persona; enanxxarse es Qje esa perscna se convierte en el propio proyecto Francescay Robert descubren que su rdad es esa otra t so a er ontrada píy azary que probablemente desaparecerá deT txjrizonte en el txeve pJaio de cuatro días. Es un amor súbito, i n flechazo pero rio lisna primarramente caráoter sensual; to adquirirá desde los núdeos personales de los dos erwíTorados. l hiStorla está contada con hondura, con entusiasmo, porque el de las pefEonas implicadas se leíle e! eslib del relato. Y lodo ello ccn esa r hjraiidad, ccn esa escKjnlanédad que es LTO de ios rasgos disthtwos det buen círe americano: los personapss se mueven, ejecutan las operacioneE m ¿3 triviales de la vida, hablan con asornbrosa espontaneidad, como etectivamenle se vive cuando r se eslá representado- n ¡siqufera para uno rrúsTno. Se trata de una pastón, pero l ú c eco arrebato peio an embdamisnto. sn que degenere en un c i o mecanismio. Por eso es ágo díamático, con un plazo que es una amenaza, que obliga a tomar una decisá perenlixia y angustfcea. De un lado está la vida entera de Francesca. el txíen maído, un nlo aburrido, a oien quiere de vendad; los hjpos, la vtía de tactos años; del cío, b más verdadero e intenso que ha ccnoodo, Robert es en cic- tto rrodo un a enlurero; ha tenido rinumarables amores fu ces en todcs los puntos dd globo, pero r ste a cíxi derar que su anxí por Fravresca sea nada corTipejatjie. También él ha descuüerto ccn scí iresa q u es, mejor dícho, quién podría haber sido. No tiene el merKx interés el reflejo ds esta hísEorfa sobra bs híos, su transición d estupor irtíigriado a la ocmprensiín y el refiep de la hlsicráde la madre sobre sus píc- p vtías. AJxra entienden la agn- íbacjón de esa indneraciín, de las cenizas esparcidas desde el puente. Podrían haber recordado, si los hub anfc- tfOntosestremecedoies veísos ünaies dd soneto de Qjev lo: S a cerÉza, rtfe terdfá sentido po v s án. más fx x) enamorador 14