BLANCO Y NEGRO MADRID 27-11-1994 página 10

Cine Por JULIÁN MARÍAS DE M REAL ACADEMIA ESPAÑOLA S E cien a iOE ctól esírerc de L 3 vertena de laFabma- enie i- Ljn gro jusio despoés de la muerte ó gran aulor de saínetes don Ramóíi de ia Cruz, ccn quien tanto tiene que ver el géneío cHco- La obra de Toinás Bietún y Rcardo de la Vaga es Lina concentactón asombfosa de perleccioncs. Sempre sorpreixfó la acuTTpjiactón da adeítos en afgo oveTOtbTe demasedas pfeTensones, que se ccnlenla con ser una obra maestra sin prodaíTialo, ri quizá hIenSilo. Ahora se la esiá representando, con adrTiirable direcctóíi mus- cal de Odón AJonso, y se renueva el plac e: perínentado tantas veces. Pero se puede pregunta q Jé tiene esto que ver con d dne. La verdad es que lo que parecería n prcasro. la presentación visual de los escenartosn es más bien- cCfiíraprodücenle pcíque no hay hLieila del Madrtí de haré m slgio, que por b ítemás e aN, sigue ewsíiendo, y lo úiico qjQ pde es uía esUizaciOn inteEgerle. -La verbena de la Paloma bañe lal fuerza, vivacidad gracia que puede trasladarse a algo tan d i t o de su medo cfiginario como es el cine, b cuaJ peírráía su ditóún níjlituíriarta, el acceso de itmurrFerabies peo xí que no pueden asistid al teatro Creo que la mejcf manera de hacer revivir esia o t o en su centeriario seiü prcvectada en las pantanas de los Cines- y, ajjrqje con menos eficacia, en las de la tetevéión- No es necesario que se erriprenda la reaiizac cinematcgráfca de In vert ena EL CINE Y LA VERBENA DE LA PALOMA se arriesgan céntimos, de la belleza, da la tertulia, de la conversación sobre iodo Hay seguridad, nadie tbne miedo bs guardas asan y r Dasan para asi urarl- D. convencidos de que su mera preserx ia es sufbiente, re cr ada por la del sererxj, cuya fundún fXifXüpal, aparte de abrir las puertas, es da ccmpaAía a las calles. Se hatto, no muy en seriOn de fa cues. on social- Hay una convicción difusa de que- las cosas tienen arregb i empezando por bs cebs mal repainidos d capsta Jután, el ar renie desvto de Susana, h ta Uegar a tas probbmas nacbnales. Esa creencia de que lasoasas Üenen arreglo se fLffida C jxiíce T ite en la vofuitad de que b tengan. Esta es la cia ie de la actitud de aqueHos años, hoy centena- ios. s o u i t a d fue desaparocienclo, y con eüa la creencia en el desenlace venlurciso de las dificJlades amcffosas sedales o pcíiLicas. I3 esde hace mucho tiempo e jslen mirxxLas- que en un momento fueron rreyorTas- cuyo mayor inlerés es que nada pueda arreglarse. ¿V aix ra? Si no me qu oco, dos po dones de rxjesira socbdad difieren esencialmente en esto; creo que ios d 5 íx; es! 05 a quetescosas no se arreglen son tos merKis; pero la v úaó es que cunden mucho, y bs q- je llenen oiuntEtfl y esperanza da una convivencia alegre y ccn un peco de grada ast ¿íi desanimados o amianados. Por eso me gustaba qije La verbena de la Pabma- vc viera a damos aliento. IxirT: uevasehahe: íx) porto menos dos veces, qus yo sepa, y con dos Ic- rmas dstinlas de alieno. En 1935 b hizo Benito PeiOjo, en Wanco y negro; en 1963, José L i Sáenz de Heiedia. en cc ory con Ccnchita Verseo da xoíagcnlsta. Recuerdo que cuando vi la primera vefstóíi, en los afios que gutercn a la guerra dw d público aplatxfiú. el íamaño de bs churos que aparecían en la pantalla, tan dlsmínuclos después. Serta del ma or interés contemplar ahora las dos Vertjenas del cine, compararlas, ver sus re 3 f: ctlvos n l o s Ei jar tal vez a imaginar oSia que conseivara y ajmentara fas vlrtijdes de las dos, que en r am quizá una mar eía rujova da deKXjbrir desde el dr las po büidades ei afradaa sn algo tan modesto como piodigbKJ Si cientos de rr bs, o mjitones, de españoles revivían esta lecreacún del Madrid de hace vr s glo, un peco antes del 93- cuyo espíritu erripezó por entonces- es rriu protiabia qijo recbleran una visión do EspaAa que laco mucha falta, a e o que la fecha de 1893, la da la guerra con bs Estados Uay- os. e -desastre nac c- rvi- y la grar sacudFda Nstórica, no hje más que re crcf. en é sent o que esta palabra iierie en fotcgrafe, detoque ya CWS L En 1395 sa xii GÓ. en La Espai Moderna. En torro al casticisrrra bs dnco ensayos de Unamuno que son la rnejor y más interesa expresión de la actHuí d 98; ese mismo año Cegó Azorin a Madrid y empezó a fcrxlo su labor Glefaria; en esos años, hasta su rrejerfe, precisamente en 1693. se acumijia toda Ja oiDra de Ganivoí ia r llamado el 99 antes del 93- emB 97 se pubijca- Miserbordia- de Gafdós, y Paz en la gt rra- de Ünamuro la íorma do novela que (errrana y la qijs emi: eza) En- La verbera de la Pabrr i- so ve un puebb que convive, que tiene u i fondo ¡mperti tiable de paz, que está persuadido de que IX) legará la sangre al rb- -en este caso, ei Manzanares- Que goza de la vida: del baie en la verbena, de bs chatos de vino thto, del Kjogo do cartas en que 10