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BLANCO Y NEGRO MADRID 10-10-1993 página 8
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BLANCO Y NEGRO MADRID 10-10-1993 página 8

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Firmas en ByN capital, i3 iSfTOsa psla trepaba pc- r Lffi elevado valle hasta la aiviscíja coníiffi En el puerto se levantaba una gran pila de piedras u obo, adornada de trapos, boíeOas de licor, latas oxidadas, leirnos rolos y otros variados awalos. inckictos dos p es de v i mielas, Habfa lambién unas pocas Dandentas do oracocies büdJstas hechas jirones. Aunque las (radicxxBles pias de piedras montaTiesas Jevanladas p e los viaieíos paa epíacaí a las di -riidodes mafwmorsdas eran an ortofos at bfXtóirio, ésta pareda ser wvi toima degenerada de las stupas o cho lens tiJdis! as fTue se encuonfian en los puertos de pasa dd Hirri 3i a AJ pfegunterta si este escandaloso obo repfasoitatia el desdéji hada 0 S cos: ijríxBs budistas hipuesto por sus mensofcs tusos dirante ef l i t r o Piedo sjgto, Chitó cíxitesTó que no, y Boíd esn o de acueido. Era sólo uia pnjeba más- dieron con msTeza- de la üajisima tnorai deJixjeblo, calor, y en la íuer (o u as oienfas famÜías de pastores nómadas se i itaban ei cueipo de barro rn cSonal bap la paciente mfaOa de bs caballos que aguardaban. Las nie elas cedían ya a la etí ada ianura cíidubda de la eslepa a eíla, (achon, Tda fx los bianc puntos do sd! anos yefs con SL oso as líneas de cabalos Pronto el arroyo cru 2 dj 3 anpías prade as húmedas en ribazos murdados. Aquí, el rio Kerulenn no proturxlOH pero frto y muy ráoido por ü bnjsc- a pérdida de altitud, describía una amplia cu a hacñ el este, ODA la larde las damiselas aumentaren en nCmero; on una tiandada contsnos sesenta o más, y capturarros y ar airos i n par de polos, míerJías seé chicos lañaros acud galopando p ía ctoservar la operación. Algunos cabalgaban a pek) envueltos en sus sucias capas y pOlvonenTas ootas. la piel er riegrecida por ef sol y el peU) largo. Venciendo su propia reverencia y asombro, observaban delenidarrtenta a Go abna su rrégi 00 eCM de ristnjnertos nuevíJS La familia di 1 grullas- afiinii Matihiíwn- apaiecié por pnmera VÍZ en el rígÍMio fósil hace unos sesenta millonu de añoi. ea iiempoi de (a dino junos y bnflantes, encaraba un saco de musel na tiíanca en la cabe ¡a de entrai rrientras se Sevsba el reslo poOo damiseta se agachó enfre la una a frjabasus palas ccn cnta. rala cebada Los adultos se etefa- fe enfundaja para mantenerla guíaarrastrándolo por la hiOita la, cotocaba y pegaba anches 3 En las altas itenas mese ffias da ron, fffigieníJo conier, y luego desDos etdes de plasbco en la parte mas al este, i ia parefa da ífeganles pegaron eco un uaqucieante ircmEupeiicr de una pata y luego media aves gnses aira esaba un campa de peteo. Casi inmed tamente volviey pesaba ei ave rraenfras el a c f cebada, metiendo prisa a LÍI poío. ran atrás descríii ito cícubs y se se secaba Con sripJacabie preEran las grudas darriíseJas QL por posaron a poca disianoa, uyaidü cisión, Go inscribía íasia ef úlOmo primera ve? había yo visto hacía afitpdas en nuestra dirección. Pofdefaíe de sus daros en su jí o de muchos artos en sus campos cíe que rxísotros h; tí afnos enccfitjai: apíjntes antes de cc nar la ctnta, r emada en Sudan. A düetaxia de al agadnado poto, que parecíi cíia refrK d saco y la fuxfe y sdTaí al las gruSas d género Grus. como la ga íla da palas lagas y enorpoto para que se comerdo de c u WanoD, la giJa oarusete, mes pies Go anftí el poSo- la pnpcrfeíanua gnlhfopoides v? rjo, carece de la mera grulla que anillamos en la coíoraa da peí caimin que fiace tan GxpodiCí 6 n- y éste echó luego a preguntó O n i si c o grJas llamativas a estas grandes aves, correr Bcvando uia banda e de en oes y las com y tos chicos pero la misma sencillez de sus lapata, Y- Ol. d ÉfOn con orgullo: iéi, si qua lo caractirístcas- gns píala y negro- hs: erTrcs pero quz 3 era púa Ij aresaltadas por un sedoso baijero de N la pradera cutíSfta de ftores vaia. Urtos chicos a caballo tácifpüTias negras en el pacho, hace de silvestres, la pista seguía un menle cogeriari cualqujer pollo, ellas una de las más bellas de la pequeño arrovo y iepgaba, ai fin, a pero las damiselas paredan comtam fe l fl damisela redbtó su nom- ina lago y fuente de agua mrierai plGlamente desprevenidas y se tíG de la rena f afia Mfonsia, Qije doTde quince o veinte damiselas eceicalí a üs vMerdas kirurflí adtTíaba a cad a de sus ejem- cambiaban ma stixjsamenlo per d y a sus rebaños con LTVÍ ccnJaiza plares cautvos, heibazal CJicundanre Aunque las qtíe hacia pensar que rara vBZ las A una seAal de los padres, el noches an ínas. a pleno tía bEOa perseguían T B ASTAÍJTE después de haber oscurecdo, planfaras riostras beodas en una pequef a cuenca herbosa. Aqui. en la estepa, las nocíies de n ¿D eranfrías. Sccípio y C nus ijradiaíjan su luz, y ta Via Láctea descendía haco ef horizonte. Al Degar la mar iana, la pnírera alondra niongot qua lamás había visto yo r e f- speraba en ur. rrelop de Hertia juyo d i i e de la lenda. Encontré varias setas aue Dot píepaíó para óesa JX Mf ceíca. mannotas de la estepa se atiaban en pé srte SLB madrigueras coiro grandes penflos de las adBras, y ji Tlo al camiTO yacía i r a eníernia, su piel oro y marfil alzándose y binando ccri la lespiaciún, a sol de la maíiana. Un zono esteparw se desiiíó a través de la hie ba y, algo más It js, jn éguSa de la estría se l n? ó sobre una joven mannota. Poco deseosa de abandona su presa, el águia nos lartz tif osas rrTuadas rrsentías desganatia bitev les tías de santjtenla carne. Luego arranco Impamenle bs vísccas d animal y abandono las pasadas E SISTEMÁTfCAMEMTE CUALQUIER ESPECIE, COMO LA POCO COMÚN GRULLA DE CUELLO BLANCO, DEBEN IDENTIFICARSE BIEN SUS TERRITORIOS DE CRÍA Y SUS RLÍTAS DE MIGRACIÓN PARA PROTEGER 8

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