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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-07-1993 página 8
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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-07-1993 página 8

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Cine D ESDE que lanía unos diez arios me he dedicado a recorrer las librerías de ocasiúri da Madfid, y algunas veces fas de ciudades españolas o extranjeras que he visilado O donde acaso he residido Tengo especial predilección por las liDrerias- de viejo o- de lancs como se solía dedr con una sabrosa expresión. Son, sobre todo eran, jno de los medios más eficaces de conocer el verdadero estado de la cultura en un país; ellas me han hecho ver que l3 Opinión excesivamante negativa de España en diversas xjcas es falsa. Pero mis correrías me han proporcionado siempre una sorpresa; en todos los tiempos se han escrito y publicado fibros que parecen enteramenie inverosímiles. ¿Cómo ha habido hombres que han dedicado parte considerable de sus vidas a escribir largamenle sobre asuntos absurdos y que no deberían interesar a nadie? ¿Cómo han conseguido que se impriman, por cuenta propia o ajena, y que queden ahí. tal vez durante siglos? No se descubre una razón suficiente, lo cual nos lleva a pensar que no se acaban de entender las cosas humanas, Y no se Trata sólo del pasado, porque si se miran las librerías de hoy- que hoy son principalmente los grandes almacenes, lo que da mucho que pensar- sí se leen Jas listas de libros más vendidos, si se detiene la atención en aquellos de que hablan os críticos y comentan los suplementos literarios, se tiene la mrsma impresión sorpresa que linda con la incomprensión. ¿Y en el cine? La cartelera de ahora mismo, no de siglos pretéritos, como las viejas librerías asombraría si no hubiésemos perdido la capacidad de asombramos. Cuando se lee esa especie de Por JUÜAN MARÍAS BE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA SIN RAZÓN SUFICIENTE cartelera ilustrada- que publican algunos periódicos, con una mínima ficha y una vaga indicación del argumento, la perplejidad suele invadir, Hay motivo serio para hacer gran parte de las películas? Algunas da ellas son deleznables y carecen de toda justificación; pero otras representan, por lo pronto, una gran inversión recursos técnicos considerables, destreza, actores que pueden ser muy estimables; V, sin embargo, no se comprenda bien que se hayan emprendido, que no se haya hecho, con los mismos elementos. Otra cosa- He sto, casi por azar, una película muy reciente, Made in América- Su director es Richard Benjamín, la actriz principal, negra, es wnoopi Goldberg; los dernás actores también son de la misma raza. con la casi única excepción de un blanco, Ted Danson. No carece de virtudes esta película: eirtraordinaria agilidad y dinamismo, colorido, capacidad de manejar recursos complejos, desde el tráfico más endiablado hasta el comportamiento de animales que sirven para publicidad en televisión. Hay en ella bastante alegrian eiipreslvldad, patetismo. desenfreno. Whoopi Gddber recorre las calles en una bicicleta, con un cesto, disparada y dedicada a extraños menesieres; tiene una tienda en la que atiende a clientes insóíitos; la vemos en relación cordialisima O malhumorada, según los casos, con su guapa y rozagante hija Zora. El núcleo argumental consiste en que. tras la viudez de la madre, Zora tue ef fruto de un banco de esperma; dado el secreto de esas operaciones o transacciones, nadie tiene idea de quién fue el donante, a quien Zora considera, quizá sin demasiado fundamento, -padre- Y se dedica a averiguarlo, a localizar, con ciertas trampas, el computador en que esíán reseñadas fas operaciones correspondientes a su lecha y condiciones. El resultado de la averiguación es que el- padre- es un vendedor de coches de segunda mano, que hace publicidad televisiva de ellos, muy teatral y desaforada, con vestuarios e traños, preferentemente de- cowboy- y los famosos animales. Desde aquf la acción se dispara hddj diversas variedades de lo pintoresco. Hay que añadir que Zora es una chica muy estudiosa y capaz, que va a recibir becas y estudiar en una Universidad del Este, entre el enternecimiento de toda su escuela ei dJa de la graduación, etcétera. Uno se pregunta si, con los recursos técnicos y humanos disponibles, no se hubiera podido hacer una película con menos agitación, menos estruendo, más imaginación y, por supuesto, mayor talento. Las capacidades de Whoopi Goldberg como actnz son muy aceptables; pero no se ve por qué ha de abandonarse al histrionismOn que es demasiado fácil y, por añadidura fatigoso. Lo mismo se podria decir de casi lodos los demás actores, pero sobre todo de ios que han inventado la historia. Lo disparatado, en muy pequei as dosis, como condimento, es divertido; como plato tuerte aburre. La farsa, para ser eficaz, tiene que limitarse, rodearse de algo que no lo sea. Si se presentan vidas humanas, han de poseer alguna consistencia, para que, IrKiuso lo absurdo y pintoresco, tenga alguna credibilidad. Esta película me parece un ejemplo de las que no se deberian hacer, de las que no se harían si se pensara un poco. Como tiene no escasos elementos estimables, un tantico de reflexión hubiera llevado a hacer- otra película que habría sido incomparablemente mejor. Pienso que el director y el guionista han creído encontrar una feliz idea y estas deas suelen ser bastante inlortunadas; se han abracado a ella y han seguido lo que llevaba consigo. Como esos libros de siglos pasados que no acaban do explicarse, un tárelo largo de las películas de los últimos años del nuestro carecen de razón suficiente. e

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