BLANCO Y NEGRO MADRID 05-07-1992 página 10
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página10
- Fecha de publicación05/07/1992
- ID0005309128
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Cine E preguntaba hace poco por I Sí iníiuencas mutuas entre el Qm y IB TXjvela Naluraímenle, la inierrogacün? e Irmitaba a nueífro siglo, ya que el cine h nscKEo aproximadamente con é) Peco tan o onío como se piertsa un mc TFeniü eri ello? e encuentra una apárenle paradOia el cine se ha nutrido sobre iodo de novelas anieciOTes a srg o XX. con aDnjmadora mayoria del XIX Las qua se han escrijo cuando ya e islia. las coetáneas c- on él han aporiaOo una infiuenca mucho menor; muy pocas han SKJO recreadas cinematogrr í camenie, V 5 uena parte de ellas de manera inadecuacEa. unas veces por apartaíTiienio, otras por Titeralidad lindante con el servilismo M Ppr JULIAfJ MARÍAS DE ÍA mi ACADMA FSFAÑOíA EL AMOR EN EL CINE Y EN LA NOVELA decisivamenie en lo que estaban viviendo O a ixjnio de vivir En tos últimos decenios la Ifleratuta, especialmente la novela, se í a ido desenrendienOo dei amor. Las listonas realmente amorosas son infrecuentes en ef último medio Sfgio; a lo sumo, tiay en algunas novelas de algunos autores Cienos pasaies en que el amor aparece como lal y es recreado iiteranamenie. Esiá S endo sustituido por otras cosas, a 10 sumo por algunas que tienen que ver con el amar, come el erosismo y, con mayor Irecuenca- y a mayor distanca- el sexo. Hasta hace poco tiempo el Cine ha estado penetrado, dominado por el amor. Kabia Sido su refugio, cuando la Irteraiura ya haüia empezado a abandonar Jo. Casi todas las películas que recordamos son hisionas amorosas. Los aciores y acinces cuyos nombres se identifican con la histona del eme, los mas jlustres que han muerto ya o están desapareciendo, reviven en r esfra menxjna como protagonistas de diversas formas de amor El Cine llene cierta afinidad intrínseca con lo que e ¿el amor en su forma mas autentica e intensa: el arnor persor l S la persona humana ev. iste en dos formas inseparables e irreductibles, hechas de referencia mutua, constiluitias por ella, varbn v mujer, si es Siempre siguien personal encontramos que eso precisamente es lo que muestra el cine Nos presenta la corporeidad, la carnalidad, visibles y desde muy pronto audibles Las personas están Vistas desde fuera y en muy diversas perspectrvas, viviendo hablando, diciendo cosas que expresan su intimidad, quienes son El pnrner plano ha hecho accesible la expresión, ío más revelador de la vida, y muy en parlicuiar de la seníimenial. Lo que hasta el c ne era patnmonio de muy pocas expenen cías personales se ha generalizado grac as a él For eso ha conseguido algo que se ha sohdo resisiir al novelista; la evderiCfB del amor, que casi Siempre temamos que creer bajo palabra- del auior. Por SI esto luera poco, el carácter iiarraiivo del eme permite presentar la continuidad del amor, su conCiCiún argumenrai y biográfica Al mismo tiempo, la visualidad del Cine, por motivos de pudor socfal y, más aun. estético, hacia que luese eJuSivD La percepción deiaba puesio a la imaqinacrün. como la novela tradicional Lo camal era sugerido, y ¡enia oue ser imaginado, lo cual lo poma SI vale ia expresión, en manos del espectador, que participaba en ello en la rriedida en que le era propuesto, oero no impuesto. Es evidente que, como ya indiqué, la no -eb del srgio pasado, suficientemenie cercana para conservar cena actualidad que la hace inmediaiamenie mJdigibie, Btr n cesidad de- recor siruccón- lenía una fantástica deí iieza narrairva, que se ÍT 3 perdido, a cambio de oíros prarores no desder bles. Pero lo que me parece decisivo es que la novela del XIX era primanamente amohosa, y e cine to ha Sido durante ca i toda su breve hístona Esioha aeiemvnado su nada azarosa afinidad- La ficción, y su tonalidad previa, existente en la poesía. han Sido durante milenios los medios de irrseípretaciOn de ta Vida real, decisivos para ella misma. He escmo un libro enjero. La educación s para internar mosirarJo. Hombres y rrvuferes, cuando han senlido que algo nuevo soürevenJa a sus ViOas, han vuelto los ojos a Ja ficción para entender qué les pasaba, y eso que lo que t; an Jeido o recordado ha influido Ese margen ae libertad que Oertenece si leclor se consen aba en el cine a pesar de la fuerza de su visualidad Desde nace un cuarto de sigio, ene V novela han ido sucumbiendo a una lorma da expt Citud qu ie 03 de ser un avance, es una lecaida en lo que lup el- naiuiaiismo. hace akjo rnás de un siglo, cuanoo se rraió de sustituí la uTiagmacHCm por ka observación, ce el minar la libertad y el corac er Dersonal de la vida humaría y reducirla a mecanismos El empobrecimiento, la monotonía fa Eimpliíicaoidn, facíores de aburrimiento han invadido buena parte de ta literatura y después gran pane d i eme El destino de éste depende de que recobre o no sus posibilidades propias, y muy en especial su aptitud para representar y recrear el amar. que, a pesar de todas tas apanencias. va a seguir interesando, apasionando, a hombres y nvj eres- mrentras lo sean, y espero que esto va a ser asi hasta el luicb linai El otro lado de la cuestión es Q que el Cine puede representar para la novela en su recreaciún del amor, tsa evidenca del eme es un reto para el noveiisia: traducir en palabras- su único recurso- lo qus tan taciln ente da la ejípieS CH del pnmer piano. Habría que buscar en la novela reciente los con ados momsnlos en que esto se ha conseguido. S novelista de hoy lleva dentro el eme. y se podría esperar la traducctón liierana de e experiencia, y con efkj una nueva rraíispaj- encia del amo acompaciada de la admirable condensacicn que las imégenes dan a la biografía. Imagínese cuál serla el efecto combinado de estas novelas v películas sobre la real dad del amíí en nuesíro tiempo