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BLANCO Y NEGRO MADRID 22-12-1991 página 16
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BLANCO Y NEGRO MADRID 22-12-1991 página 16

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Relato REFLEXIONES AL BORDE DE LA PISCINA Por Javier TOMEO E MPEZARE describiéndoles. 5 pgun er go por costunv bre, el paisaje mmediafo que me rodea y cuál es mi situación exacia dentro de ese paisaje Les diré, pues, que estoy sentado en uria de las butacas de numbre que rodean la piscma del hotel en el que me hospedo desde hace cuatro dias. No me gusta abusar del sol y elegí la butaca que esiaba (y continúa estando) a la sombra de un sauce Ifondoso. a unos cinco raída. Esta tumbado boca abajo y muestra una espalda enrojemetros del borde de la piscina No debe de resultar fácil verme cida, en la que nc tardaran en ledesde el ouo lado del lardfn y ai vantarse algunas ampollas. descubrirme aquf algunos po- Pienso que comete una imprudrían pensar que he buscado un dencia e -poniendose tanto Sklío donde pudiera pasar inad- tiempo al sol. Posiblemente sea vertido. No se equivocan: soy un soldado emboscado entre! a fronda, espiando los movinnentos del enemigoLa piscina debe medir unos tí ez metros de largo por cuatro de ancho Se traía, pues, de una piscina muy pequeña, de cuarenta metros cuadrados, sí es derto que el área de una superficie viene dada por el resultado de multiplicar la anchura por la longitud. A su alrededor cuenio nueve tumbonas. Cuatro buíacas de mimbre y cuatro mesiias circulares esmaltadas de blanco Cinco de las nueve turribona están ocupadas por otros clientes del hotel, tres mujeres y dos hombres. Uno de los hombres está tumbado boca arriba. Recibe, pues, el sol en) a parle anterior de su cuerpo, es dsoír, en la cara y en et pecho Es un individuo diminuios muy moreno, con un traje de baño rojo que! e marca excesivamente los genitales, tal vez para compensar de ese modo su e c- esíva delgadez O el heclK) de que ee le marquen todas Ia 5 costillas. Novelíis como El Ccislillo de la carta cifrada Amado moiiS ruo El gallitigre y El mayordomo miope cnlre otras, han consagrado al eicrilor aUoaragonés Javier Torneo como macítro de la narración corta. Irónico y cáustico, minucioso observador de aspccio aparantementc anodinos de la vida cotidiana. Tomeo disecciona sagazmantis d c pírilu de nuesTrü época en jiarraciones como éstas -Reflexiones al borde de la piscinas, en la que un desocupado bañista describe puntJLIosamcnie la realidad que le circunda lleva pue to un bikim de color azul celeste A ríif me parece que le Sienta b. en Es ditici! que ese color (an angé ico siente b. en a ur a mupr que, muy probablemente. haOra pasgdo ya de ios cincuenta El traje de bai de la otra mujer es amanilo, de una sola pieza La tercera mujer, que es la que me cae más lejos, Ifeva un Iraie de barto blanco está tumbada boca arrrba como el hombre del tiafiador ro o) y sostiene una revista por encima de extranjero, tal uez inglés, y sea la cabeza Atención, pues, a esa ésta la primera visita que hace a revista (seguramente una de nuestro país. No conoce, fovavía, esas revistas que se nutren de como ia gasta el sol de estas lati- chtsmorreos y escándalos) portudes que, al mismo tiempo que le Dos de ras tres mujeres pare- olrece mloimaciOn de ciertos cen GSlar dormidas Una de ellas amoríos, le protege el rostro del sol No creo, sin embargo, que resista mucho tiempo leyendo en esa postura. Enioco sus p cmas con mis pnsn ticos de oatro y descubro que hene los muslos armiñados por la celuliíis Va sé que no es correcto enfocar a la gente- sobre todo a las mujeres qua comparten con nosotros una piscina- pero yo creo que el hecho de que mis vacaciones estén resultando an aburridas me auionza a dar a mis pnsmálicos (que traie conmigo para acercam e sin nesgo a los barquitos de vela qu cruzan por la ba iía el uso que considere mas conveniente Debo alegar, además, que desde e te hotel (a pesar de lo que me aseguraron en la agencia de via es) no 5 e puede ver el mar ni siquiera subiendo a la azotea Digamos ya que sobre la mesa circular- l a que rengo más cerca, a mi derecha- hay cuafto botellas de cerveza y un vaso Lo primero que se me ocurre es que hay mucrias prcbaíiílidades de que esas cuatro cen e zas se las haya bebido una sola persona, mes aun, que las haya bebido una de las cinco personas que alKira mismo están tomando el sol alrededor de la pis- Hl Otro hombre es rubio y abulia bastante mñs Lleva un traje de baño color verde esme- 16

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