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BLANCO Y NEGRO MADRID 06-10-1991 página 10
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BLANCO Y NEGRO MADRID 06-10-1991 página 10

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Cine H ACE ya baslantes a ros que el cine produce descoTkíenio Los verdaderos aückinados. si no son jóvenes, no pueden evitar cierta noslalgo de apocas más antiguas Se les puede objefar- y ellos mismos se lo objelanQue 3 causa del descórnenlo reside en elkjs. en haber dejado de ser lúvenes, pero la Irecifenca con que se ven ahora películas de Oecenros prefénros oiulipa a buscar oíros motivos da ese descontento Se piensa entonces en la calidad de las peiícuías; quizá las actuales no son- buenas algo de esto hay, sm duda son muchas las que no merecerían haberse hecho, las que acusan graves deficencjas o errores Pero, en definitiva, la calidad no ha desaparecido hay bastantes películas recientes que son realmente buenas que rxjs producen Sfncera admiración Y, a pesar de todo, una dos s ns bie de descontento pers s! e ¿Por qué Nte kj he pregunSado con insistencia sm acabar de ver con ciandad lo que le ha pasado al crne. Al final he itegado a la conclusión do que en su conjunto el eme del preseníe produce poco- placer- incluso el que nos parece valioso y estimable v se cae en a cuenta de que el cine, desde sus comienzos hasta hace no demasiado tiempo, ha s do una de las mayoíes íuentes de placer de que ha dispuesto el hombre del s gio XX B placer es asunío rm; y importante. Le he dedicado no poca reflexión, desde mía pnmeros liOros, scbre todo, un capítulo er ero de uno de ICFS últimos. La felicidad homand. Creo que hay que distinguir con toda puicnlud entre el placer y la telbidad, pero esto no quiere decir que no tengan que yer- por el contrario, Ifenen mucho que ver, y por eso son distintos- menos aún que el placer sea cosa úesdertable. 10 Por JULIÁN MARÍAS K 3 OEiÁ ñíAL AC EmA ESPAÑOLA EL PLACER alenc ón. expectativa, caima aun en r r i o de los episodios más dramáticos, precisamente para poder go ar con eítos, quiero decif de sij representación knagmatíva La función de katharsis- o punfjcación que tos gnegos atribuían a la tragedia falta ca i siempre en las películas de ahora Es diíícil interesarse por lo que sucede a demasiados personales coco atractivos, que ro flegan a ser- amigos nuestros, oue casi S- empre le nos muestran en medio do un estmendo que hace ditícil escuchar lo que dicen, y es acaso lo mepr que se puede desear. ¿No será que se estima poco el placer Ha habido a lo largo de la hisTona muchos momentos en que se b ha mirado con hostilidad Unas veces, por un puritarismo que ha considerado pecaminoso todo el placer, con el pretexto de que hay placeres ilícitos y pecaminosos Otras veces en nombre de un utii iarísmo que ha execrado todo lo- supedluo- y ha creído que lo único valioso es el trat aio- e l trabaio corrxí tal. y por supuesto asalariado, no sus resuHadosLos píaceres auténticos no son tantos ni lan fáciles da conseguir; sobre todo ios que no traen consigo una secuela de doSor, hastío, descontento o repugnancia Y on un ingredienle esencial de la vida, que riene, aun en el mefor de ios casos, tan luene dosis de esfuerzo, responsabilidad o pesadumbre 1 eme ha sido una exiracJdinaria fuente de placer en nuestro sigW Si tendemos la mirada hacia atrás, fa memoria nos recuerda placeres incontables trente a una pantalla, Probabíemente la suma mayor que podemos recordar. Se deiara perder ¿Se renunciara a esa potencia enriquecedora. estimulante, consoladora, de la V da, que penniie vrvir mejor y mas inTerisamente la reaP Lo paradóiico del pfacer es que en ngor no se puede buscar- bien b sabia Anslütefes, para quien era- un Nr sobrevenido- algo que irrumpe cuando logramos algo que nos interesa y alrae Las cosas que causan placer son nujcho mes bTiponantes que los placeres que se persiguen Y ese placel e necesario para la vida fe da intensidad, esfirnulo. plenitud. Claro que la sfirisibtlsdad para el placer varia enormemente, de persona a persona, en! re los diferentes pueblos, en las diversas épocas A veces, con muy pocos recursos se logra una vida pfacentera, y otras veces el verdadero placer taita en medio de lo que se llamaba y ahora casi nunca, -una vida de placeres D Cine, durante largos años, no era demasiado irecuente. los usos Vigentes y la escase? de dinero hacían que- ir al cine ¡uese algo anticipado, aFtmenlado por la expectativa la ilustón, lo qiuí RM ya Lina tuenfs de placer. Y lo era e) eme mismo, el ingreso en la gran sala que se oscurecía. la absorción en la pantalla, ventana abierta sobre un mur do imaginario Todo esto se ha atenuado mucho Y culpa de ello tienen los- minicmeS esas salas raquíticas, con una pantalla pequei a, sm el esplendor que prometía el gran eme en que se iba a asistir al espectáculo Pero lo más importante es que en la mayoría de ías películas recientes se escatima et placer No interesa demasiado que los actores sean- agradables- que complazca verlos No se estima tabeJíeza, que. lejOS de poienciarla con Irecu encía se mitiga con el desalifio o se subordina a la sensualidad, que acaba por ser muy escasamente placentera La simpatía lamD én es una cualidad desdeñada, que en oíros tiempos ha s Jo primordial, condición def ptacer det espectador El alarde de recursos técnicos es otro iacior que contribuye a la disminución de placer B volumen sonoro mvariabíemente en ios pnmeros minutos de las películas- suele ser insoportable l- a acumulación de- electos- acciones trepidantes, sangre, explosiones y sexualidad mecánica imp de la complacencia que requiere

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