BLANCO Y NEGRO MADRID 21-04-1991 página 10

Cine A muerto Grahiam Greene; hace coco murió SgrienoTL, tenían de común, aparre de su edad (habían nacido en 190 J y 1903) eJ ser doa de OS rr ejofes caradores del siglo XX He feído la mayoria de ras obras de Jos dos. desde hace medio sigio Buena muchas más de Simenon, oero unos tr nta übios de Grahan Greene. ESTO sobre iodo Si va acompaíiado de Dastaruss re! ecturas. orea una curiosa ariTi aa con un auSor. AiJ i éS, a Graham Greene k conocí í ce cuareriEa y dos artos en Pef ¡s. en L ia reun jn en que hateamos los dos. en la cnpta de Sasme Odile; esiatan tamben Jacques Manlain y e ¡admirable cardenal Su fd Era yo, ya enlorices, asiduo lector de Greene. y nuestra breve conversación fue COT un ant uo corxxiido. cada una de cuyas patabres. y más 31 los gestos, lenían desrás mueras páginas que if erpreíaban y expScaDan el fugaz encuentro. H MARÍAS DE lA REAL ACADEMIA ÍSPAÑQIA GRAHAM GREENE A propóSílos de Graham Greeríe, CCÍDO de Sirr Kín, se tJice Siempre que no tuvieron el premko Nobel, ojmo si eso luvieía ínporíancja, tampoco k) tuvo Thorn on Wiider. Que no escriDfiír más Qiie obras maestras; ni Gaklós. ni tMamunO, n Ortega, r tamos Otros Ni to tuvo Boíges, a uo acaC o de leer un anicuio en gue se lamenta que lo tuv ra, y no Grartam Gteene ¿Hasta cuándo se va a ijar la aienctin en las cosas que ro iníeresan, en lugar de pensar en la realidad? GraTiam Greene lenia una frtrada que iDa al fonító de las p soTias- En sus narraciones aparecen siempre personajes adormentados, angustiados, en conttclo. desgarrados por problemas de conciencia. Acaso le íaJtú la aieorla. d e es o puede sef lan probnda, tan flramaiica. y que casi siempre es 10 desdefiada por los escritores frecuentes en la mgtesa. como la- quiza porque es dillcil de voluntad de ser- listos- los expresar y oresentaí- Muchos autores cuando se rata de un fcbfos de Graham Green son pueb o que no cuenta la ejíceientes; tengo cierta- listera- entre S S muchas e U preferencia por los más nnportanles virtudes- ligeros- los que llamaban Un hombre nacido a eníertaimnen s para di ínguirtos comienzos del siglo XX y con de las más senas y graves radical vocacún de natjador. da novéis, por ejemp TTie creador de personajes, de Conl den! ial Agcni Pero entre las represenTaciún li ana de vidas novelas algunas son inolvidables. humanas, tenia que resultar como The Hearl of IhG Malier. signilicatívo para el Cíne. Muchas Afgunas resisten peor E relectura obras de Graham Greene se h ¿n a- una de las pruebas de fuego convertido en películas, con de un au 1o r, la otra es las obras rr ior o peor íortuna. No era comp -efas- Simenon puede demasiado lócil la Iras acidn, atrontarJa con tranquíüdad, acaso porque en el eme hay qua verlo con un aumento del atractivo. lodo, y sus novelas teñen casi GraTiam Greene desceradla siempre un eremenio de cuando dejaba que la poJifica se- misterio- personal que no esta deslizara en sus relatos, la en la superficie Este es el reto pofitica. tan necesaria, tan qu 9 la buena literatura presenta interesante, que puede ser lan al cine hacer ver lo mvisibie. dgna. Ojerce una accnSn conseguir que lo latente so corrosiva sobro las otras manifieste en imágenes, ayudado realidades con Jas que no debe por las palabras y, sobre todo, la mezclarse AJguncs de sus voz y el gesto Se traía de lograr últimos bbros acusaban quizá que lo- latenle- sea- latienre- cierto desgaste, pero en conjunto este latiendo, y el espectador su obra quedaió como una de perciba esa palpitación de lo las más valiosas de la hilatura Interno Porque no es IScil hacer de nuestro ii npo, y estaba buen eme, o tfljena literatura, o Cíenla de los defectos más buena Nlosolla Nos hemos acostumbrado a prescindir de demasiadas cosas, y algunas son, literalmente, imprescindibles- los- requisitos- eS decir, lo que catía realidad requiere Hay una pelícijia hecha sobre una hrsfona Oe GraKam Greene que dio su medida, hasta el punto de superar a su ISÍIO The Thi d Man (El tercer hofnb s) que dingiO Caroi Reed en 1949 ¿Por qué esta excei icia? Los personajes, en manos de su autor, con una religiosidad angustiada- agónica, hulíifiss diCho Unamuno. admirado por Graham Greene- que les da hondura, se agdan sacudidos por pasiones que no son epidérmicas- esto lo toma en seno el director, que dispone de actores capaces de expresar todo eso Alida Vaiíi. Joseph Cotien, O E p Weiies. y, como ta T Cn película es sonora, se ayuda con la lamosa, obsesiva cítara de Antón Karas, y como es visual, preser ta maraviltosamenie el escenario de esas vidas, r ada menos que una Viena desolada tras la guerra y la ocupacón. Eso que hrzo Caroi Reed- y que se podría hacer con oíras h tortas del mismo autor- es lo que llamo- traslación- al Cine de uria obra lílerana Graham Greer tía rnuerlo, y son muchos los lectores que lo sienten como una pérdida personal. Pero se pueden seguir leyertdo sus litaos- hace unos meses í bla empezado a refeer afgunos- sena ei momento de tiacer una revís On general de su obra para no otvidar fo que en ella puede ser peitíurabie Y no sería malo que al contemplan ese con jnio se advirtiera que el ene sigue estando en deuda con é que de sus libros podrían lir algunas películas en que volverían a vrvir en otra lorma, quizá mSs intensa. Con la única cctfidiciún de someter sus novelas a una recreación íiel e imaginativa