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BLANCO Y NEGRO MADRID 13-02-1980 página 46
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BLANCO Y NEGRO MADRID 13-02-1980 página 46

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Arte ceptos plctúrtcosp de una época decadente, en crisis, con la quo luego Iba a significar en la historia del a n o ese prod gio de la exprt Sión con quien ompleza incuesrionablomenie! gran aventura del arle moderno y dispararse como e l víslianle a QUB nos referirnos. EJ arle europeo en (a corle del siglo XVlCi, en contraste, por ejemplo, con el barrocon su referencia inmediata, se acredl ta por una serte de artistas diestros, hábiles, a ios que objetivamente no podrá nunca rn rd ¿rseles al infierno. Pero que a la hora del retrato, por ejemplo, desenganchados da lo conseguido por la gente española en los años áureos de nuestra pfntura. prefrere resuftedos brlIlBfites. sLn duda alguna muy brillantes y halagado res. a esos otros que de Goya va a conseguir por culpa de su capacidad de penetración y desciframiento, cuando la c r i s i s del a r l e espai oE, gracias a l o que el arto goyesco significa, queda en una serle de resultados que pueden observarse en este conJuntOn llenos de destreza, de buena escuele, de sentido tradicional francés, italiano o germánico, base pese a todo lo dicho de Eo que en Es peña posTorlormente va a ocurrir. El arte, como gran espectáculo, p r i v a e n ese tiempo sobre el arte c o m o confidencia profunda y g e r m i nadara. El hecho d e que nuestro visitante iconoclasta estuviera acostumbrado a una pintura- después de G o y a i no excluya que la anterior al baturro extraordinario careciese de todo lo que hay que admirar e n bastantes lienzos de esta exposición. Porque la pintura donde la técnica manda sobre las conquistas expresivas, como ocurre en los mejores cuadros recogidos en esta exposición curiosísima. no pued 6 medirse como la que se vale de una túcnica Imprcsctndibte para comunicar lo que admite como descubrimiento. Y es injusto, absolutamente Injusto, aunque comprensible, ponerse ante un Mongs. anle un Glaquinro, snte un Bayeu incluso o ante un TiépolOn artistas ampeñados en acreditar la dignidad sobre todo de un concepto E n- ano muy arrajgado, esperando a que nos digan algo que no tenga que ver con la msgmficscJón de la reatidsd. ADMIRADO GOYA hJaturalmente que. en la sala donde se nos brindan dieciséis obras d e Goya, ocurren dos cosas: el retrata de Ventare ñodrlguez (Es toco Imo. Museo Nacional y el del Duque de Albs Madrid. Museo del Prado) pueden codearse en técnica y efecto con muchos d e los contemplados como mejores en las otras salas, y además nos encontramos con la Marquesa de Santa Cruz (Louvre) marquesa de Ponte ¡os (Washington. Galería Nacional bernardo de I fiarte (Estrasburgo. Museo de Bellas ArtesJ. debidos a esa forma de entender al s e r humano que convierto a Goya en el primer retratista del arte moderno, como tanto insistió Eugenio d Ors, estudioso goyesco da primera, Pero es que, por sí fuera poco, podemos admirar El globo aerostático Agen. Museo de Bellas A r t e s) I Fcrdinand GülHemardet ÍLouvre. París) 3l lado de nuestras conocidísimas, las prodigiosas Prade 13 de San Isidro, la Ermita d e San Isidro, la Vendimia y el Quitasol del Prado, Y cuando nos sintamos cansados de tanta maravflla. detenernos ante el interés de Interior de una cárcel (Barnard. Castle. Dur- La nndicién de Savlrl a San femandoi- dal pintor l ancéi Carlos JosA Firparl- qu lu LlarrtEdo Eipaña por 1 Rey Femando VI. Eiam, Bower M u s e u m l o los dos pequeños y eslremecedores San Franciscos da BOrfa (Madrid. Colección Marquesa de Santa Cru l que nos presentan juntos, quinlaesencra a nuestro parecer de la mejor manera de expresar, creada por nuestro gigante. Para después de pasar, sin fijarnos mucho, por t e Wrgsn Reina de ios Mártires (Zaragoza. Museo de la Seo) caer, yo no sé d e qJiS manera, pues se trata de una de las obras más estremecedoras de la colección presentada, ante el Retrato éei Artista (Castres. Museo Goya) y aprender, aprender Incansablemente qué es pintura. Una i l a de la sala d dJcBda a Goya. Cómo se pinta, y de qué mañera, valiéndose de una técnica fruintaesencíada, de vuelta de lodos los circunloquios, resulla imposible decir más de una criatura de lo que Francisco de Goya dijo de éL Entonces sí... (guando hayamos hecho el repaso, seguiremos admirando la fastuosidad, lo espectacular, la grandeza de planteamiento incluso de los pintores citados con anterioridad al baturro. Pero éste, en compar ia de dos Bayeu y cuatro José del Castjllo. es tal la inmensa ieccién de expresividad que nos proporciona; tal la manera de apoderarse de nosotros con el trazo brioso, con el planteo sintético, con la calidad lena de gracia, que tendremos que decidir... Decidirnos por fa pintura que él Inició, cuando descubrió que su Marquesa de Santa Cruz, por ejemplo. pcK nía de manifiesto el talante de aquella aristúcrata, mucho más que otros pomposos de reinas y nobles, con los que los clientes suelen estar encantados. Cuando no qulerenn claro está, que les artistas c o m o GoyB, porque tienen alma y gracia para ello, perennicen, en sJnleSis c r o m í l l cas de un atrevimiento expresivo genial, la raJz y el acento de una determinada forma de vide. Enrique Aicoaga

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