BLANCO Y NEGRO MADRID 11-10-1978 página 51

en decadencia. Lo que si pienso es que se contradice como tal fiesta cinematográfica. Declarar sencillamente una semana de cine cultural sin carácter competitivo sería más consecuencia que esa cierta ttibridez que tiene afiora el festival. No sé si será mejor o peor, pero me lia parecido un festival apagado, triste... Quizá ese fuera su objetivo, pero creo que entonces no tiene sentido que se cobren seiscientas cincuenta pesetas por una butaca, sin incluir en el menú la existencia de las grandes estrellas... -E f e c t i v a m e n t e el espectador medio español admira a las grandes estrellas extranjeras, mientras ofrece un trato diferente a las nuestras. ¿Cómo crees t ú q u e juzga nuestra sociedad al actor? -Ignoro si le juzga o no. Es más, creo que no se detiene a pensarlo, simplemente lo deglute y lo utiliza, de la misma forma que el actor utiliza la sociedad en la que vive. A veces ha sido la excesiva normalización de la vida, el trampolín que muchas personas han utilizado para ser actores, para vivir una vida diferente sin importarles el rigor de una sociedad que se ha defendido centra esta agresión a sus costumbres. La relación lleva implícito un desenfado, que suele convertirse en un desgarro difícil de soportar. ¿Hasta qué punto te preocupa el fenómeno social del actor? -El fenómeno social del actor no me preocupa. Me preocupa el fenómeno social de España en general. Yo sé lo que significa pasarlo muy mal; sé perfectamente cómo vive la gente en mi pueblo, cómo en el barrio en el que he vivido. Los problemas sociales me preocupan por encima de los de mi profesión. Entiendo que muchas veces por intentar resolver problemas profesionales concretos nos colocamos a espaldas de la realidad del país. -Parece claro que la política ha mediatizado tu vida. ¿Cuándo te llega de una forma clara la conciencia política? -Levantarse todos los días a las seis y media de la mañana, coger el tranvía con una tartera en ia mano. Ver que todos los días baja inhumanamente lleno. Volver a tu casa en el mismo tranvía, igualmente lleno. Entrar en una casa sin ducha, sin baño, ccn humedad, y comer todos los días garbanzos... Si encima no tienes conciencia política es que eres un subnormal. 51