Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
BLANCO Y NEGRO MADRID 18-01-1978 página 72
BLANCO Y NEGRO MADRID 18-01-1978 página 72
Ir a detalle de periódico

BLANCO Y NEGRO MADRID 18-01-1978 página 72

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página72
Más información

Descripción

E L 1 de enero de 1978, el conde de los Andes Savarin nació a una nueva vida. Murió durmiendo en ia paz de los justos, dejándonos el consuelo y el recuerdo de una vida ejemplar. Vivió como pocos, la lealtad a su Dios, a su Patria y a su Rey. No he conocido a nadie con un mayor desprendimiento de los bienes terrenos. Le gustaba disfrutar la vida con todo lo que ésta le ofrecía, dentro del orden absoluto de s u s convicciones y creencias. Ello, sin embargo, no le hizo nunca lamentarse de sus dificultades económicas, debidas a la gran fortuna que le arrebató el régimen de Fidel Castro en Cuba. Me consta que tenía que hacer verdaderos equilibrios para conservar la tradicional hospitalidad de su casa y de su persona. Todo ello pasaba a segundo orden encubierto por su inefable sonrisa. Lo material nunca le quitó la serenidad, reflejo de la paz de su conciencia. Hace muy poco me decía: Comprenderás que no voy a preocuparme. Estoy seguro que Dios me quiere más que a los lirios del campo y a las aves del Cielo y a éstos no les falta nada Sólo supo dar y darse. Siempre siguió la misma línea en Política, sin quejarse ante la adversidad, el engaño o la desilusión. La restauración Monárquica llenó su vida. Por ella renunció a todo cargo político después de la guerra civil. Hubiera tenido uri gran porvenir con una carrera iniciada a los veintitrés años, siendo diputado monárquico por la provincia de Cádiz en 1933, gobernador civil de Santander en 1939 y consejero nacional. El general Franco le ofreció en un par de ocasiones importantes Embajadas que, por supuesto, no aceptó. El año 1943 fue deportado a la isla de la Palma. Posteriormente le detuvieron en su casa a altas horas de la madrugada. En ambas ocasiones el motivo fue su actividad por la causa monárquica, personificada en el Conde de Barcelona, del que fue miembro de su Consejo Privado. Cuando las circunstancias históricas elevaron al trono de España a Don Juan Carlos, siguió el leal ejempla de Don Juan su Rey y señor natural de tantos años, poniéndose inmediatamente al servicio de nuestro Rey Juan Carlos. Todos los monárquicos que él aglutinó, animó y dirigió en las provincias nacionales, así como todos los. que sabíamos de su leaF trayectoria en favor de la monarquía pensamos que por derecho propio se había ganado 72 rrnTTmT- mniBTTi EN HOMENUE A SAUARIN un puesto en la política actual de España. El anterior conde de los Andes, ministro dos veces con Alfonso XIII y cabeza de la organización monárquica en España fue su iniciador en esta entrega a la causa monárquica. Pero, la política es... la política. Ni siquiera pudo el Rey hacerle senador como hubiera sido de justicia, y por res que a veces le dio más de uno, sobre todo en el terreno de la política, y en seguida sabía excusarles. También los. nietos fueron amigos suyos. N u n c a le llamaron abuelo, era Paco para todos ellos. Frecue n t e m e n t e le acompañaban los mayores, aún adolescentes, a los toros, cines, conferencias y restaurantes. Siempre decía que la hace casi tres años no hubo crónica que no me comentara. De él recibí su entusiasta apoyo y su constante consejo. Compartimos juntos muchas horas de mesa En su casa, en la mía, en la de los amigos y en los restaurantes. Le acompañé en muchas de sus crónicas como Savarin y él lo hizo en las mías. Siempre tenía justo el juicio y amable el apetito. Aborrecía las llamadas comidas de trabajo, en las que con gran razón decía que la mayor parte de las veces ni se come ni se trabaja. Cuando se las imponían sé negaba a tocar ningún tema preocupante antes del postre. En ese momento la alegría de haber compartido el pan con amigos le predisponía a felices soluciones. En la Cofradía de la Buena Mesa y en las breves palabras que pronunciaba al final de nuestras comidas, para comentar las mismas, siempre nos decía, que no importaba si en ocasiones una comida resultaba copiosa siempre y cuando se comiera equilibrado. Efectivamente, tenía un arte especial para componer menús, cosa más difícil de lo que parece. Se entusiasmaba con ia cocina regional española, de la que ha sido al frente de la Cofradía de la Buena Mesa, su gran p r o p u l s o r Amante de la cocina casera, era fino degustador de la mayor elaboración, Gran partidario de la especialidad, opinaba con acierto que cada restaurante debe tener su plato especial, que motive a los clientes la asistencia al mismo. En cuanto cundió ia noticia de su fallecimiento en Jerez acudió entre sus muchos amigos Antonio Orihueta, propietario del restaurante Gaitán, por el que profesaba el conde especia! predilección. Ese mismo día había almorzado allí almejas a la gaditana, acedías fritas, pavo relleno y tarta de manzana. A veces tomaba el café en la cocina charlando con el matrimonio. Antonio no pudo representar mejor a todos los restauradores españoles que tanto le querían y le debían. No se apartó un momento de Andes y el día del entierro cerró el restaurante en señal de duelo. Por si fuera poco publicó una esquela en la que venía la hora de la misa que ofreció por su eterno descanso. Gacias, Orihuela. Horas antes de su último sueño recibió el supremo alimento de la Sagrada Comunión y ahora su banquete es eterno. Me he quedado sin mi maestro, sin mi gran amigo, sin mi compañerp, pero vivirá siempre a mi lado. Hombre amante de la tierra, el conde de ios Andes, Savarin exhibe satisfecho los espléndidos racimos de uva de su viña jerezana. carta le dijo hubiera sido su deseo. El Rey sabia muy bien que podía contar siempre con la lealtad de Andes y que no sufriría merma alguna con ese relego. A él no le hacían falta honores y prebendas para servir a su Rey. Sin duda fue necesario dárselas a otros que por haber sido franquistas e incluso republicanos había que atraerse a la Corona, por bien de España. Para Paco Andes, la familia era casi una religión. Fue muy feliz con la suya y supo dar alegría 7 amor a hijos y hermanos. Sufrió el gran dolor de la pérdida de Teresa, su mujer, siendo aún joven. Al año siguiente con sólo una serhana entre uno y otro perdió también a sus padres, los anteriores condes de los Andes. El sentido de la amistad de Paco y su generosidad con los amigos no tenía límites. Se volcaba en una amistad optimista, siempre abierta y sin rencores. Pronto se le olvidaban ios posibles sinsabofamilia que come unida, pei- manece unida Para él la comida era un rito que compartía con familiares y amigos. Hizo a través de sus crónicas publicadas en el ABC d é l o s domingos en 1970 con el seudónimo Savarin que la gente se interesase por la gastronomía como cultura. Supo hacer comprender a los lectores que la gastronomía es un arte y como tal no exige cantidad, s i n o calidad, amor y vocación. No le gustaba la comida complicada, siempre propugnó la necesidad de la vuelta a la calidad de las materias primas y la sencillez en la elaboración de las mismas. Fundador y presidente de la Cofradía de la Buena Mesa, articulista y conferenciante sobre temas gastronómicos, alcanzó tal popularidad que más de una vez me decía que el conde de los Andes estaba celoso de Savarin Fue Siempre mi gran maestro y amigo. Desde el principio de mi colaboración en BLANCO Y NEGRO Zenón

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.