BLANCO Y NEGRO MADRID 27-11-1976 página 30
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página30
- Fecha de publicación27/11/1976
- ID0005332696
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5 0 (Gil v i llí á ÍIT H r Rt El número de asistentes sorprendió a muchas. La televisión belga no quiso difundir estas mismas imágenes por creer que estaban trucadas. OS medios de comuX j nlcaeión enemigos calan en los espíritus débiles. No te dejes influir por la monserga de la prudencia. Acude, por encima de todo, a la Plaza de Oriente. Esta desusada violencia en el lenguaje de la convocatoria de una manifestación no fue ningún inconveniente para que el día 20 de noviembre se reunieran unas 100.000 personas en la Plaza de Oriente con el fin de conmemorar el primer aniversario de la muerte de Francisco Franco y el cuarenta de José Antonio Primo de Rivera. La víspera, la Confederación Nacional de Combatientes había inundado las calles de Madrid con octavillas como si de una jornada preelectoral se tratara. La afluencia de las distintas provincias, sin embargo, fue mucho menor de la esperada. Los autocares procedentes de Barcelona y el País Vasco no alcanzaron la cifra prevista por la Confederación 30 OTRA VEZ EN LA PLAZA DE ORIENTE Nacional de Combatientes. Por el contrario, los redactores de ByN pudieron observar, en las horas previas a la concentración, la llegada de gran cantidad de autocares de las provincias andaluzas, e s p ecialmente de Sevilla, Córdoba y Jaén. Una hora antes de que se iniciaran los actos en la Plaza de Oriente daban comienzo, con grandes medidas de seguridad, los funerales del Valle de los Caídos, presididos por Don Juan Carlos y Doña Sofía, y con la asistencia del Gobierno y el Consejo del Reino. Pese a los intentos de la Confederación Nacional de Combatientes para que asistiera a los actos de la Plaza de Oriente, la viuda de Franco, señora de Meirás, acudió a la Basílica acompañada de su nieta la duquesa de Cádiz. Los demás miembros de la familia, marqueses de Villaverde, y algunos de sus hijos, se encontraban en la plaza de Oriente. Precisamente Francisco Franco Martínez- Bordiú estaba acompañado por Gonzalo Fernández de la Mora, Raimundo Fernández- Cuesta y José Antonio Girón. LAGRIMAS Y PAÑUELOS Pasada la una y media, José Antonio Girón de Velasco, como presidente de la Confederación Nacional de Combatientes, dio comienzo a los actos. En la Plaza de Oriente, pese al gran número de asistentes, se podían respetar los jardines y en lo alto del teatro Real los fotógrafos de Prensa comenzaban a disparar sus cámaras protegidos por fuerzas de la Policía Armada, tal y como había prometido el Gobierno Civil. Entre los asistentes, muchos escudos y pegatinas de Fuerza Nueva alguna cruz gamada con la inscripción: Hitler tenía razón y ejemplares del diario El Alcázar cuya edición especial había empezado a venderse horas antes del comienzo de los actos. La lectura del testamento político de Franco fue acogida con un flamear de pañuelos y grandes aplausos. Las lágrimas comenzaban a rodar por las mejillas de algunos de los asistentes. La alusión del testamento al Rey Don Juan Carlos fue acogida con algunos abucheos, siseados y hechos callar por la mayor parte de los asistentes. Las notas de la oración fú- I ú FOTOS; JAIME PATO Y ALVARO GARCIA- PEUYO tnirii! iiraBBm iiBn; iin; i ii in. ir i Mii. ni i M firi! TBiirii M