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BLANCO Y NEGRO MADRID 06-04-1974 página 28
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BLANCO Y NEGRO MADRID 06-04-1974 página 28

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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LA SEMANA DE LOS OVNIS Una de las naves estaba flotando en el aire, inmóvil, a unos diecisiete metros de diura dice el joven Maxi Iglesias, aOS HE VISTO TRES V E C E S T OS he visto tres veces. La última ha sido hace un par de días. Mi novia estaba conmigo la última vez. Maximiliano Iglesias Sánchez, de veintiún años, chófer de camión, dice haber vivido una extraordinaria aventura. Crónica y fotografías de nuestros enviados especiales, Ángel Gómez Escorial y Alvaro García- Peiayo pronto, la luz cegadora se cambió en otra más suave. Pude ver entonces el contorno de aquello. La luz salía de aquel chisme, como si fuera transparente. Era un tono anaranjado claro. Entonces noté que arriba había otra suspendida en el aire, como a unos quince metros de altura. No hacía ningún ruido y estaba inmóvil. De la nave que estaba en la carretera salieron dos figuras de apariencia humana. Una de ellas señaló con la mano al camión. JI esaparecieron dentro del objeto y éste se elevó produciendo un silbido muy penetrante. Intenté arrancar e camión. No pude. Después el motor se puso en marcha. Pasé debajo de la nave y paré nuevamente. Ahora yo estaba más cerca. Quise acercarme, pero sufrí un ataque de miedo y me marché. Regresé s Lagunilla y me acosté. No conté nada. Don Aquilino Garrido tiene en Lagunilla un almacén de materiales de construcción, donde trabaja Maxi. Nos dice que el joven suele hacer muchos viajes solo. Lleva material de construcción a Pineda y luego se queda allí con su novia hasta tarde. Don Aquilino asegura que cuando Maxi vio los OvniS no podía haber escuchado las noticias de Sevilla AHÍ, un viajante de comercio había sido perseguido por unas pequeñas naves. Su impresión sobre Maxi es; que es un chico muy trabajaclor y muy serio e incapaz de mentir. Continúa ei joven con su relato; -Volvía yo de ver a mi novia. Ella vive en el pueblo de Pinedas. Serían las dos de la madrugada del jueves día 21. A unos cuatro kilómetros de Horcajo, en dirección a Béjar, y un kilómetro antes de Valdehijaderos, vi en la carretera una luz muy potente que me deslumhró. Yo iba en el camión. Hice el cambio de luces, pues pensé que era un camión grande con faros potentes. Esa luz era tan fuerte que tuve que parar. A unos cien metros pude divisar, con dificultad, un objeto. De nvy mentó, no podía saber fo que era, pero, desde lúego, no se trataba de tín camión. Se me apagaron las luces del camión. El motor diesel siguió funcionando. Lo paré. De 2 -Al día siguiente yo tenia que hacer un viaje con materiales a Pinedas. Decidí no quedarme. Tenía miedo. Mi novia me notó algo. Yo no quería contárselo. Finalmente, se lo dije, y ella se negó a que saliera esa noche del pueblo. Pero me fui. A las once y media del viernes, en el mismo lugar, volví a ver las naves. Eran tres. Una, sobre la carretera, y dos, posadas a la derecha del camino, en un sembrado. Tenían esa luz difuminada. Nuevamente me quedé sin luces y el motor se me paró. Había unas cuatro figuras quk buscaban algo con unas barras al borde de la carretera. No pude aguantarme de miedo y comencé a correr en dirección a Horcajo, a campo traviesa. Y ellos comenzaron a perseguirme. Caí en una zanja. Pasaron cerca de mi, a unos cuatro metros. Pasado un rato volví al camión. Pensaba que lo más prudente era huir, pero no podía dejar el camión allí. Volví a él. Las naves continua-

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