BLANCO Y NEGRO MADRID 19-11-1960 página 62
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página62
- Fecha de publicación19/11/1960
- ID0005258726
Ver también:
NATI SE CASA CUENTO, por Agustín Vecrn I t T J UENO. me raaaré ron Honorio, KS Se produjo na vendavil d Bmpi í d t HiÍBÍarción. Resopló don Gerardo, que alútiniñha 1 rielo abierto t r i Y de un panorania de preocDpvciO tlCB ronamícBS. Resopla doña Bettn, que fM ae veía cat ¡intB ciento veinte kilos ea el íHcnlo tapÍEido del íocbc de BU futuro yertiü, Kettopló Charíío, 3 bermana mayoTí d e a t o de unn vida man aRÍlade, dfl mayor relación, brinda dora de oportunidades unevaí para cDnafíaír un maIrlmonio que ya empezaba preaenlirte máii que problemÁiko. Y resopló Mllaelín, el hijo menor, iinaFÍnando que iRnna rojij buena le i r a e r ü! forlnna del botnbre que ta betmand Nati acábaba de aceptar. Todos resoplaron. L i eieena tenía lu ar en I de ciM. un comedor de familia media modtfila. con FU lümpara lata fin imdr- piala vieja, Ui comedor de clife de hojabodrgonoi Ae horrendo colorido obre iat paredei inbórpitait m vajilla desportillada j Eü mantelerfa poco limpia. T jiti estaba tentada ante lu plato de poltra, xa concluido. Su geito era de cansancio infinito 7 su mirodi permanecía fija en un reiíduo miserable: et quel to de nn racimo de uvaí desprovírto de tus rotUiOft tmloí. Daba una frau pena ver aquel despojo vegetal, desamparado en el circulo, un poco p; rÍ 9 ¿ceo, de a l o u del plato. Y mas deíCDQsolador aún era contemplar a una murh cbd de Telnt ¡d ¿i años que acababa de quemar ra última eeperama- 5 e mostraba rendida, porque aquella frase qiie cababa de pronuncbr era Ea cnlmlnaciÚQ y el fin de nna Inrba cruel saatenida dorante meKfl; la lucba entre las apetencias de la lamilla j la propia Inapetencia. Dan Honorio era el caballo da batalla, el jamel D faToríto de la familia i M i a T Ü j l C I O N E S DK en aquella carrera despiadada de eatar a la niíía- A. Nati le repugnaba aquel hombre aafio, de edad íadeftaida- -na joven, dcíde lueRo- qne la miraba con ojos de tasador antoricndo, cuando ttít de Incontenible apetito, y la trataba ron modales de un remil amíento tal. que caai siempre alcanzaba la i n del rl dfculo... -Te encttefitio cautivadora e 4 ta lardo, Natlchi... (Porque el insenMlO! llamaba aii para iKrivar aún m i l la eouj Pero a la familia, IOA rinforcaníoi de tqucl fauapón enrírruecido le tabfa a gloria pensando. lin duda, en la copiosa cuenta corriente que lo respaldaba, y so enternecíaix hasta ta lirocfacciún al contemplar quelU mano corta y velluda que Roraba del privilegio de firmar tabrosos cheques. Nati M habfi readidü t a condicione su entrega quedaba pactada con aquellas palabras que icdboLa de pronunciar; sus Hílenos de amor fetultaban cancelados... Ya no habría en n vida primaveral con flores encendidas guardando en su eno la potíbílídad de una deneado sorpreía. Ni nochc eslivale 4 en la ventana trayendo, entre lluvia de eilreltai, remota melodiax o cátídaa palabrdi pronunciadaí por labios na vf iblei. Don Honorio, voluminoso y sen nal, como un huda dorado sobre el s E n v