BLANCO Y NEGRO MADRID 19-11-1960 página 44
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página44
- Fecha de publicación19/11/1960
- ID0005258708
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BALLET tes salidas a escena, y a quien le aligaramos ana larga serie de éxitos en la danza. Y por último, a Genia Melikova, por sn delicada interpretación de el Hada de las Lilas. La gracia sntil de su increíble baile de pnntas (llevada d uno a otro extremo de la escena como por una suave brisa de primavera) se adjudicó una velada triunfal, como merece su exquisito y depurado arte. Por lo que respecta al resto del escogido conjunto, perfecto y disciplinado gracias a la mise en scéne de Robert Helpmann, venido especialmente de Londres para el montaje de esta Bella Durmiente que de seguro dará muchas veladas de gloria a la agrupación artística que lleva como bandera el prestigioso nombre de un aristócrata con sangre española en sus venas y en el espíritu, el recio temple de los conquistadores, que se renueva cada generación por go de haber casi abandonado la saia la mitad de los espectadores, que el marqués, visiblemente afectado por el merecido triunfo, ordenó que le llevasen un micrófono para decir unas palabras. Nadie había previsto semejante contingencia, y el nerviosismo comenzó a cundir entre todos cuantos le rodeaban en el palco, sin acertar ninguno a tomar una decisión encaminada en tal sentido. Fué un minuto de silencio preñado de borrasca que al fin explotó de modo natural en una persona que está constantemente acostumbrada a dar órdenes y que éstas sean cumplidí Su crítico estado de salud le colocaba en el caso de niño consentido que desencadena una rabieta si no impone su deseo p o r arbiCuantos nos encontrábamos a dos metros de él, comprendimos en todo su significado e s t a infundada y pasajera cólera, fácil a sus excitados nervios de enfermo. Un momento francamente penoso, pero buenamente disculpable, lo mismo que sí al final de un pantagruélico banquete el anfitrión se permite una licencia que infringe las leyes elementales de la buena crianza. En este caso no era una excelente comida la que nos ofrecía galantemente el marqués de Cuevas, sino el regalo inapreciable de su Bella Durmiente para recreo dt nuestro un designio imperecedero de raza... EPILOGO INSOSPECHADO rFué después de más de doce subidas del telón de boca y de otras tantas llamadas a escena de intérpretes y colaboradores, bajo una interminable ofrenda de ramos de flores por el éxito apoteósico de La B lla Durmiente y íue- trario y f u e r a de tono que éste parezca. Lo que a final de cuentas él quería decir, y finalmente lo dijo sin el amparo del micro, fué lo siguiente: Que el ballet había tenido dos madrinas su esposa y la bella vizcondesa de Ribes. Además, que estaba orgulloso de su sobrino el marqués de Larrain, autor de los figurines y decorados, y que no le importaba, en absoluto, haber sufrido para poder asistir a esta memorable soirée Por último, añadió: Siento una honda satisfacción al dedicar personalthente este ballet a mi amado París, espíritu, digno de una época en la que reinaba en Fran ia con todos sus fastos la pomposa y brillante corte del Rey Sol... F. G. -R. A i t derecha: Escena del primer cuadro que representa el bautismo de IS Bella Durmiente Las hadas rodean la cuna de cristal. En primer término, Qenla Nlelikova en sO interpretación de Hada da las Lilas En esta página, el marqués de Cuevas contempla el ballet. (Fotos Reque. na y J. C. Dussarat- Delta.