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BLANCO Y NEGRO MADRID 05-11-1960 página 86
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BLANCO Y NEGRO MADRID 05-11-1960 página 86

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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PROBLEMA POLICIACO Pablo MAGAZ LA ULTIMA PENA M ABITA y el ins tector Delar caminaban despacio y en silencio a lo lariro de la avenida. Acababan de asistir al acto final del juicio segruido contra María Balant y aún resonaban en sos oídos las palabras del juez: Declarada culpable de asesinato en la pei ona de Gabriel Vertos, este tribunal la condena a morir en la horca. Es horrible- -afirmó la muchacha- me siento desasosegada. A mí me ocurre otro tanto. -Creo que hay algo en todo el procesa que h a permanecido oculto. s incluso posible que M a r í a sea inocente. Selar asintió ante la vehemencia con que su colaboradora había dicho las últimas palabras. Las pruebas presentadas por el fiscal e r a n irrefutables- -afirmó el policía- Lo que nos h a impresionado es la postura de esa mujer. Su pasividad. Su infinita tristeza. Ese abandono casi infantil con que h a permanecido día tras día, viendo estrecharse el cerco tendido por la acusación a su alrededor. Hace el efecto de que no le importa morir. ¿Cuándo se cumplirá la sentencia? -Dentro de un mes, poco más o menos, si n o le conceden antes el indulto. Marita cogió al inspector del brazo y se apretó contra él. -Acompáñame a t o m a r algo. Quiero que repasemos j u n t o s los pormenores del juicio. Focos minutos después se hallaban ambos sentados, frente a frente, en una pequeña cervecería. Voy a asumir el cargo de defensor y t ú intentarás rebatir mis argumentos como si fueses el fiscal- propuso la muchacha. Delar asintió. Pero no me interrumpas antes de tiempo. El inspector se arrellanó en su asiento, c ó el vaso entre los dedos y se dispuso a escuchar. -Tenemos a una mujer de veintiséis años, delgada, de escasa salud, pero con unas facciones atractivas y con imos ojos giises extraordinarios, a ouien la mala suerte viene persiguiendo desde la Infancia. Nunca supo quiénes fueron sus padres. Creció al lado de una lejana parienta que, al morir, después de dieciocho años de malos tratos, le legó una casita en las afueras. María conti ae matrimonio con un estudiante, y después de dos años, únicos felices en su triste existencia, el marido la abiandona, llevándose al huir él producto íntegro de la venta ce la casa. Pero ella no se deja vencer. Encuentra trabajo de camarera en una cafetería. Alquila una habitación, donde, por las noches, cuida de su liija, dsjáncTola durante el día bajo la vigilancia de la portera. Una mañana, al leer en el periódico la lista de la lotería. Miaría descubre que íe h a correspondido el primer premio en el último sorteo. El horizonite se despeja. Se despide del local donde ti abaja, gasta los últimos ahorros en cambiarse de alojamiento; pero cuando va a cobrar el premio, se descubre que el décimo comprado estaba falslñoado- -Marita hizo ima pausa- es un detalle más, no es la mayor desgracia sufrida, pero creo que fué la gota o. ue colmó el vaso de sus fuerzas. Se ve obligada a abandonar la nueva casa. Está enferma y sin d i nero. Dese jerada, lleva a la n i ñ a a u n hospicio, donde la abandona definitivamente. Me la imagino oaminando bajo la niebla, sola, sin lugar a donde dirigirse, casi Inconsciente de sus propios actos. Es el día quince de noviembre por la noche. Uno de los testigos de la defensa declara que la había seguido hasta el hospicio y que se acercó a la mujer, cuando ésta sallo del edificio, con la intención de ofrecerle ayuda. Pero ella no le escucha, y el hombre, despechado, da media vuelta y se marcha. Aquei lia noche- -añade esite testigo- no pude dormir. Había algo en la expresión de María aue me hizo pensar que estaba decidida a suicidarse. Marita interrumpió su exposición. -Hasta aquí- -dijo, mirando fijamente al inspector- -n a d a indica que la muchacha sea una malvada. Es tímida, débil, va siempre vestida con sencillez, aitenas se maquilla la cara. Lucha hasta que la abandonan las fuerzas. Pero a partir de esta fecha, a partir del quince de noviembre, la mujer cambia de vida. Tres días más tarde la ven varias personas en u n bar del centro, hacia las dos de la madrugada. Su aspecto h a variado. Lleva un vestido elegante y caro, Pero va sola. En días sucesivos, a distintas horas de la noche, frecuenta otros locales similares. Siempre sola. i 0 e dónde procede el dinero que gasta? Alquila un departamento lujoso, pero el portero nunca la h a visto acompañada. Transcurren dos semanas y llega el día dos de diciembre, fecha en que Gabriel Vertos es asesinado en su domicilio de la calle Transval. No se h a conseguido relacionar a la víctima con la muchacha. Son las once cuarenta de la noche. Una vecina, llamada Sonia IXirkof, que ocupa el piso vecino a Gabriel, oye un disparo. Avisa a su doncella, que no había escuchado el ruido por hallarse en su habitación, y juntas salen al descansillo. Ven la puerta, ús enfrente abierta. Entran y descubren a María con una pistola humeante en la m a no, frente al cuerpo inanimado de Gabriel. Avisan a la Policía, y la presunta criminal s detenida por el asesinato del millonario. Encarnan a los protagonistas fosé Luis Pecker en el papel tfet inspector Delar y ANoj López Budfa en el papel de Marita. Reportaje gráfico de Alvaro Garcla- Pelayo.

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