BLANCO Y NEGRO MADRID 22-10-1960 página 88
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página88
- Fecha de publicación22/10/1960
- ID0005258266
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Croquis del salón de esgrima, donde ocurrió el suceso, y de los aposentos contiguos. nes. Al cabo de unos segundos dejó de existir sin recuperar el conocimiento. Más gue una declaración es una confesión- -observó Marita. El inspector asintió y dejó sobre la mesa el expediente. -No debemos olvidar- -continuó- -que ninguno de los tres sabía de antemano euál era el motivo de aquella cita, ni la habitación donde Johanes pensaba recibirles. Este punto h a quedado perfectamente claro, puesto que el millonario hizo los preparativos con sus dos criados, recomendándoles l a m a s a b soluta discreción. En segundo lusar, los tres sospechosos no tuvieron oportunidad de ponerse de acuerdo después de su muerte, pues mientras uno de los criados telefoneaba a la Policía, el otro se quedó con ellos junto al cadáver. Cuando llegó la patrulla fueron detenidos y conducidos en coches separados a las celdas individuales que ocupan actualmente en la Prisión Central. ¿Cuál fué la pregunta que el millonario hizo a su sobrino? Delar sonrió. -Le preguntó cuál era el afluente más pequeño del Volga. Marita niiró al policía sorprendido. -Tenemos a la victima el móvil, la oportunidad y la confesión. ¿Cuál es la duda? -Fernanda Se Nara también se h a declarado culpable. Su deiscripción de los hechos es menos exacta, pero se aproxima mucho a la del marido. ÍES probable Que mienta, pues el candelabro era muy pesado y estaba situad o sobre la repisa de la chimenea, eñ u n lugar bastante alto, de manera Que no debió ser fácil para- la mujer alcanzarlo, si es que fué ella la aue cometió el asesinato. ¿Qué pregunta correspondió a Fernanda? Ha afirmado que no la recuerda. Algo relacionado oon una fecha histórica. -Es muy raro que la haya olvidado- -replicó Marita al mismo tiempo que tomaba de la mesa el expediente. Desde luego- -el inspector se levantó- Pero lo más curioso del caso es que Gaspar Traute también h a confesado. ¿También? -replicó Marita, iponlándose de pie de un salto. El inspéqtor asintió con ¡regocijo. -Nos sobran culpables, ¿comiprendes? ¿Qué dicen los criados? Los ¡das esperaban, siguiendo instrucciones de su amo, en los extremes del oomefior, y, cuando oyeron el ruido del cuerpo, se precipitaron al interior del salón de esgrima. Recogieron el candelabro y apagaron las dos velas, que aún a r dían, oon (riesgo de incendiar la alfombra. Son servidores antiguos y fieles, de los q, ue no podemos sospechar, pues no se benefician en a b soluto con la muerte de ¿ohanes. ¿Cómo h a descrito Gaspar Traute el asesinato? -Se ha limitado a afirmar que é: l mató al millonario y se h a negado a dar explicacloíies. Hemos investigado su vid a privada y, aparte de la antigua pasión platónica, y, desde luego, no correspondida, que sentía por Fernanda, no hemos podido encontrar ningún indicio que eche luz sobre las causas de su obstinado silencio. ¿El móvil del crimen h a de ser necEísariaímente la herencia? No existe ningún indicio que h a ga suponer la existencia Se una causa distinta. Marita se levantó del asiento y se acercó a un candelabro, que se h a llaba sobre una mesa en un rincón del despacho. ¿Es éste? -Este es la pareja. El otro, sobre el que sólo se h a n encontrado las huellas de los criados, está aún en el laboratorio. Marita intentó levantarlo. -Es muy pesado- -comentó. -El asesino debió realizar un gran esfuerzo para descargar el golpe homicida. La muchacha frunció el entrecejo, se sentó y permaneció en silencio durante diez largos minutos. -No lo sé- -dijo al fin- Me doy por vencida. ¿Fué Fernanda? El policía negó con 1 cabeza y miró fijamente. -No he acusado todavía a ninguno. Quería hablar antes contigo. Y el inspector expuso a la muchacha lia solución del caso del candelabro. ¿Qué ocurrió realmente en el salón de esgrima? (Solución en las páginas azules.