BLANCO Y NEGRO MADRID 22-10-1960 página 63

con Jordania junto a las murallas de la Vieja Ciudad) en cuyo milenario emplazamiento ge halla la iglesia de la Dormición y el Cenáculo. A pocos metros y rodeada de un bosque de pinos se encuentra la Tumba del rtíy David, igualmente lugar de peregrinación para todo el, pueblo israelita, con su nutrido cortejo de fieles venidos de todos los rincones del mundo. No podía faltar como colofón a mi estancia en Jerusalén, uña breve excursión por el barrio de Yemin Moshé (primer barrio salido de las primitivas murallas de la ciudad) babitado en su mayor parte por judíos sefarditas, es decir, por los descendientes de aquellos otros judíos que fueron expulsados de España en tiempos de los Reyes Católicos (de los cuales un gran número emigraron a Turquía) y lioy se hallan reintegrados al nuevo Estado de Israel. Si he de ser sincero con el lector, confesaré que la visita al barrio de Yemin Moshé habría de quedar en mi recuerdo, tal vez como el episodio más saliente de mi primera jornada jebusea. La encantadora persona que me acompañaba y me servía de cicerone, quiso ofrecerme la oportunidad de conocer de puertas adentro este interesante barrio, que se enfrenta (el Valle del Diablo por medio) con el Monte Sión. Con natural desenfado fué introduciéndome en algunas de sus viviendas y presentándome a aquellas gentes, como si en realidad se tratara de un familiar venido del otro extremo del mundo. Puedo asegurar que existen ocasiones en que el afecto y la simpatía hacen olvidar los más arraigados prejuicios de raza y de ideas religiosas. El poder y la sugestión de un mismo lenguaje (aunque en ellos no haya evolucionado y su dicción castellana se mantenga intacta como hace cuatro siglos) es suficiente para dulcificar el ánimo más duro e intransigente, aceptando a ojos cerrados una líos- Monumento en bronce del Candelabro Imbólioo de Israel, junto a la Knesset (Parlamento) Esta parte nueva de la ciudad, a peear de la moderna estructura de sus edificios, todos ellos están construidos de la misma piedra, ue da carácter común a toda la capital. En una calleja del barrio religioso- fanático de Mea Sdiearlm ha eido sorprendida esta escena, tomada con el teleobjetivo. El fotógrafo Ihe de operar con extrema discreción ipara no ser descubierto. Cualquiep Imprudencia en este barrio puede tener consecuencias poco gratas para la Integridad de las cámaras fotográficas. k