BLANCO Y NEGRO MADRID 22-10-1960 página 49

estoy neutral- -respondió Vidriera- -Irados mis pulsos con mi celebro porque están encon- Enfermedades del ánimo Lección de maestro López Ibbr habló cerca de una hora. Sólo una vez cogió sus papeles y leyó brevemente. La lección era clara; a pesar de su hondura, los legos, en Psiquiatría podíamos seguirla con facilidad en sus líneas fnndamenlales. El maestro, en pie, se expresaba con fonética valenciana; su figura maciza tenía como utia quietud d encina. Hablaba gravemente, pero, como siempre, encadenando la atención del oyente culto, merced al enorme interés humano de lo que dice y a la pulcritud legante de su prosa hablada y escrita. Entre los médicos- filósofos españoles del siglo XIX, estudiados por Tomás Carreras Artáu, abundan los catalanes y levantinos: Monláu y Letamendí nacieron en Barcelona; Pedro Mata, en Reus, Mateo Orfila y José Miguel Guardia eran menorquines; Francisco Fabra, gerundense. Ahora, López Ibor, nacido en tierras de. Valencia, junto a las costas luminosas del Mediterráneo, prolonga esa tradición filosófica y se aplica, como algunos de sus antecesores, a curar enfermos. En su primera lección comenzó refiriéndose a la desmitologización de la Psiquiatría, tarea de los psiquiatras de su época. Nada de mitos. Una esclava, del pensamiento para curar a las pobres criaturas hunianas. Hace pocos años, Jaspers, desde la cima de su celebridad filosófica, escribió unas cuartillas para hablar de la mentalidad del médico moderno, lo que equivalía a recordar que él, filósofo, era un psiquiatra y que de- la Academia platónica podía descender a la Anatomía, la Fisiología y la Terapéutica. Con la palabra neurosis se designaron én un principio, las enfermedades del sistema nervioso sin lesión anatómica conocida. De siempre se las llamaba esenciales y, andando el tiempo, funcionales, pues se pensó que podrían consistir en alteraciones de tal índole. En varias etapas sé ha llegado al descubrimiento de la idea que hoy se tiene de las neurosis, segiVn la cual se. atribuyen a un choque o trauma psíquico. En los últimos veinte años se las llama reacciones vivenciales anormales Sentir tristeza o miedo puede o no ser una respuesta afectiva motivada y sensata a una vivencia. El riguroso estudio de estas enfermedades del ánimo descansó durante Ja primera lección sobre una consideración total del hombre en cuerpo y alma, de la condición humana y de la vitalidad, qué es la costura entre el alma y el cuerpo, como d) jo el magnífico poeta Novalis. Con López Ibor, tan pronto se encuentra uno en picos altísimos, donde el hombre se sublima; como en los abismos, donde se degrada. Pero el gr n médico y gran profesor de Psiquiatría deja en claro que estamos constituidos con un ingrediente especial: hemos sido conformados con arreglo a un plan Dentro de él, la enfermedad puede no ser uri desastre. Como un sithbolo de los tiempos, la mañana estaba oscura, llovía a mares y el cielo hacia más triste el hosco Anfiteatro Grande de San Carlos. A pesar de todo, los rail oyentes ovacionaron a López Ibor con animación y hasta con alborozo; y era que e n discípulos, amigos, admiradores y clientes, él acababa de encender una luz. Jacobo PERÉIRA El doctor don Juan José Ldpez l bor durante su primera lección en la cátedra dd Psiquiatría de la Facultad de Medicina, de Madrid. (Poto S. B rnneJo. í- 1: i i. á í fi í k