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BLANCO Y NEGRO MADRID 03-09-1960 página 109
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BLANCO Y NEGRO MADRID 03-09-1960 página 109

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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aousap ifts señailes en i1 receptor R. Claro que los esquemas de montaje no son tan simples coimo. los que se contienen en la figura; pero el principio se halia expuesto en la misma, paria dar la 4 iea de cámo se establece la comunicación radio. Al principio de la telegrafía sin hilos la distancia de la comunicación era relativamente reducida. Con la cxperiencia de Marconi se salvó l que separa Framcia de Inglaterra; los perfeccionamientos de los equipos y la mayor sensibilidaid de los receptores han permitido aumentar sucesivamen- te aquella distancia, para llegar a la prodigiosa realización actual de! a comunicación con los satélites artificiales a través de miles de millo nes de kilómetros por los espacios siderales. ¿ES R Á Z O K A B L E C R E É R? Por Fray Juan ZARCO DE GEA, O. F. M. V n i r 5 f y automóMco el ra (j 1 sonar razonaMemente? -El hombre tiene una disiposición ingéniíta para discurrir y razomar. Es, pues. Una propiedad de todos las hombres de rwente sana, y baistá ésta para los raciocinios obvios y riecesarios. Pero, como veremos, él hombre puede errar, y en materia difícil yerra fácümente; en parte rntieáe ser sanada esta errabUidad por la Lógica adquirida, la cual es el hábito de razonar debidamente, core prontitud y expedición, adquirido con la reflexión y el estudio. Es, por lo tanto, la ciencia de la Lógica complemento y perfección de Id lógica natural, o sea, de nuestra disposición inmuta. La razón por qué el hombre puede errar constituye la contestación a la siguiente pregurda: ¿Se descubre lo razonable pronto y de una vez para siempre? -No sedescubre lo razonable de pronto ni de una vez para siempre; el descubrir lo razonable, o sea, llegar a una oonolusión razonable, es un proceso l nito, a fuerza de esfuerzos. Obstaculizado con muchos tropiezos y errores. La razón es la siguiente: hacemos distinción entre dos operaciones de la mente: el entender y el razonar. Liamamos la mente entendimiento, re cuanto entiende, y la llamamos razón, en, cuamto razonaAhora bien: evterider o comprender es captar, instuitivamente verdades mMicntes de por si; asi captamos intuitivamente los principios, como: nadie puede dar: a otro lo que él mismo no tiene; una cosa no puede afirmarse y negarse al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto, etc. Desde estos principios conocidos, desde verdades entendidas nos modernos a descubrir nuevas verdades; esté moverse de lo conocido hacia lo desconocido, de lo entendido hacia lo no entendido es razonar; el término del razonamiento es lá conclusión. El entendwnvenito es, pues, el punto de partida y eZ punto de llegada de la- razón. Entenidemos los principios y entendemos la conclusión. Rázonarüos eZ raciocinio, el discurso, la argumemtación, que nos conduce de las verdades conocidas a una nueva verdad. Este acto de moverse de una verdad entendida hada el entendimiento de otra verdad es propio de hom bres. Por eso decimos que Dios y los ángeles tienen entendimiento, pero no decirnos que tienen razón, no razonan. Ahora bien, él entendimiento no se equivoca en sus conceptos y en la inteligencia de los primeros rrincipios, etc. cuya conexión ve intuitivamente; pero la razón yerra en sus razonamientos, no descoibre lo razonable de pronto ni de u n a vez para siempre. ¿Por qué son tantos los que razonan irracionalmente, con razones fabricadas, paira ir en contra de lo razonáblet ¿Es por incapacidad mental? -Puede errar la razón en sus juicios y discursos por diferentes razones. Primiero, por la imaginación, la c u a I puede combinar imágenes sensibles y de esta manera crear conexiones falsas; la razón debe controlar la imaginación; al fallar este control, falla la razón en sus juicios y raciocinios. En segu ndo lugar nos hacen razonar apasionaJda y precipitadamente las pasiones; no nos dejan tiempo para controlar las imágenes sensibles; además, bajo el influjo del orgullo o de la soberbia, por amor propio e interés, etc. queremos, o sea, elegimos opinar de una manera determinada; no queremos conceder a un error o no queremos que el entendimiento vea algo que no nos guste. Por la wnidad psicológica del hombre, mientras una patencia funciona intensamente, las demás se debilitan en su acción. Tercero, la voluntad nos hace opinar- el deseo es padre del pensamiento -e inducida de las pasiones nos puede Jvacer buscar argumentos para nuestros errores; nos puede hacer razonar irrazonablemente con razones fabricadas, para ir en contra de lo razonable y, p. e. crearse una fe irrazonable. Por fin, la misma razón puede errar por propia debilidad, o si usted quiere, por incapacidad mental Conclusión: podemos llegar a certeza por medio de entendimiento y razón y por medió de la fe. Por certeza se entiende la firme adhesión de la mente a una verdad, la cual excluye temor; de errar. Llegamos a certeza por el mismo entendimiento, cuando éste ve intuitivamente, o mediante ün raciocinio la verdad de una proposición (o sea, ta conexión entre predAcaéJo y sujeto; por ejemplo, El alma, humana es inmortal esta certeza es natural (metafísica o fisicay. Cuando él entendimiento no ve la verdad de una proposición, puede lá voluntad inclinar el entendimiento a dar su asentimiento. Esta dase de certeza es moral, si se trata de fe humana, cuyo motivo de asemtimiento es el testimonio de un testigo considerado fidedigno; y esta certeza es de fe. divina, cuando se trata de la fe divina, cuyo motivo de asentimiento es la veracidad de Dios Infalible. La certeza de la fe divina es, por causa y rnotivo, en sí mayor qv, e toda certeza vMbwralimetafísica, física- o moral) porque es tima certeza sobrenatural, causada con la ayuda de la gracia y rnotioada por la infalibilidad de Dios mismo. En la fe divina es de por sí la adhesión de la mente más firme y la posibilidad de errar menos que en ninguna otra certeza; si accidentalmente no fuera así, se debe a urna imp rfeción dé la fe tí PARTE NUESTRA.

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