BLANCO Y NEGRO MADRID 13-08-1960 página 124

ECONOMÍA Y FINANZAS visas aue, a causa de. las ¡pretéritas situaciones, ipresentaba nuestra balanza de pagos. Sería difícil, por no decir imposible, reseñar las realizaciones logradas en esta última época, bastando señalar que se montaron industrias p a r a la obtención de productos nitrogenados sintéticos (Nicas, Sefanitro, Hidro- Nitro, etc. se completaron d i f e r e n t e s ciclos dé la química orgánica (Unquinesa) de la electroquímica, sobre cuya base h a nacido, con brioso empuje, la modernísima, industria del plástico; de la (farmacéutica, etc. etc. -De los 15.000 establecimientos dedicados a la industria química que úijimios existen en España, solamente unos cuantos centenares tienen verdadera importancia (el resto son pequeños laboratorios) y se encuentran distribuidos por la Península dé forma muy irregular. Existen ciertas concentraciones en las proximidades de otros centros fabriles (Cataluña y Vascongadas) en las proximidades de los grandes n ú cleos de población, aprovechando la abam. dancia de mano ie otara (Madrid) y en el litoral (Llevante) dadas las facilidades que estos lugares proporcionan por la existencia, de buenos mercados consumidores y posibilidades de abastecimiento de m a terias primas. El núcsleo principal radica en Barcelona y su provincia, a la que si- guen, por este Orden, Madrid, Valencia y Vizcaya, ocupando el último lugar entre las diferentes provincias la de Santa Cruz de Tenerife. Por productos, el primer lugar lo ocupan los ácidos, que se obtienen en el 14 por ciento de los establecimientos; el 12 por ciento, la industria del cauehio y los abonos; el 10 por ciento, los colorantes, y a continuación los explosivos. Á C I D O S El producto básico por excelencia de la industria química y el que, con su índice de prcducción, refleja con más claridad el grado de desarrollo del sector y hasta, si se quiere, del país, es el ácido sulfúrico. En España goza de gran tradición (se fabricaba ya en el siglo XVIII) por ser de los pocos países favorecidos en materias primas para su obtención. Estas son, fundamentalmente, el azufre y los minerales que lo contienen. Si bien España carece de azufre nativo en cantidades estimables, es muy rica en piritas (posee alrededor del 70 por ciento de las reservas mundiales) y otros sulfures metálicos, como las blendas, cubriendo sobradamente las necesidades propias y exportando considerables cantidades a otros países europeos. La producción de ácido sulfúrico ha crecido en los últimos años en proporciones considerables, habiéndose llegado a ¡triplicar las cifras de anteguerra, cori lo que se ha conseguido cubrir la demanda nacional de este producto. Se obtiene en dos formas: corriente que se emplea, entre otras aplicaciones, para la producción de superfosfato y sulfato amónico, y oleum utilizado como materia prima para la fabricación de colorantes orgánicos y explosivos. Como derivados del sulfúrico, pueden considerarse los ácidos nítricos y clorhídrico, que también h a n alcanzado gran desarrollo en los últimos años, dejando excedentes exportables después de cubrir las necesidades nacionales. Otros ácidos inorgánicos obtenidos por la industria química española, liberando nuestra balanza de pagos de la carga que suponían sus importaciones y que, por el contrario, han venido a proporcionar con sus exportaciones considerables ingresos en divisas, son los, fluorüídri 00, tartárico y cítrico. A continuación recogemos las cifras de producción de los tres ácidos principales en los últimos años, a través de las cuales podrá apreciarse el desarrollo que h a n experimentado: portantes a la escportación, como viene ocurriendo. Naturalmente, no incluiríamos es- ta producción entre las correspondientes a la industria química si las potasas fuesen aprovechables en s u estado nativo. Los miíierales extraídos tienen una riqueza en potasa anhidra que oscila entre el 14 y el 25 por piento, y los productos que tienen importancia comercial (cloruros, o sulfatos potásicos) llegan a sobrepasar, en ocasiones, el 60 por ciento. El cloruro potásico es, en realidad, un concentrado de los minerales extraídos, obtenido en las fábricas de beneficio instaladas a bocamina o en las cercanías de los pozos. El sulfato potásico req- uiere u n mayor ciclo de producción, pues supone él tratamiento del mineral con ácido sulfúrico. Nuestras producciones vienen siendo del orden de las 235.000 toneladas de cloruro y 20.000 toneladas de sulfato potásico y sus valorizaciones A Ñ O S 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 Clorhídrico Nítrico Sulfúrico (Producción e n toneladas) 6.752 7.447 7. S 98 7.563 7.714 9.224 10.612 ¡12.078 14.106 14.619 15.000 8.196 9.631 9.236 9,598 8.734 25.596 49.704 54.737 55.613 56.331 57.000 500.096 560.052 615.199 725.375 706.575 778.969 853.192 924.575 945.647 1.052.738 1.160.000 (1) Estimaciones. -Fuente: Estudio Económico Banco Central. A B O NO S Por su importancia para nuestra economía agrícola, los fertilizantes revisten especial interés, y aunque su consumo ha crecido de forma notoria, todavía no alcanza los niveles de otros países europeos. La creciente demanda de estos productos e n sus tres variedades (nitrogenados, potásicos y fosfatos) h a estimulado el desarrollo de las, industrias existentes y la creación de otras nuevas, a pesar de lo cual a ú n tenemos que realizar fuertes importaciones de nitrogenados, pues en este renglón los esfuerzos de expansión realizados no han sido suficientes para cubrir el incremento del consumo. No ocurre lo mismo con los abonos potásicos. lios importantes yacimientos de potasa, descubiertos casualmente en 1912, al ponerse en exiplotación un pozo de sal común, constituyen una de nuestras más grandes riquezas mineras. Estimadas en 500 millones de toneladas las reservas de potasa anhidra de la cuenca que comprende la margen izquierda del Ebro, hasta las estribaciones piriüaicas, pueden consider a r s e prácticamente inagot- ables, aunque se destinen cantidades im- respeotivas de 450 y 50 miUones de pesetas. Aunque carecemos casi totalmente de fósforo, esencial para la obtención de superfosfatos, en los últimos años se h a conseguido el autoabastecimiento de este producto, llegándose, incluso, a realizar alguna exportación. A base de la imiportaeión de fosfatos naturales de los países del Norte de África, tratados con ácido sulfúrico de producción nacional, se ha llegado a obtener cerca de dos millones de toneladas cuyo valor sobrepasa los 1.500 millones de pesetas. Como puede desprenderse de cuanto antecede, la economía española de los fertilizantes ofrece la particularidad de que frente a una producción extraordinaria de los potásicos, depende del exterior en lo que respecte a nitrogenados y fosfóricos, cuyas importaciones condicionan, dé acuerdo con la ley del mínimo el empleo de aquéllos. C E L U L O S A El empleo áe la celulosa para la fabricación de papel es antiquísimo y nuestro país, deficitario en la posesión de las más preciadas materias primas para su obtención, h a reali-