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BLANCO Y NEGRO MADRID 06-08-1960 página 75
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BLANCO Y NEGRO MADRID 06-08-1960 página 75

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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He aquí una cabellera completa desprendida del cráneo de una mujei pop efecto de la explosión. Al lado se exhiben las fotos: de algunas mujeres que sufrieron esta pérdida capilar de mañera instantánea. despavoridas hacia el río Ota, y en su loca inconsciencia se lanzaban a él de cabeza para litoei- arse de Jas llaimas que les envolvían. Pero las aguas del río, bajo los efectos d sl calor desprendido por la bomba, hatoian entrado en ebullición, y en lugar de aplacar qusmlaban como el mismo fuego. Fué asi como aparecieron después miles de cadáveres en el delta de Hiroshima, cuyas aguas rematábanla tarea iníemal en una orgía dantesca que sobrepasa el límite de la imaginación... Sin embargo, pasada la crisis de su reíalo, el pobre Yukio todavía encontraba algiunos momentos para abrirme una tímida sonrisa, llevado a otro terreno de conversación, y el fantasma de ios recuerdos dejaba en libertad sus esperanzados velntitrfe años. Oel Museo de la Bomba Atómica, Yiikio saWa tanto como los mismos moleados, con la ventaja de que aquéllos nunca hubieran podido explicármelo, aun sabiendo yo el idioma japonés, con la desenvoltura y la autoridad qua lo hacía mi joven guía y efímero comoañero. Casi toda una tarde la (pasamos dentro del Museo, examinando al detalle cuantos vestigios y recuerdos se conservan en sus salas para lección de futuras generaciones. La visita al Museo de la Bomba Atómica no es precisamente, un espectáculo que levanta el espíritu y atare risueños horizontes de esperanza. Observando el semblante de cuantas ipersonas discurren en su interior se, advierte que nadie permanece impasible a tanto documento de horror. Si (todo ello, pertenece ya a un pretérito relativamente próximo, su fantasma impalpable se percibe cercano en la atmósfera, agazapado traidoramente. como la fiera que espera el momento oportuno de atacar su presa. La causa aigotaiádora de esta angustia son los acontecimientos políticos por los que desgraciadamente atraviesa el mundo en estos momentos. Su extremagravedad nos agarrota el ánimo, haciéndonos esclavos del peligro atómico. Sin pecar de pesimi; Sta, conviene meditar algunas veces sobre todos estos puntos, y que la consecuencia de nuestras reflexiones sea una forma

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