BLANCO Y NEGRO MADRID 23-07-1960 página 27

Stevenson pertenece, sin duda, a unos cuadros políticos que cada día van teniendo menos vigencia por sí mismos, a no ser que el comunismo los elija como instrumento. Conocimos perfectamente tales cuadros en España durante la segunda República. No es necesario dar nombres. Cualquier español que recuerde nuestros elencos de 1931 a 1936 sabe a qué atenerse. La viuda de Rooseveit, tan empecinada cOmo Truman y tan sobrecargada de propia estimación, quería hacer de Stevenson el ídolo de los fanáticos, la ilusión de los intransigentes, el horizonte de unos pequeños clanes atrevidos que, sintiéndose superiores p o r definición, tienen por gente mediocre y de poco más o menos a todos los que no les acompañan. LA VIEJA POLÍTICA man se ha hecho antipático por las intemperancias de su jefe; no han servido de nada los buenos modos del (propio Symlngton. El de Johnson irradiaba simpatía en él ámtoito de la Convención; y hubiese ido muy lejos, a no ser por la decisión popular dé, salir en busca de la juventud. Johnson, tan simpático como es, tan inteligente y maniobrero, no tenía a su lado, sin emtoargo, ni el aipocyo de las delegaciones, con problema negro ni el respaldo incondicional de los Sindicatos. Las relaciones del senador tejano con algunos grandes sectores financieros ha ipesadd decisivamente en esta ocasión sobre su destino. A más de un Estadio se le iría el corazón detrás de la candidatura de Johnson. Su elección para luchar por la Vicepresidencia habrá sido aclamatoria. En resumen; los núcleos preferentemente representativos de la política tradicional, de los mecanismos caciquiles y de las tertulias senatoriales jue imponían su voluntad, han recibido un golpe de muerte. He aquí el primer milagro de Kennedy