BLANCO Y NEGRO MADRID 02-07-1960 página 67
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página67
- Fecha de publicación02/07/1960
- ID0005260077
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DE LA TARDE Vio- -y esto es lo omás grave- vax colega suyo, nii ibécerrito de dos años, ingenuo como un seminarista, al que e clavaban extraños y enormes alfileres de colores y con el que jugaban unos Una tarde, a eso de las cuatro, Fueextraños hoottbrecitos vestido d oro y go que tenía u n espíritu bohemio y rosa, que agitaban insolentemente ante travieso, e escaipó dífl toril y salió a sus propias narices unos pañuelos Ae caminar. Dejó atrás el Icorral, los árcolor sangre. boles, los pastos conocidos, los caminos Pero el torito se defendía bravamente. demasiado ipisados y llegó, sin saber Olisqueaba el aire, bramaba quedacómo, a una ipequeña (plaza cerca de Navacerrada, donde se realizaba lina mente con un lejano rumor de órgano sagrado, pateaba la arena con sus p e provinciana tienta de domingo. zuñas y estaba visiblemente desorienCon ese fino y certero olfato de los tado. toros de pelea, se n amiinó maquinalPero eso no fué lo peor. imente hasta una empalizada y imiró a través de una rendija. Lo ipeor vino cuando otro homibrecito dorado se acercó a su amigo, Iba en ¿Qué vio? forma sigilosa; levantó un alfiler de 0 h horror de horrores! Lo nDt; vjó traspasó su fino y sen i- plata y se lo clavó en el testuz. Fuego era nervioso y es- pontáneo, y hif corazón de toro de lidia. no pudo reprimir u n terrible j oh! que Vio a aljfunas jóvenes y bonitas m u ohaolias de la ciudad, con chaqueta de se escaipó de sus labios. El torito bailó sobre sus patas, recuante y pañuelos de colores en la cabeza, y a aleónos mozos de uferda en ló, agitó tristemente la pobre bandera Pero Fuego no saíbía que entre él y el futuro había una palabra, temblando como lina navaja, que se llamaba: la muerte. tomo a uiia pequeña plaza dorada por el sol.