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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-06-1960 página 111
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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-06-1960 página 111

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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con un fondo lateoie de danza y el sión liteirail de sus mielodías. Con todo, imperio de- l ritmo ternario. la serie de otoritas nos fasicina y atrae, Las mazupcas oonjtiitu- yen mode- quizá, como ningún otro ciclo. Y relos deiliciosos de bjen ihaoer: unas al- íleja mejor que eual ¡quiera el espíribu, oanzan un todo oompleto y desarrolla- la delicadeza, el refinamiento, el buen do, pese a la brevedad; otras no son gusto y la inspiración de Pederioo sino simpílies esbozos de logro íefiiz; Oh O pin, el ruiseñor a quien nunca a veces, el tema base apar oe luego le faltó voz propia y persuasiva. de una corta ántroducci 6 nj O tras, diLa de Samsori Prangois como intérreetamente; no falta la cita folkló- prete ofrece todas las garantías: por rica pero hay más Polonia en la los medios- am plios, el temperamento personal visión de un artista y un rico y la flexibálidad rnusical, que imtiijo idileoto que pueblo en la expre- pide cualquier sensación de monoto- nía. El registro de La Voz. de su Amo por otra parte, es r cuidadoso, con, re li ve sonoro y calidad que impide cualquier dureza. Pero en este día no se traitá de exiaitarla grabación ni aun la interpretación, sino de rendir homenaje a un artista cuyo aniversario celebramos con admiración redoblada. Antonio FEÍRNANDEZ- CID (1) Voz de su Amo l ALP 510- 11. RitilíGJON Por LOS VIAJES PADRES E E LOS LOS VIAJES DE LOS HIJO! e l P. F E D E R I C O SOPEÑA cada año, a nuestros estudiantes en el extranjero: he visto ejemplo del peor señoritismo como el de aquel grupo que tomaba un taxi todos los domingos en Londres para no ir a una Misa cantada; pero he visto ejemplos espiíéndidos de lo contrario, de ios que trabajan, de los que estudian, d los que se matan por asimilar lo mejor de esta Europa, de su historia, da su cultura y, en algunos casos, justo es decirlo, de sii religiosidad. Tienen que salir: corresiponde a los padres, corresponde a los educadores, nos corresponde a los sacerdotes, preparar esa salida, hacerla posible, dirigirla desde nuestro ejemplo como viajeros. CEMENTEmO O ESTIMULO Pero la cultura puede también engañarnos: hay quienva a Europa como ell Ivan Karamazof de la novela de bostoiewsky a visitar algo que participa a la vez dé cementerio y de museo. Hay, sí, mudho de cementerio, mucho de museo d e todas unas formas de vivir, pero muchísimo también de museo convertido en vida. Yo lo pienso así recordando, mi encuentro en Viena con los jóvenes católicos universitarios, oyéndoles hablar de como es necesario asimilar, para la fe todo ese mundo del arte, asimilarlo y darlo como pan cotidiano, como caridad. Por eso el mundo inagotable del teatro en Viena tiene, sin pedantería, un no sé- qué dé magisterio y por eso también tendremos más derecho a viajar cuando acaba ila tristeza de nuestra ópera cerrada, que es un sfmbdiJo, y bien claro, de nuestro mundo equivocadamente aparte. Ni a cementerio ni a museo: a una Europa en la que nosotros, católicos, podríamos tener una gran palabra que decir si esa palabra estaba preparada para el diálogo. Por eso mismo yo quiero murcho las salidas de nuestros jóvenes: no pocas veces, cuando vuelven, cuentan lo que sus padres jamás vieron en el París la nuit que contrataban al conserje del hotel. LA PRIMERA SALIDA UIERO detenerme én un teitia que siempre es de actualidad, pero especialmente ahora de cara al verano, a las vacaciones: me refiero al viaje al extranjero de los hijos. Causa miedo, hay resistencia de fondo, pero se concede, pues hoy casi no se concibe uri muchacho universi tario sin estancia o viaje en el extranjero. Pues bien: lo primero para dirigir esos viajes es que los padres, cuandQ puedan viajar, viajen bien. El matrimonio español viaja poco, parte por falta de dinero, por necesitar mucho dinero para viajar, porque las diversiones exigen mucho dinero, y es que el viaje no se concibe casi sino como viaje de compras Cuando uno de nuestros matrihionios burgueises, de alta burguesía, vuelve del extranjero, habla mucho más de cabarets, de compras que de museos. Como sólo ven de París, por ejemiplo, lo caro y lo turístico, se horrorizan de las tentaciones a las que van a estar sometidos sus hijos, o ven imposible el viaje pensando en lo que les ha costado a ellos. Van sin idioma, sin curiosidad cultural, con un falso patriotismo dispuestos a gastarse mucho dinero, pero encontrando todo mal v carísimo. Un ejemplo que yo he vivido éstos días: cuando alguna de nuestras graciosas señoras aparece en el más bello teatro del mundo, en la Opera de Viena, se escandalizan de que las gentes vayan modestamente vestidas. ¿Cómo es posible, dicen, siendo tan caro el billete? Pues porque las gentes vienesas, en su presupuesto, colocan muy delante del vestido de Sujo, la ópera y el gran teatro. Creo que el ejemplo es claro. Por lo tanto: que los hijos, en su deseo de salir al mundo, puedan imitar ir hasta heredar las ilusiones de los padres uando viajan. Ahora bien: si los padres pasan con frecuencia fa frontera para jugarse ¡as pestañas en Biarritz o en San Juan de Luz, maldito ejemiplo van a dar a sus hijos. Q Es una pena que todavía la enseñanza del idioma esté tan mal dirigida n nuestra segunda enseñanza, porque de lo contrario, el final del Bachillerato, el preludio al ingreso en la Universidad, debería ser el paso durante unos meses por algo que fuera como prolongación del colegio fuera de España. Pero quede bien d a r p de tal forma organizado, con tal criterio de modestia que no ocurriese lo que ahora ocurre: que salir a perfeccionar un idioma a los quince años y, por lio tanto, en cierto régimen de internado, sólo es posible para hijos de muy privilegiados. Nunca he podido- comprender cómo más de la mitad de nuestros colegios no han podido todavía resolver esto, que él Viaje y ia estancia en alguna parte de Europa fuera algo conrio inseparable del ambiente, del clima en el curso preuniversitario. Lo contrario, la salida sólo a esos años, puede ser, en verdad, peligrosa y el no sali- r también lo es porque crea un cierto complejo de inferioridad. LA CULTURA COIWO DEFENSA. Salir ai extranjero no a lo bárbaro, no como el toro que sale del toril creyendo, que pasada la frontera todo el monté es orégano, sólo es posible cuando se sale con un hasta pedante deseo de cultura. Quien llega a Londres sin oonocer su- historia- sin sabei lo que es la National Sallery, buscará inmediatamente los jardines Hyde Park, donde encontrará otros turistas igualmente despreciables. ¿Se me comprende? Creo con toda sinceridad que el viaje de los hijos debe ir amparado por una exigencia de sacrificio: salen no a hacer una vida de señoritos, sino a tal o cual curso, con esa concreta obligación, piudiendo trabajar al mismo tiempo, si es posible, para ser ese estudiante, trabajador tan bueno en Europa, v no ese estudiante señorito tari deleznable én España. Yo he visto, veo

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