BLANCO Y NEGRO MADRID 18-06-1960 página 75

rM %i niir iiiMr que en esto estriba el remate de ia suerte de recibir, o recibir consumando! a suerte con todas sus consecuencias. ¿Qué consecuencias son éstas? La primera, el riesgo de matar a un toro a pie firme, supremacía de Ja suerte, y después, que en estos tiempos del toreo de filigrana y de la estética, se puede matar como en los tiemipos heroicos de Pedro Romero, padre del toreo rondeño. Lo que no se debe ¡hacer, cuando n o hay una circunstancia obligatoria, como no la hay para matar al toro precisamente recibiendo, es simular la suerte de recibir; o se hace bien o no se hace, porque entonces k suerte suprema se cambia por la suerte de quiero y n o puedo con riesgo del prestigio del t o rero, que en el toreo no todo el riesgo está en el toro. Y no hay que confundir la suerte de recibir mal hecha por no conBumada, con la suerte al encuentro o a toro arrancado. Estas se ejecutan cuando el toro se arranca inesperadamente en el m o mento en que el torero está Mando la muleta delante de la cara del toro para entrar a matar, y entonces, al ver venir al toro, se va a él, le sale al encuentro, cruza, da la estocada y sale por el costillar como en el volapié; es una estocada de la familia del volapié en la que el toro arranca antes que el torero- -si arrancan a la ipar se llama a un tiempo si en vez de alirle 1 encuentro, el torero le espera a pie firme, como en la suerte de recibir, pero sin previo cite, la suerte se llama aguantar que sólo se diferencia de la de recibir en que en ésta e cita y en aquélla n o Pero ni la estocada al encuentro ni la estocada aguantando tienen nada que ver -aunque lo parezcan y puedan confundirse- con la estocada de recibir inacabada, incompleta. Aquéllas son suertes acabadas, perfectamente definidas; ésta es una suerte mal lieeba, sin terminar por falta de valor para rematarla. E n aquellas suertes se sale por el costillar; en ésta, en la de recibir sin recibir, se sale por la cara. ¿Está claro? Aplaudo y aliento el intento de m a tar toros recibiendo, pero aconsejo que se haga bien, porque si se hace mal- -ipuede salir mal, como todas las suertes del toreo- pero si se hace anal de una manera repetida y sistemática, no es que sale ¡mal, es que se acostumbran el torero y el público a dar por buena nn cosa mal hecha, y esta cosa es nada más que la suerte de recibir, la raíz más profunda del toreo. Bastante hemos falseado el volapié de Costillares y las estocadas arrancando de Frascuelo, para que ahora se nos ocurra enmendar la plana a Pedro Romero, que envejeció recibiendo toros. O recibir con toda s sus circunstancias y todas ísns consecuencias, o no intentarlo si no hay ánimo de recibir como mandan los cánones, dicho con frase clásica. Esta es m i particularísima o p i nión. ILUSTRACIÓN DE ANTONIO CASERO