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BLANCO Y NEGRO MADRID 18-06-1960 página 58
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BLANCO Y NEGRO MADRID 18-06-1960 página 58

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CH O P I N de superación y genio; la humana un triste deslizarse por la tierra, mínimo, acobardado, víctima de un mal- -la tuberculosis- -que prendió en él como condecoración de romántico. A cada circunstancia histórica de Chopin corresponde una mujer: el músico está siempre acompañado de seres femeninos que, unas veces si y otras no, lo aman y lo miman; desde la fiel Zuska- doméstica en su casa- -a k sentimental Jane Stirling, pasando por la aristócrata María Wodzinska o ese extraño ejemplar que se apodaba Jorge Saad, I. CaSTANZA GLADKOWSKA Y LA PRIMERA JUVENTUD y el joven vela sus primeras armas en algunos conciertos donde se patentiza u virtuosismo como intérprete. Entonces, conoce a Costanza, y la conoce eii lo que podríamos llamar su medio de trabajo: el conservatorio. El tímido que llevaba Chopin en el ánima aflora a la superficie. He torpretvdido sus ojos fijos en mí- -cuenta una vez que la ha encontrado en ma iglesia- -y he tenido que abandonar el templo, acongojado, sin saber lo que hacia. Federico vigila a Costan fa, la sigue, pero no se atreve a declararle su amor y se con. nme- -el que tenía tanta facilidad para consumirse- -en. una angustiosa zozobra. Costanza, el primer amor de Chop- Jnj es una muchacha normal, sin complejos, llena de curiosidad y que no se explica el comportamiento de Federicíi. Costanza no quiso ligarse a la suerte del músico, a su cara y cruz; prefirió un marido corriente a un genio melancólico. Costanza no estuvo a la altura de la circunstancia histórica: eligió la vulgaridad. Chopin, desesperado, tras un breve viaje a Berlín, decidió abandonar su amada Polonia. El 11 de octubre de 1830 da su último concierto en Varsovia; este invierno compone el Concierto en mi menor El amor de Costanza y el ansia de nuevos horizontes exilian a Federico Chopin; sólo deja el corazón: ahora en esencia, a su muerte en presencia, que ordenó le fuera arrancado del pecho y trasladado a Polonia; y en la iglesia de la Santa Cruz, de Varsovia, se halla en una nrna de cristal. La sangre de Chopin es meridional y eslava. Su madre, Justina Krzyzanowíika, era polaca por los cuatro costados, perteneciente a la pequeña nobleza, de familia arruinada; su padre, Nicolás Chopin, era francés, profesor de su idioma. El amor debió ser causa primera de este matrimonio, pues si no, es inexplicable que Justina casara con un oscuro maestro que ni siqniei a compartía sus ideales patrios de independencia, i omo en cierta ocasión se lo hizo entender. Federico no iné el mayor de los hermanos. Dos años antes de- su hacim jento vino al mundo Luisa, en 1808, y al maestro siguieron dos mujeres más, Isabel y Emilia. El medio de la familia Chopin era sencillo, a la sombra de la casa condal de Sharb jk, donde Nicolás era preceptor de los hijos del conde. Vivían en una agradable mansión rústica de Zelazowa Wola, londe nació, a las seis de la tarde, el famoso autor de los! Vocturnos. Si Zelazowa Vola fué su cuna, poco fu í en verdad su residencia, pues dos años después lá familfa se tr 7i sladaba a Varsovia, donde el padre había obtenido la cáter tra de francés en la Escuela de Artillería. I; a infancia de Chopin tiene de extraordinario su prcipio desarrollo. Federico fué un niño prodigio. Cuentan que a Ifti tres años sn madre lo sorprendió tratando de tocar una mazurca al piano, y es rigurosamente histórico que a los ocho, participó en nn concierto en Varsovia. Chopin, como un niño de Reynolds, iba vestido con un traje de terci jpelo azul, blusa muy abierta por el cuello y los puños de encaje (1) Como es lógico, los estudios de Chopin fueron encauzados hacia la música, aunque ello no le impidió acudir a uft colegio de instrucción general y preuniversitaria, cuyos gastos fueron sufragados por el príncipe Antonio Radziwill, mecenas de artistas y notable compositor. Fué por esta época, 1827, cuando se localiza el primer impacto sentimental de Chopin, más pasivo que activo por su parte. Zuska entró a servir en casa de los Chopin hacia 1823. Era una aldeana fuerte, rolliza, agraciada, que, seguramente, sintió despertarse en ella un complejo de amor maternal ante el ser débil, introvertido, que era Federico. Las relaciones entre amo y servidora no pasaron del plano puramente doméstico, pero fué origen de una extraña simbiosis. Chopin escuchaba deleitado a Zuska los aires populares poloneses que permitieron al maestro componer sus mazurcas; la criada vivió siempre en el recuerdo de un amor imposible con el hombre que luego se disputarían intelectuales y princesas, en el fuego del cariño hacia el gran músico inmortal. Esta primera aventura de Chopin, si como tal puede calificarse, a los diecisiete años, fué efímera y si a estas páginas la traemos es más por su corte romántico que por su trascendencia. No podemos decir lo mismo de Cpstanza Gladkoswka. Federico Chopin crecía en edad y talento. Sus maestros, Wojciech Zywny y EIsner- -éste llegó a director del Conservatorio de Varsovia- se hacían lenguas de su genio musical (1) K? te (latí) tomo otros usados en el presente trabajo, provienen del libro Chopin: el hombre, el artista, original de Antonio Kspina. n. INTERMEZZO. REVOLUCIÓN. Él primero de noviembre de 1830, cuando la Iglesia celebra la festividad de Todos los Santos, víspera de la de los Fieles Difuntos, el católica y romántico Federico Chopin abandona Varsovia. La partida está acompañada de una nota melancólica, sentimental. En el camino hacia Viena, Chopin pasa por la natal Zelazowa Wola. El maestro EIsner y un grupo de amigos lo esperan y, mientras los violines desgranan dulces baladas, le entregan una copa de plata con tierra polaca: tierra hermana de la que luego, casi inmediatamente, será regada con sangre patriota. Polonia se alza contra el Zar Alejandro I y su Virrey el gran duque Constantino. Chopin está en Viena y los periódicos dan cuenta del éxito primero de los revolucionarios, que llegaron a asaltar el palacio del gran duque y formar un gobierna que proclamó la independencia. 1 espíritu patriota de Federico lo empujan a unirse a los revolucionarios, pero el cuerpo débil, la salud precaria, se impone y Chopin ve partir a su amigo Titus Woycyechowsky, mientras él queda en la capital austríaca soñando la liberación de su patria. Piensa que su presencia en un cuartel, ron un arma en la mano, es incongruente, que, como luego dirá Jorge Sand, Chopin en un cuartel seria tan absurdo como un marinero a caballo. Federico Chopin se ahoga en Viena y, en pos de la aventura, decide partir para Londres, vía París. El nuevo rumbo coincide con la sangrienta represión de la revolución, eJ triunfo de la tiranía rusa en Polonia, y el dolor de Chopin se expresa en el Estudio en do menor llamado de la Revolución. Chopin marcha a París y allí se afinca definitivamente, hasta la muerte. IIL LA SEGUNDA JUVENTUD Y MARÍA WODZINSKA. París cautivó desde el primer momento a Chopin. Eoi el orden artístico la capital francesa. era el ombligo del mun- La mirada trágica de Chopin, en un cuadr o de Delacpolx. El cuadro se halla en el Museo del Louvre. (Reproducción fotográfica Bulloz.

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